Existen diferentes tipos de fobias como te explicamos en el artículo “Tipos de fobias: explorando los trastornos del miedo”. La mente humana muchas veces nos sorprende, y uno de esos casos en lo que esto ocurre es cuando una persona sufre ambulofobia o miedo a caminar.
Aunque es una fobia rara, el miedo a caminar puede ser muy incapacitante. En este artículo profundizamos en sus causas, sus síntomas y sus consecuencias para que puedas comprender más a fondo este fenómeno.
Qué es la fobia a caminar
La ambulofobia es el miedo irracional y persistente a caminar o, en realidad, es el miedo a caerse, por lo que la persona evita caminar. Aunque puede ser experimentado en cualquier edad, parece ser más común a medida que una persona se hace más mayor y envejece.
Puede que un individuo haya caminado sin problemas durante toda la vida, pero fruto de una mala experiencia, una operación o una caída, se vuelva insegura, y siente auténtico temor a caminar, al menos a hacerlo sin un bastón o un apoyo que le permita desplazarse.
Algunos de los individuos que experimentan este trastorno tienen miedo de caminar sobre superficies tanto planas como desiguales, especialmente cuando están lejos de su hogar, donde se sienten todavía más vulnerables e inseguras.
El miedo a caminar y a caer es un temor que pueden experimentar muchos niños, pero rápidamente lo superan sin más. Aunque es totalmente normal a edades tempranas, deja de serlo en edades adultas, y la persona con ambulofobia puede sentirse ansiosa o temerosa donde piensa que hay peligro de caída, y este miedo y malestar va más allá del miedo natural, llegando a ser completamente desproporcionado con la situación.
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Causas de la ambulofobia
El miedo de caminar es a menudo el resultado de una experiencia traumática del pasado en la que la persona cayó o vio a otra persona caer. Por ejemplo, puede ocurrir cuando una persona es propensa a sufrir mareos y piensa que puede marearse en cualquier situación, caerse y golpearse la cabeza.
El individuo puede sufrir un gran malestar como consecuencia de este miedo y evitar caminar o hacerlo sin un apoyo. Caminar es un acto altamente funcional, y por ello, esta reacción, puede ser realmente incapacitante.
Como cualquier fobia, la ambulofobia suele aprenderse por un proceso llamado condicionamiento clásico, un tipo de aprendizaje asociativo. El condicionamiento clásico es un aprendizaje en el que la persona aprende una respuesta refleja frenta un estímulo que antes no la producía, pero que llega a producirla por la asociación con otro estímulo. Si quieres entender mejor qué es el condicionamiento clásico, puedes leer este artículo “El condicionamiento clásico y sus experimentos más importantes”.
El condicionamiento clásico fue investigado por primera vez por Iván Pávlov, un fisiólogo ruso famosos por sus experimentos con perros. Ahora bien, el investigador que hizo popular este concepto y que estudió este fenómeno con humanos por primera vez fue el psicólogo norteamericano John Watson, uno de los precursores del conductismo.
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Otras causas de esta fobia
La teoría de que las fobias tienen un origen ambiental y que se aprenden por condicionamiento clásico está aceptada; no obstante, también pueden aprenderse por condicionamiento vicario, un aprendizaje por observación que es similar al modelado y a la imitación, pero no es lo mismo.
Otros autores también piensan que estamos biológicamente programados para sufrir fobias, puesto que el miedo es una emoción adaptativa que ha servido a los seres humanos para evolucionar y sobrevivir. Esto explica por qué interviene el cerebro primitivo en este tipo de aprendizaje, que ocurre por asociaciones primitivas y no cognitivas. Este miedo no responde a argumentos lógicos.
Síntomas
La ambulofobia presenta síntomas similares a cualquier trastorno fóbico, pues lo que único que cambia es el estímulo que elicita estos síntomas. Las fobias suelen provocar una sintomatología que ocurre a nivel cognitivo, conductual y físico.
En cuanto a los síntomas cognitivos, las creencias irracionales, los pensamientos catastrofistas, la desorientación, la falta de concentración, la angustia o el miedo aparecen.
Los síntomas conductuales se caracterizan por el habla acelerada, la evitación del estímulo fóbico y otras estrategias de afrontamiento. Los temblores, los dolores de cabeza, los mareos, los sofocos y las náuseas son algunos de los síntomas físicos que se manifiestan cuando una persona sufre ambulofobia.
Tratamientos
Las fobias son trastornos bastante frecuentes y pertenecen al grupo de trastornos de ansiedad. Son muchos los estudios que se han realizado para intentar averiguar cuál es el tratamiento más eficaz. Las investigaciones científicas afirman que la terapia cognitivo conductual funciona muy bien para ayudar a los pacientes a superar sus miedos irracionales.
Esta forma de terapia emplea diferentes técnicas. En el caso de las fobias, las más utilizadas son las técnicas de relajación y las técnicas de exposición. Ahora bien, una técnica que combina ambas es la desensibilización sistemática, que consiste en exponer al paciente al estímulo fóbico de manera progresiva tras haber aprendido diferentes estrategias de afrontamiento como son las técnicas de relajación.
Además de la terapia cognitivo conductual, también se emplean otras formas de psicoterapia como son la terapia cognitiva basada en Mindfulness, la terapia de aceptación y compromiso y la hipnoterapia.
En casos graves, pueden administrarse ansiolíticos o antidepresivos, pero siempre en combinación con la terapia psicológica.