Todos sabemos que la adolescencia es una etapa de la vida llena de cambios y que, en muchos casos, pueden surgir problemas y dificultades.
Muchos adolescentes presentan cambios y alteraciones en su estado de ánimo, en su cuerpo y en sus conductas y hábitos diarios, pero no son estos los únicos factores que pueden explicar la aparición de ciertos problemas de salud mental.
Adolescencia y trastornos mentales
Hay que tener en cuenta que los adolescentes que tienen algún tipo de problema en su salud mental no suelen manifestar directamente su preocupación por ello, con lo cual puede ser complejo llegar a advertir que algo malo les está sucediendo.
Como parte de las alteraciones bioquímicas inseparables de esta etapa vital, los adolescentes suelen sufrir severos cambios en su estado de ánimo, así como los efectos de unas relaciones sociales volátiles. Es en esta época cuando nos empezamos a desvincular de la protección de los padres para empezar a buscar vínculos con amigos de nuestra misma edad, y acogiendo referentes en otros ámbitos de la vida: profesores, ídolos de televisión, músicos…
Una etapa vital convulsa
Si bien los cambios de humor abruptos son bastante frecuentes durante la adolescencia, debemos estar atentos, puesto que pueden advertirnos de un problema de salud mental de fondo. Si estos cambios de humor son extremos, con conductas violentas o llantos frecuentes, podríamos estar ante un caso que requiera de intervención profesional.
Un 20% de los adolescentes, según cifras oficiales, desarrolla una psicopatología. La mayoría de ellos, además, debutan antes de los quince años, pero no son derivados a un profesional de la salud mental hasta años después, cuando el problema puede haberse enquistado y es más difícil de tratar.
Las 10 señales que indican que un adolescente tiene un problema de salud mental
En palabras del Dr. Aaron Krasner, psiquiatra especializado en conducta adolescente y director del Servicio de Vida del hospital Silver Hill de New Cannan, en el estado de Connecticut, explica:
“Solamente uno de cada cinco adolescentes con problemas de salud mental es detectado y derivado al profesional (psiquiatra o psicólogo) adecuado para tratar su necesidad. Hay elementos culturales que nos frenan a la hora de prestar la ayuda necesaria a los adolescentes, y debemos mejorar esto”.
Una de las formas de mejorar la detección de las conductas, hábitos y especificidades de los jóvenes que nos pueden advertir de que tiene algún padecimiento psicológico es describir las 10 señales que nos pueden indicar que algo va mal.
1. Autolesiones, intentos de suicidio o conductas autodestructivas.
2. Cambios frecuentes en su salud física, o en aspecto.
3. Agresividad, enfados frecuentes y poco control de los impulsos.
4. Nuevos grupos de amigos no recomendables.
5. Cambios en su peso corporal.
6. Descuido de su higiene personal.
7. Incapacidad para afrontar los problemas o las actividades diarias.
8. Coqueteo con el alcohol u otras drogas.
9. Episodios de amenazas y relaciones problemáticas.
10. Pesadillas frecuentes.
Otras señales y observaciones a tener en cuenta
También hay otras señales que, si bien no son concluyentes, nos pueden hacer ver que el adolescente pueda estar sufriendo alguna situación complicada. Por ejemplo, si su rendimiento escolar o la conducta en casa o en el instituto ha experimentado un cambio importante.
Otra señal evidente son los síntomas depresivos, sobre todo cuando el estado de ánimo y la pesadumbre se extienden durante más de tres semanas. Esto también puede ir de la mano de falta de apetito, trastornos o problemas del sueño y pensamientos recurrentes sobre la muerte, según Krasner.
La importancia del contexto familiar
Hay que tener siempre en cuenta que los problemas de salud mental durante la adolescencia suelen repercutir negativamente en las dinámicas familiares, pudiendo provocar tensiones entre varios de sus miembros. Es de vital importancia que la familia se mantenga unida y haga lo posible por mejorar el estado de ánimo del adolescente, tanto promoviendo una buena sintonía en el hogar como buscando ayuda profesional si las circunstancias lo precisan.
Si conoces a algún adolescente que esté pasando una mala época y presenta algunos de los síntomas y señales anteriormente descritos, mantén tu comunicación abierta con él y consulta con un profesional de la salud mental.