El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, también conocido como simplemente TDAH, vive en los últimos años en el foco de atención de psicólogos y psiquiatras debido al elevado aumento en su diagnóstico. Estudios sobre la prevalencia del TDAH en España lo sitúan en hasta un 7% entre niños y niñas en edades escolares, y en un 4,5% en adultos.
El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta a personas de todas las edades y cuyos síntomas principales son la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad. Estos pueden tener un gran impacto en la vida cotidiana de quien lo padece, interfiriendo en su rendimiento académico, laboral y en sus relaciones personales. Sin embargo, no todas las personas experimentan el TDAH de la misma manera; es una condición compleja y diversa con diferentes manifestaciones.
Una paradoja interesante que se empieza a considerar en los últimos años entre personas con TDAH es la llamada hiperconcentración. Y es que, aunque pueda parecer contradictorio, algunos pacientes de TDAH experimentan episodios de concentración intensa en prolongada en actividades específicas que son de su interés y disfrutan durante su desarrollo. Este es un fenómeno que ha suscitado debates y malentendidos en el estudio y comprensión del TDAH. En este artículo, vamos a explorar en más detalle de qué se trata este fenómeno o paradoja de la hiperconcentración en el TDAH, analizando de qué maneras se manifiesta y planteando algunas estrategias para sacar el máximo partido a estos episodios de concentración intensa y prolongada.
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¿Qué es el TDAH?
Antes de abordar en profundidad el tema de la hiperconcentración, es relevante hacer un pequeño repaso por las características principales del TDAH. Como hemos comentado, el TDAH es una condición neuropsiquiátrica que afecta en el funcionamiento cerebral influyendo en la capacidad de atención, la autorregulación y el control de impulsos. Aunque la mayoría de casos se diagnostican en la infancia, tal y como se ha presentado anteriormente, también puede persistir en la adolescencia y edad adulta. La sintomatología y su impacto es muy variable entre casos y personas. Entre los síntomas más comunes del TDAH se encuentran:
- Dificultad para prestar atención y centrarse en tareas concretas.
- Tendencia a perder objetos o actividades necesarias para llevar a cabo una tarea.
- Olvidar con frecuencia eventos cotidianos o actividades.
- Inquietud y dificultad para mantenerse quieto en situaciones en las que se espera estar tranquilo.
- Hablar en exceso o interrumpir conversaciones de manera impulsiva.
- Dificultades para seguir instrucciones o terminar tareas escolares o laborales.
- Tendencia a tomar decisiones sin pensar en las consecuencias.
Es importante tener claro que el TDAH no se considera un trastorno causado por una mala crianza, una falta de disciplina o una falta de inteligencia. Tener TDAH no quiere decir “ser vago o perezoso”. Las investigaciones apuntan a un origen neurobiológico y genético, sugiriendo la existencia de desequilibrios en los neurotransmisores y áreas específicas del cerebro involucradas en la regulación de la atención y el control de impulsos.
La hiperconcentración en el TDAH
Hablar de hiperconcentración cuando se hace referencia al TDAH se presenta como una paradoja, ya que este trastorno es caraterísticamente asociado a una falta de atención y a una capacidad reducida para enfocarse en tareas específicas, como ya hemos visto. Sin embargo, la hiperconcentración en el TDAH hace referencia a la posibilidad que tienen algunas personas con este trastorno de experimentar momentos de hiperconcentración de forma intensa y prolongada en contextos y situaciones concretos.
¿Cuándo aparece la hiperconcentración?
La hiperconcentración en el TDAH se manifiesta cuando una persona con este trastorno se sumerge en una actividad que le resulta particularmente estimulante o atractiva. En estos momentos, la persona puede mostrar una atención enfocada y sostenida en esta actividad, ignorando la mayoría de distracciones externa y manteniendo una inusual capacidad para concentrarse. Aunque el TDAH esté asociado a dificultades para mantener la atención en tareas menos interesantes o desafiantes, la hiperconcentración surge cuando la actividad estimula de forma significativa el interés o pasión del individuo.
Y es que es más probable que la hiperconcentración aparezca cuando se desempeñan tareas que ofrecen una gratificación inmediata, un desafío estimulante o una recompensa emocional, ya que estos factores pueden aumentar la liberación de neurotransmisores como la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor relacionado con la recompensa y el pacer, y su liberación puede mejorar la función ejecutiva y la capacidad de concentración en personas con TDAH.
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¿La hiperconcentración es siempre positiva?
Es importante saber que no siempre la hiperconcentración es puramente positiva. Puede ser útil en algunas situaciones y ayudar a generar espacios o momentos en los que las personas con TDAH puedan disfrutar de sus plenas capacidades de concentración en actividades concretas, pero puede generar a su vez problemas cuando la persona se concentra tanto en una actividad que descuida otras responsabilidades importantes o no puede cambiar el enfoque cuando es necesario.
Además, no todas las personas con TDAH experimentan este tipo de episodios; no se puede generalizar y asumir que todas las personas vivencian este trastorno de la misma forma.
¿Cómo abordar la hiperconcentración en la vida diaria?
Como venimos comentando, la hiperconcentración puede ser una ventaja para algunas personas con TDAH que quieran desarrollar determinadas habilidades o pasiones, dándoles la oportunidad temporal para ello. Cuando estas personas encuentran una actividad que les apasiona y estimula, pueden lograr en ella un rendimiento excepcional y disfrutar de una sensación de logro y satisfacción complicada de encontrar en otro tipo de actividades.
Sin embargo, también puede tener efectos negativos y ser limitante en la vida cotidiana y diaria, cuando una persona con TDAH se enfrasca demasiado en una actividad o acción concreta y no es capaz de desarrollar otros aspectos de su cognición. Esto puede generar problemas en otras responsabilidades importantes, como tareas escolares, laborales o compromisos sociales, ocasionando problemas académicos o laborales, conflictos con familiares y amigos y una sensación de desequilibrio en la vida diaria.
La hiperconcentración en el TDAH es un aspecto complejo e intrigante. Por ello, es importante seguir diferentes directrices para poder abordar esta característica de la forma más saludable posible. Puede ser una herramienta muy valiosa, pero para ello es importante aprender a hacer uso de ella. Con una mayor comprensión y aplicación de enfoques constructivos, las personas con TDAH pueden capitalizar los beneficios de la hiperconcentración y alcanzar su máximo potencial en diferentes aspectos de su vida. A continuación, vamos a comentar algunos aspectos a tener en cuenta para abordar la hiperconcentración en la vida diaria de la manera más saludable posible para personas con TDAH:
1. Conciencia y comprensión
El primer paso para abordar la hiperconcentración en el TDAH es ser consciente de este fenómeno y comprender cómo puede afectar la vida diaria, aprendiendo en qué actividades se “activa” esta hiperconcentración y de qué manera te puede beneficiar llevarlas a cabo. Tener una comprensión clara de las propias fortalezas y debilidades puede ayudar a la persona a gestionar mejor sus momentos de hiperconcentración y el tiempo invertido en estos.
2. Establecer prioridades
Es importante aprender a priorizar las tareas y compromisos. Identificar las responsabilidades más importantes y establecer metas realistas puede ayudar a equilibrar los momentos de hiperconcentración con otras áreas de la vida que también requieren atención. Esto es útil para no dejar que las actividades gratificantes en las que estas personas pueden volcar toda su atención no resulten más significativas que las obligaciones o responsabilidades de la vida cotidiana.
3. Utilizar la hiperconcentración de manera estratégica
En lugar de evitar por completo los momentos de hiperconcentración, se puede emplear estratégicamente esta habilidad. Encontrar formas de aplicarla a tareas importantes y valiosas puede aumentar la productividad y el rendimiento en áreas fundamentales. Es natural querer pasar tiempo desarrollando estas actividades y es bueno dejar que estas personas lo hagan, siempre que se establezcan límites que no degeneren la vida cotidiana. Establecer límites de tiempo para las actividades puede ayudar a evitar el agotamiento y garantizar que se dedique tiempo a otras responsabilidades y actividades importantes.
4. Practicar técnicas de autorregulación
Aprender técnicas de autorregulación y manejo del tiempo puede ser beneficioso para evitar que la hiperconcentración se convierta en una distracción o un obstáculo para el funcionamiento diario. La planificación y la organización son herramientas útiles para mantener el equilibrio y la eficiencia.
5. Buscar apoyo profesional
Un especialista en TDAH puede ayudar a la persona a comprender mejor su experiencia y desarrollar estrategias personalizadas para manejar la hiperconcentración de manera constructiva. El apoyo de terapeutas y personal sanitario especializado puede marcar la diferencia en el manejo efectivo del TDAH en la vida diaria.
La clave es el equilibrio
Como hemos visto, la hiperconcentración puede considerarse un fenómeno positivo en algunas personas con TDAH que la experimenta, ya que brinda la posibilidad de desarrollar habilidades y aficiones obteniendo la satisfacción de poder mantenerse concentrado/a en ellas. Sin embargo, todo tiene un límite; en el momento en el que el desarrollo de estas actividades choca con la funcionalidad de la vida diaria, es importante plantearse estrategias que equilibren la situación.
Aprender a manejar esto es una tarea larga y que requiere apoyo familiar, social y terapéutico. Es importante empezar por ser consciente de esto para aprender a manejar poco a poco las facultades de la concentración y el manejo del tiempo. Ni tanto ni tan poco; aprender a manejar la hiperconcentración de forma equilibrada es clave para la satisfacción personal y aprender a manejar la vida cotidiana para las personas con TDAH.