La dependencia a la cocaína es un trastorno crónico caracterizado por las recaídas y por una elevada comorbilidad, que presenta un grave problema de salud a nivel mundial debido a la gran cantidad de complicaciones asociadas, tanto somáticas, como psicológicas, cognitivas, sociales y legales.
A nivel médico, el consumo de cocaína puede causar graves complicaciones como hemorragias, infarto agudo de miocardio, infecciones pulmonares, fallos respiratorios o incluso la muerte súbita. Un gran número de consumidores de cocaína presentan trastornos mentales asociados al consumo, principalmente trastornos afectivos y del espectro ansioso. Su consumo provoca, además de los efectos anestésicos locales, efectos psiquiátricos agudos típicos de las sustancias estimulantes, como la euforia (que puede derivar en disforia), el aumento de la autoconfianza, de la comunicación verbal o de la inquietud psicomotora. También es común la aparición de ideas sobrevaloradas de grandiosidad y alteración de la capacidad de enjuiciar la realidad.
Los síntomas psicóticos son una de las más habituales complicaciones del consumo de cocaína; por lo que la aparición de sintomatología psicótica o paranoia inducida es un fenómeno común entre los consumidores de esta sustancia.
Características de la psicosis cocaínica
La sintomatología psicótica asociada al consumo de la cocaína suele estar precedida de un periodo de recelo, suspicacia, ánimo disfórico y conductas compulsivas y habitualmente cursa con un gran componente de agitación y agresividad.
Las características clínicas de la psicosis cocaínica suelen ser muy parecidas entre los distintos consumidores, siendo habitual la aparición de ideas delirantes paranoides, con contenido celotípico y de perjuicio. Uno de los delirios que se da con más frecuencia es el de sentirse rodeado por policía o por personas que quieren robarles la sustancia.
Principalmente los síntomas delirantes y las alucinaciones tienen una relación directa con las conductas de consumo, por lo que no son extrañas. Las alucinaciones auditivas son muy habituales, como escuchar ruidos de personas que les siguen, mientras que las visuales y las táctiles son menos frecuentes. Las alucinaciones cenestésicas como tener parásitos en la piel también se pueden dar, así como las estereotipias motoras como realizar gestos o tareas sin sentido, examinar los lugares que les rodean o pellizcarse la piel.
La búsqueda compulsiva es muy común en consumidores de crack, estos pacientes realizan búsquedas compulsivas de al menos 90 minutos para encontrar la sustancia que creen que puede haberse caído o movido de donde la hayan dejado, examinan todo aquello que le recuerde a la sustancia como restos de comida, pequeñas piedras etc., pese a tener consciencia de que la búsqueda es en vano presentan un alto grado de resistencia al impulso de búsqueda.
Una vez que se da un primer cuadro psicótico inducido por cocaína, crece la probabilidad de que vuelva a ocurrir, con mayor gravedad y con una menor cantidad de sustancia, esto se debe a la sensibilización. Por otro lado, cabe destacar que existe el riesgo de que la psicosis cocaínica evolucione hacia una esquizofrenia paranoide.
Los fundamentos neurológicos de esta alteración
A nivel neurobiológico, la causa principal de la aparición de síntomas psicóticos por consumo de cocaína parece encontrarse en que esta sustancia actúa directamente produciendo el bloqueo de la recaptación de dopamina. La liberación dopaminérgica provoca los síntomas positivos y la degeneración de las neuronas del sistema dopaminérgico, lo que llevaría a la aparición de los síntomas negativos. Estudios revelaron que ciertos factores estresantes pueden provocar un aumento de la liberación de dopamina y glutamato en las proyecciones mesolímbicas y en el córtex prefrontal medial, que podría verse igualmente implicado en los síntomas psicóticos. Por lo tanto, la psicosis cocaínica no dependerá únicamente del hecho de superar un umbral ni de la cantidad de sustancia que se consume ni del tiempo de consumo. Su desencadenante sería la interacción entre esta sustancia y el entorno con un sujeto que ya padece cierta predisposición a sufrir paranoia.
Factores de riesgo
Por otro lado, estudios observaron que existen ciertos factores de riesgo relacionados con la psicosis cocaínica, como son:
- El inicio temprano del consumo de cocaína: se ha descrito que cuando el inicio del consumo se da de forma precoz, entre los 17 y los 20 años, o en periodos de desarrollo cerebral, cuando la persona es más vulnerable, puede aumentar la gravedad del trastorno psicótico.
- El número de años de consumo.
- **La cantidad de sustancia que se consume y que se ha consumido a lo largo de la vida.
- La vía de administración: esta influye en la velocidad a la que se absorbe la sustancia, por lo que determina la concentración sanguínea de la sustancia, su duración y sus efectos. Las personas que emplean la vía intravenosa sufren de manera más repentina y aguda alucinaciones o paranoias, seguidos de aquellos que lo hacen por la vía pulmonar; por lo que es más común que se dé psicosis inducida por cocaína en consumidores de crack.
- La existencia de otras adicciones, principalmente se ha observado que aquellos sujetos que, además de consumir cocaína, son también consumidores de cannabis tienen un mayor riesgo de sufrir un trastorno psicótico.
- La existencia de otros trastornos se ha relacionado principalmente con el trastorno de atención e hiperactividad y con el trastorno antisocial.
- El género: es más común en hombres que en mujeres.
- El índice de masa corporal se ha observado que tener un bajo índice de masa corporal aumenta el riesgo.
- La genética.
Tratamiento de la psicosis cocaínica
Respecto al tratamiento de la psicosis cocaínica, este tendrá como primer objetivo la estabilización y monitorización del paciente, ya que como se menciona al inicio, una intoxicación por cocaína puede llevar a sufrir un infarto, crisis respiratorias o la muerte. Posteriormente se tratarán de compensar los síntomas psicóticos, la agitación y la ansiedad para lo que suelen utilizarse fármacos como las benzodiacepinas. En los casos de sintomatología paranoide leve por intoxicación tras 24-48 horas de abstinencia esta suele ceder, mientras que si aparecen síntomas agudos de psicosis cocaínica puede hacerse uso de benzodiacepinas o antipsicóticos.
Instituto Europeo Alfi
Instituto Europeo Alfi
Centro De Desintoxicación Y Adicciones
Para finalizar, cabe destacar que resulta de gran interés la realización de un diagnóstico diferencial entre los pacientes que sufren psicosis cocaínica y aquellos que padecen esquizofrenia, ya que un diagnóstico incorrecto podría llevar a un abordaje terapéutico erróneo.