El miedo producido por los ataques de pánico puede ser muy fuerte. Cuando sucede puedes sentir que estás perdiendo el control, que estás teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que vas a morir. Cuando los ataques de pánico suceden de forma inesperada y con mucha frecuencia, o temes a menudo de sufrir otro ataque, es posible que estés padeciendo del trastorno de pánico. Cabe mencionar que los ataques de pánico no atentan contra la vida, pero sí pueden desmejorar tu calidad de vida de forma considerable.
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Síntomas de un ataque de pánico
Algunos de los síntomas que puedes presentar en un ataque de pánico pueden ser:
- Sensación de peligro o fatalidad inminente
- Miedo a perder el control o a la muerte
- Taquicardia y palpitaciones
- Sudor
- Temblores o sacudidas
- Falta de aliento u opresión en la garganta
- Escalofríos
- Sofocos
- Náuseas
- Calambres abdominales
- Dolor en el pecho
- Dolor de cabeza
- Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos
- Sensación de entumecimiento u hormigueo
- Sentimientos de irrealidad o desconexión.
Los ataques de pánico aparecen de forma inesperada. No hay un lugar o circunstancia específica que los ocasione, puede ser cuando estás conduciendo, en una reunión de negocios, caminando en un lugar público o inclusive mientras duermes. Los síntomas de los ataques de pánico pueden escalar en pocos minutos. Al pasar, te dejan con una sensación de cansancio y fatiga. Uno de los peores aspectos de los ataques de pánico es que el miedo a que se repita puede llevarte a evitar situaciones de la vida cotidiana que son importantes para tus relaciones, trabajo, salud, etc.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de padecer ataques o trastorno de pánico son:
- Antecedentes familiares de ataques o trastorno de pánico
- Factores de estrés como la muerte o enfermedad grave de un ser querido
- Sucesos traumáticos como agresión sexual o un accidente grave
- Cambios importantes en la vida, como un divorcio o la llegada de un bebé a la familia
- Consumo en exceso de tabaco o cafeína
- Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual en la niñez
Complicaciones
Los ataques de pánico pueden afectar enormemente tu calidad de vida si no son tratados por un profesional, ya que te llevan a vivir atemorizado de tu entorno. Los ataques de pánico pueden provocar las siguientes complicaciones:
- Rechazo de situaciones sociales
- Problemas en la casa, escuela o trabajo
- Consumo excesivo de alcohol u otras sustancias
- Riesgo elevado de suicidio o pensamientos suicidas
- Depresión, trastorno de ansiedad y otros trastornos psiquiátricos
- Aparición de fobias específicas, como miedo a conducir o salir de tu casa
- Atención médica frecuente por preocupaciones de salud y otras enfermedades
¿Qué hacer una vez que se ha desencadenado el ataque de pánico?
Es cierto que los ataques de pánico pueden traer graves complicaciones a tu vida, pero también es importante que conozcas las herramientas y opciones que tienes para tratarlo.
Usa la respiración profunda
Hiperventilar es uno de los síntomas que se producen debido a los ataques de pánico, lo cual a su vez genera un incremento del miedo, por lo tanto, se recomienda la respiración profunda para reducir los síntomas cuando se dé un ataque. ¿Cómo usar la respiración en estos casos?
- Concéntrate en inhalar y exhalar por la boca, sintiendo cómo el aire llena lentamente tu pecho y abdomen, y luego expúlsalo lentamente
- Inhala contando hasta cuatro, mantén el aire por un segundo y luego exhala contando hasta cuatro
- Procura identificar el ataque de pánico para que recuerdes que es un episodio temporal y que pronto pasará
- Reconoce y suelta el miedo de que estás muriendo o de que estás a punto de morir, ambos son síntomas de ataques de pánico. Esto te ayudará a enfocarte en las técnicas que reducen los síntomas.
Mindfulness: practica la conciencia plena
Los ataques de pánico suceden cuando te embarga un sentimiento de desapego o separación de la realidad. Lo que hace la práctica de la conciencia plena, es conectarte a esa realidad que te rodea, ayudando así atacar el problema de raíz, ya sea cuando se acerca el ataque de pánico o en el momento que ocurre. ¿Cómo practicar la conciencia plena?
- Concéntrate en las sensaciones:
Concéntrate en las sensaciones físicas que son comunes para ti, como sentir el suelo sobre el cuál estás parado o la textura de la ropa que llevas puesta. Estas sensaciones específicas te traen de vuelta a la realidad y te ayudan a enfocarte en otra cosa.
- Encuentra un objeto de enfoque:
Elige un objeto a la vista y mira con atención cada uno de sus detalles para que te enfoques en algo neutral que te saque del estado de pánico. Ejemplo: enfócate en un cuadro o en un objeto que se encuentre en el lugar donde estás. Describe para ti los colores, la textura, el tamaño, etc. Enfoca tu energía en ese objeto y verás como los síntomas disminuyen.
- Imagina tu lugar feliz:
¿Cuál es el lugar más relajante que puedas imaginar? ¿Una playa soleada? ¿Una cabaña en las montañas? Imagínate en ese lugar, y trata de concentrarte en los detalles tanto como sea posible. Imagínate caminando por la arena, o sintiendo el olor de la grama mojada.
Este lugar debe ser tranquilo, calmado y relajante, por lo tanto, las calles de New York o Hong Kong no harán el trabajo en esta ocasión por más que ames las ciudades.
- Repite un mantra internamente:
Un mantra puede ayudarte a anclarte en el presente reduciendo así los síntomas de un ataque de pánico. El mantra puede ser algo como: “Esto también pasará” o bien puedes escoger un mantra que sea personal para ti. Repítelo en tu mente hasta que sientas que el ataque de pánico disminuye.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
¡Desde el primer episodio! Un ataque de pánico es una experiencia muy tormentosa y aunque es pasajera, de no tratarse a tiempo, puede convertirse en un trastorno de pánico con agorafobia. Llegar a ese punto puede dificultar situaciones comunes de la vida como estar entre multitudes o en espacios públicos. Por lo tanto, si sufres un ataque de pánico es muy importante que busques la ayuda de un profesional a la brevedad posible para evitar que afecte tu calidad de vida y tus relaciones.
