¿Cómo se usa la terapia cognitivo-conductual ante la hipocondría?

Así es como se interviene en la hipocondría a través de la psicología cognitivo-conductual.

Cómo se usa la terapia cognitivo-conductual ante la hipocondría

La hipocondría es una alteración psicológica que resulta muy molesta e incluso puede llevar a quien la desarrolla a adoptar patrones de comportamiento que ponen en riesgo su salud.

Por suerte, se trata de un trastorno que puede ser tratado eficazmente desde la Psicología, y concretamente, desde el modelo cognitivo-conductual aplicado a la hipocondría. Veamos cómo.

¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría, también llamada hipocondriasis, es un trastorno de carácter psicopatológico en el que la persona desarrolla una combinación entre miedo a desarrollar una o dos enfermedades concretas, por un lado, y los pensamientos obsesivos relacionados con el auto-chequeo y la confirmación de que se sufren los síntomas de esas enfermedades, por el otro.

Es decir, que la persona sufre debido al temor que le genera la idea de haber desarrollado un problema de salud, y a la vez se vuelve propensa a interpretar cualquier experiencia como una señal de que ha desarrollado esa enfermedad, de manera que termina recurriendo a las prácticas de “autodiagnóstico”. Ni siquiera el hecho de acudir al doctor y ser informada de que no sufre una enfermedad médica sirve para tranquilizar a la persona a medio y largo plazo.

De este modo, la hipocondría puede ser vista como una visión extrema de lo que les pasa a las personas aprensivas, pero en cierto modo también presenta algunas características cualitativamente diferentes. Por ejemplo, el foco de lo que produce miedo siempre está en enfermedades que surgen dentro del cuerpo (y no en el miedo a lesionarse), y además, la hipocondría llega a interferir en la calidad de ida de la persona haciendo que adopte patrones de conducta basados en la evitación. Una tendencia a la evitación que no está justificada por su verdadero estado de salud ni por los riesgos a contraer o a agravar una enfermedad.

Además, por lo general, el malestar asociado a la hipocondría está ligado a problemas de salud física real, sobre todo en forma de dolor y picores. Es por ello que se engloba dentro de los trastornos somatomorfos (recientemente renombrados como desorden de los síntomas somáticos), dado que el malestar psicológico generado por ese círculo vicioso de ansiedad, auto-chequeos y pensamientos obsesivos puede llegar a generar malestar físico mediante la sugestión.

Por otro lado, cabe destacar que la simple creencia de que se tiene “mala salud” sin mencionar una alteración en concreto no puede ser considerada hipocondría. Para que se dé este trastorno psicológico, la persona debe ponerle nombre a la patología (o a las patologías) que cree tener, y a partir de esas creencias, interpreta e un sentido u otro aquellas cosas que ve como síntomas. En cualquier caso, el diagnóstico de esta clase de problemas psicopatológicos solo puede ser realizado por profesionales de la psiquiatría y de la psicología clínica.

¿Cómo se trata la hipocondría desde la psicología cognitivo-conductual?

Como hemos visto, la hipocondría se fundamenta en una dinámica de retroalimentación entre la ansiedad y el miedo, por un lado, y las conductas de auto-chequeo, por el otro. Estos dos elementos llevan a la persona a ser muy propensa a sufrir pensamientos obsesivos y a tener una visión muy sesgada sobre su estado de salud, ya que tanto por la vía de los pensamientos como por la de la interacción con el entorno y con su propio cuerpo tiene constantes recordatorios de que hay aspectos de su organismo que le preocupan.

Por ello, la psicología cognitivo-conductual resulta muy eficaz, ya que actúa también a través de la doble vía: interviene tanto en los procesos mentales y privados asociados a la gestión de emociones y de pensamientos, como en las acciones observables. De hecho, se ha observado que los efectos de esta forma de intervención psicológica se mantienen mucho después de que haya terminado la psicoterapia.

Pero veamos con algo más de detalle cuáles son los procesos de intervención psicológica que tiene lugar en el modelo cognitivo-conductual aplicado a la hipocondría.

1. Cuestionamiento de las creencias disfuncionales

La reestructuración cognitiva es uno de los pilares de la intervención psicológica cognitivo-conductual, y consiste en ir planteando preguntas e ideas clave que llevan a la persona a cuestionarse sus creencias más disfuncionales, aquellas que han estado apuntalando las dinámicas de pensamiento y de conducta que dan fuerza al trastorno.

Es decir: no se confronta directamente al paciente criticándolo por creer determinadas cosas, sino que se lo invita a comprobar por sí mismo hasta qué punto esas ideas resisten el ser contrastadas con la realidad.

Hipocondriasis

2. Detección de los pensamientos problemáticos

Saber identificar los pensamientos recurrentes (es decir, que aparecen de manera involuntaria irrumpiendo en nuestra consciencia) que preceden a los autochequeos es muy útil para neutralizar su influencia en nosotros. Al acostumbrarnos a verlos desde un punto de vista objetivo y “racionalizado”, nos resistimos más a dejarnos llevar por los sentimientos negativos que nos generan, dado que ponemos el énfasis en el carácter previsible de estos.

3. Entrenamiento en técnicas de gestión de la ansiedad

Algunas de estas técnicas tienen efectos inmediatos, y otras tienen efectos tanto inmediatos como acumulativos a medio y largo plazo. Algunos ejemplos de técnicas de relajación serían la respiración controlada con el diafragma, la relajación muscular progresiva de Jacobson, etc.

4. Desarrollo de nuevos hábitos de vida saludables mediante un plan de rutinas

Este elemento de la terapia cognitivo-conductual pasa tanto por limitar objetivamente las conductas de auto-chequeo (por ejemplo, estableciendo un límite claro tanto diario como semanal), como por implementar rutinas de vida que antes se evitaban por el temor a agravar o a contraer una enfermedad, de manera que poco a poco la persona aprenda a perderle el miedo a estas experiencias.

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Tomas Santa Cecilia

Tomas Santa Cecilia

Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

Soy psicólogo experto en el modelo cognitivo-conductual y trabajo ayudando a adultos y adolescentes. Puedes disponer de mis servicios de manera presencial en mi consulta de Madrid, o a través de la modalidad online por videollamada.

  • Axelsson, Erland; Hedman-Lagerlöf, Erik (2019). Cognitive behavior therapy for health anxiety: systematic review and meta-analysis of clinical efficacy and health economic outcomes. Expert Review of Pharmacoeconomics & Outcomes Research, 19(6): pp. 663 - 676.
  • Barsky, A.J.; Ahern, D.K. (2004). Cognitive behavior therapy for hypochondriasis: a randomized controlled trial. Journal of the American Medical Association, 291(12): pp. 1464 - 1470.
  • Organización Mundial de la Salud (1992). CIE 10. Trastornos mentales severos y del comportamiento. Descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico. Madrid: Meditor.

Psicólogo

Madrid

Tomás Santa Cecilia es psicólogo, consultor, formador y Director de CECOPS Centro de Consultoría Psicológica. Es Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster Profesional en Psicología Cognitivo Conductial Avanzada (Albor-Cohs) y Miembro de The New York Academy of Sciences y de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) entre otras cosas. Trabaja desde el Análisis Conductual Aplicado y la Terapia Cognitivo-Conductual.

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