En gran parte de los enfoques psicoterapéuticos, los objetivos fundamentales que se suelen tratar a lo largo de las sesiones, suelen ser los problemas o dificultades que sufre el paciente.
En cambio, la terapia centrada en soluciones (TCS) se enfoca primordialmente en las soluciones a esos problemas que han llevado al paciente a solicitar ayuda profesional. Por ello, el modo de intervenir por parte del psicoterapeuta durante las sesiones, consiste en un trabajo cooperativo con el paciente.
A continuación veremos en qué consiste la terapia centrada en soluciones y cuáles son sus principales características.
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¿En qué consiste la terapia centrada en soluciones (TCS)?
La terapia centrada en soluciones es un modelo terapéutico que se centra primordialmente en reutilizar, de manera más adecuada, las propias soluciones que han llevado a cabo los pacientes para tratar de resolver su problema. Todo ello teniendo en cuenta que dicho problema o dificultad no está causando malestar en todo momento, sino que hay momentos en los que no aparece o, por lo menos, se presenta con menor intensidad, siendo dichos momentos lo que se conoce en la TCS como las “excepciones”.
Esta terapia parte desde el punto de vista de las terapias sistémicas familiares, puesto que surge de la Teoría General de Sistemas donde el cliente, su familia y la interacción en terapia son conceptuados como sistemas. No obstante, la TCS también se puede utilizar para realizar sesiones de terapia individuales.
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Características de la terapia centrada en soluciones
Las premisas teóricas, en base a las cuales se fundamenta la TCS, son las que se exponen en el presente apartado.
1. Visión del ser humano positiva
En primer lugar, la terapia centrada en soluciones es un modelo de terapia con una visión positiva del ser humano, que tiene como premisa fundamental el hecho de que todas las personas poseen alguna clase de competencias positivas.
Esto quiere decir que cualquiera de las personas tiene una serie de cualidades personales que deben aprovechar en el proceso terapéutico. De ahí el nombre de la terapia como “centrada en soluciones”.
Dichas cualidades o competencias son vistas potencialmente como la solución a su problema y, por ello, la TCS se centra en facilitar las condiciones que favorezcan el cambio, sin centrarse tanto en el problema en sí.
También concibe a cada una de las personas como únicas e irrepetibles, siendo además los responsables de su propia vida y las percibe como seres orientados a establecer continuamente unas metas que buscan cumplir.
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2. Constructivismo como punto de partida
Para esta terapia el constructivismo relacional es entendido como la forma en la que cada persona construye su propia realidad. Es decir, que cada uno tiene su manera particular de concebir los acontecimientos ocurridos a su alrededor y un mismo suceso es percibido de diferente forma por cada persona y, a su vez, cada una de esas personas construye su propio relato de lo acontecido.
3. Terapia antidiagnóstica
Cabe resaltar que la terapia centrada en soluciones es otra de las terapias antidiagnóstico, con una visión acerca de que la psicología no debería estandarizar lo que se considera correcto y lo que no. Su premisa, por encima del diagnóstico, es el hecho de que hay una persona que está sufriendo y eso es en lo que hay que centrarse; concibiendo que dicho sufrimiento está causado por un problema y es en resolver ese problema en lo que se debe centrar la terapia.
4. Terapia sistémica
Es un modelo sistémico que no considera que sea la familia quien propicia el desarrollo del problema por una interacciones confrontativas entre sus miembros, sino que tiene un punto de vista desde el cual la familia es vista como una fuente de recursos para el paciente, siendo sus miembros un apoyo para el paciente que busca ayuda en su proceso de cambio.
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5. La clave está en la forma en la que las personas perciben los problemas
Esta terapia tiene un nombre peculiar para aludir al motivo por el cual las personas tienen problemas, utilizando la expresión “shit happens” traducido como “la mierda ocurre”. Lo que quiere decir básicamente que no se pueden evitar las dificultades a lo largo de la vida, es la forma en que afrontamos esas dificultades lo que las agranda.
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6. No intenta cambiar a las personas
El objetivo de la terapia centrada en soluciones, al igual que ocurría con su antecesora del MRI, no consiste en arreglar los problemas de las personas ni tampoco el intentar cambiarlas, sino que busca ayudar a las personas a conseguir sus propósitos, utilizando para lograrlos sus propios recursos personales de manera exitosa.
7. El terapeuta asume un rol de facilitador y no de experto
El terapeuta asume la idea de que debe ser el paciente quien debe decidir lo que es bueno para sí mismo y el terapeuta de lo que se encarga, mediante sus técnicas, es de ayudar al paciente a conseguir sus objetivos. Esto lo hace asumiendo un punto de vista de no saber qué es lo bueno para el paciente, para que sea él quien deba elegir qué es lo que quiere conseguir y cómo piensa que debe trabajar para ello.
Por tanto, el terapeuta y paciente, desde la TCS, colaboran juntos y conciben al paciente como el experto en sus problemas y, al terapeuta, como experto en ayudarle a resolver dichos problemas. Una manera de ayudar al paciente es analizando con él en qué ocasiones de su vida se han encontrado más cerca de lograr sus objetivos y qué medios tiene disponibles para progresar hacia ellos.
Es por ello que el terapeuta debe tener una actitud muy empática con el paciente, para lograr descubrir las cualidades y fortalezas del paciente que pueden ayudarle a lograr sus objetivos, así como también poder conectar con sus valores; además de que esta actitud favorece una alianza terapéutica sólida que facilita la confianza por parte del paciente en su terapeuta.
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Técnicas que se utilizan durante el proceso terapéutico
Estas son algunas de las técnicas más utilizadas por los psicólogos que siguen el modelo de la terapia centrada en soluciones.
1. Búsqueda de excepciones
Esta técnica se utiliza para preguntar al paciente por las ocasiones en las que el síntoma o problema que le causa malestar no aparece. Es una técnica de proyección hacia el futuro para negociar los objetivos del paciente.
2. Preguntas proposicionales
Es una técnica que se desarrolla en forma de pregunta hacia el paciente, para que reflexione acerca de si hay momentos excepcionales o si ha notado mejoras con respecto a su problema. La búsqueda de excepciones o avances con respecto al problema del paciente es debido a que dichos momentos podrían ser la tecla para dar con soluciones a su problema.
3. Elogios
Este recurso es utilizado en este modelo terapéutico con el fin de resaltar lo que el paciente está haciendo bien y qué es lo que le ayuda a ello, por lo que puede estar orgulloso de sí mismo y a su vez motivado a progresar hacia sus objetivos.
4. Preguntas escalares
Es una de las técnicas más representativas de la terapia centrada en soluciones, y consiste en pedirle al paciente que valore en una escala del 1 al 10 sobre una serie de situaciones (p. ej., gravedad con la que percibe su problema actualmente, grado de mejoría con respecto a la sesión anterior, grado de mejoría que prevé que podría desarrollarse de cara a la siguiente sesión, etc.).
El objetivo de esta técnica no consiste en conseguir alcanzar un número determinado de la escala, sino de hablar con el paciente durante la sesión acerca de las respuestas que ha emitido.
Hay una serie de preguntas recomendadas por Beyebach, experto en la terapia centrada en soluciones, con respecto a la técnica de las preguntas escalares:
- Preguntar acerca de qué es lo que está marchando correctamente para que no esté en una puntuación aún más inferior.
- Preguntar cuáles son los cambios deberían darse para que pudiera subir un punto en esa escala.
- Preguntar en qué consistiría ese momento en que ha alcanzado la puntuación máxima en la escala.
5. Preguntas milagro
Consiste en proponer al paciente que se imagine una situación en la que de repente ha desaparecido por completo su problema, como si fuera un milagro, y a continuación se le pide que describa dicha situación.
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Breve repaso histórico de esta psicoterapia
Los inicios de la terapia centrada en soluciones se remontan a la década de los 80, por parte de los terapeutas Insoo Kim Berg y su marido Steve de Shazer, quienes utilizaban el modelo sistémico del Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto (California) y, partiendo de la base de este modelo, deciden desarrollar un nuevo enfoque terapéutico, la terapia centrada en soluciones.
Dicho enfoque comienza a desarrollarse en el Centro de Terapia Familiar Breve de Milwaukee (Estados Unidos) y, a lo largo de los años, se extiende por el resto del país, así como también por América Latina y Europa.
El modelo del MRI, predecesor a la terapia centrada en soluciones, influye en la TCS en la manera de ver el origen de los problemas por los que el paciente busca ayuda terapéutica y estos son normalmente crisis o transiciones vitales que, se consideran problemas, cuando esa persona los percibe de dicha forma, pasando a intentar solucionarlos sin tener éxito y llegando a seguir intentándolo a pesar de no haber tenido éxito previamente.