La Docena Sucia: 12 distorsiones de la percepción del propio cuerpo

La Docena Sucia es una manera alterada de ver el propio cuerpo común en los trastornos alimenticios.

La Docena Sucia

En una época en la que, cada vez más, se busca concienciar sobre la salud mental y la influencia sobre las personas de diferentes trastornos mentales, la deconstrucción de estigmas está más sobre la mesa que nunca. Es una responsabilidad social que todos deberíamos tener; promover creencias saludables hacia las personas que experimentan y se enfrentan a problemas de salud mental.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como la anorexia o la bulimia, son de los más prevalentes en la sociedad, sobre todo en la juventud. El auge de las redes sociales ha facilitado el acceso a dietas peligrosas, rutinas deportivas inhumanas y cuerpos falsos, generando estándares de belleza irreales que fomentan el TCA. Diferentes psicólogos han manifestado que las personas con TCA generan pensamientos automáticos en torno a su cuerpo y autopercepción que, a su vez, sirven como un bucle negativo para el TCA.

En este artículo, vamos a hablar sobre la docena sucia: 12 pensamientos negativos y distorsiones cognitivas que suelen desarrollar las personas con TCA en torno a su alimentación, su cuerpo y la percepción que tienen de su propia imagen.

¿Qué es la docena sucia?

La docena sucia agrupa doce pensamientos automáticos negativos o distorsiones cognitivas en torno a la imagen del cuerpo, la alimentación y el peso. Estos doce pensamientos fueron acuñados como la docena sucia por Cash en 1987, recogiendo algunas de las tendencias de pensamientos más repetidas entre sus pacientes con TCA. Es importante comprender que este tipo de pensamientos tienen una relación bidireccional con el TCA en sí mismo; son al mismo tiempo consecuencia y causa.

Las distorsiones cognitivas son pensamientos automáticos negativos que se generan de forma distorsionada y falsa, trayendo normalmente emociones negativas. Por lo general, estos pensamientos implican una visión falsa y negativa de nosotros mismos, teniendo un impacto muy negativo sobre nuestra salud mental y bienestar. Esta docena sucia, como venimos diciendo, agrupa los pensamientos distorsionados negativos más característicos de las personas con TCA. Es importante tomar conciencia de ellos para fomentar una mayor comprensión y deconstrucción de estigmas en torno a las personas con este tipo de trastornos. No dudes recurrir a la terapia psicológica y el apoyo terapéutico si tienes algún tipo de pensamientos similares a los siguientes.

La docena sucia

Pasamos ahora a comentar, de uno en uno, los doce pensamientos distorsionados negativos que componen la denominada docena sucia por Cash (1987).

1. La bella o la bestia

El pensamiento de la bella o la bestia hace referencia a un pensamiento puramente dicotómico que solo acepta una opinión anclada en un extremo u otro. En términos corporales y de la belleza, hace referencia a todos los pensamientos que oscilan entre un opuesto y otro entre lo bello y lo feo. Es decir, referirse a uno mismo y a la propia imagen como bella o como fea, sin poder comprender un punto medio.

Por ejemplo, aplicado al cuerpo y a la alimentación, podría ser un ejemplo de pensamiento de bella o bestia, el pensar que, si no haces ejercicio cinco días por semana, engordarás tanto como una ballena.

2. El ideal irreal

En los pensamientos desarrollados bajo el ideal irreal, las personas con un TCA parten de la base del ideal social y estereotipado en torno a los cuerpos y la belleza. Podemos encontrar ejemplos del ideal irreal en prácticamente todas partes; desde los anuncios de televisión en que todas las personas aparecen sin ningún defecto, o en redes sociales en las fotos de la influencer con el cuerpo deseado y, a ojos de la sociedad, “perfecto”. Es importante entender que no hay cuerpos perfectos, y que estos ideales son, en sí mismos, irreales.

3. La comparación injusta

De forma similar al pensamiento anterior, la comparación injusta hace referencia al desarrollo de comparaciones con personas que están en situaciones, a ojos de quien emite este pensamiento, “mucho mejores” que la propia. Una persona con TCA se comparará con las personas que tengan el cuerpo o hábitos alimenticios y deportivos que considera ideales, pero es al mismo tiempo injusto porque cada persona es única y diversa en sí misma, y compararse solo sirve para competir con ideales injustos y que no son reflejo de la realidad.

4. La lupa

El pensamiento de la lupa es todo el que se emite amplificando todo aquello hacia lo que una persona con TCA tenga inseguridad. Por ejemplo, si la mayor inseguridad de esta persona son sus piernas, entrará en una especie de visión en túnel en la que únicamente prestará atención a los pensamientos que le refuerzan esta inseguridad. Además, de forma similar a los dos pensamientos anteriores, buscará estímulos o pensamientos que le hagan comparar sus piernas con otras y, “confirmar” que su inseguridad es “real”.

5. La mente ciega

Asociada generalmente con el pensamiento de la lupa, la mente ciega hace referencia a cuando las persona con TCA son generalmente incapaces de reconocer cualquier característica positiva. La inseguridad que caracteriza este trastorno hace que las personas que lo afrontan sean incapaces de encontrar algún aspecto de ellas mismas del que se sientan seguras, confiables y orgullosas.

6. Mala interpretación de la mente

La mala interpretación de la mente, hace referencia, tal y como indica su nombre, a asumir todos los pensamientos de los demás y encuadrarlos en los propios. Básicamente, asumir que todas las personas que te rodean pensarán lo mismo que tú sobre tu apariencia, dieta o ejercicio; es decir, pensamientos negativos. Asumir que todos piensan como tú solo refuerza este bucle negativo y da “validez” a esta mala interpretación, haciéndola más fuerte.

7. La fealdad radiante

La distorsión cognitiva de la fealdad radiante se caracteriza por “sacar brillo” a los pensamientos relacionados con sentirse a una misma como una persona fea o a disgusto con su cuerpo. Empezar pensando en un aspecto del cuerpo que no te guste, e ir enlazándolo con otro, y luego más y más hasta que no haya una parte de tu cuerpo que te falte por criticar o desarrollar emociones negativas hacia ella.

8. El juego de la culpa

El juego de la culpa hace referencia, como su nombre indica, a utilizar la culpa relacionándola con tu cuerpo para dar “validez” a tus emociones negativas hacia él. Básicamente, culpar a tu cuerpo por las cosas o consecuencias negativas que tenga algún problema en tu vida. Por lo general, el juego de la culpa funciona como una conducta evitativa de los problemas y para reforzar las creencias negativas hacia la propia imagen.

9. La belleza limitadora

La belleza limitadora asume que determinadas condiciones relacionadas con el cuerpo generan límites en nuestra vida diaria y nuestras actitudes. Por ejemplo, asumir que “con tu cuerpo nunca te pondrás un top tan corto” o que “eres demasiado fex para estar con alguien tan guapo”. Es importante no autolimitarse y no asumir que tu apariencia física debe limitar tu vida; así pierdes muchas experiencias vitales que podrían ser importantes para ti.

10. Prediciendo desgracias

De forma similar al juego de la culpa, la predicción de desgracias funciona usando la culpa hacia el cuerpo y el físico proyectada a desgracias futuras que ni han sucedido ni tienen por qué suceder. Funciona, por lo tanto, como una profecía autocumplida; cuando asumimos que algo va a pasar de una determinada manera por nuestra culpa, lo que hace que, si acaba pasando así, asumir que ha sido nuestra culpa sea inminente.

11. Reflejo del mal humor

La distorsión del reflejo del mal humor quiere decir que, en muchas ocasiones, las personas con este pensamiento modulan la forma en que se sienten con su cuerpo en función de las emociones que hayan experimentado ese día o de forma cercana a ese momento vital. Por eso, cuando han tenido un día más difícil de lo normal, estás bajo mucho estrés o te pasan cosas inesperadas que desbaratan todos tus planes, acabas por odiar y generar opiniones destructivas en torno a tu cuerpo porque es una forma de descargar tus emociones negativas. ¿A que, probablemente, no descargarías esa ira sobre otras personas? ¿Por qué sí hacerlo con unx mismx?

12. Sentirse fex

Esta última distorsión es probablemente la más simple pero la más generalizada de todas las que componen la docena sucia. Básicamente, consiste en transformar el sentimiento personal de sentirse fex o a disgusto con el cuerpo en una verdad completa. Asumir que, si tú te sientes así, debe ser verdad y un reflejo de lo que ven los demás. Por tanto, esta distorsión se relaciona de forma directa con prácticamente todas las demás y genera todo un diluvio de pensamientos y creencias negativas sobre el cuerpo y la imagen propia.

Conclusiones

En resumen, estas distorsiones cognitivas revelan la complejidad y subjetividad en la percepción de la apariencia. La tendencia a compararse, centrarse en lo negativo y anticipar desgracias crea una imagen distorsionada de uno mismo. Reconocer y desafiar estas distorsiones es esencial para cultivar una autoimagen más realista y saludable. La conciencia de estos patrones de pensamiento permite construir una percepción más equilibrada, promoviendo la aceptación y el bienestar emocional.

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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