Terapias Cognitivo-Constructivistas: características, tipos y objetivos

Veamos qué son las Terapias Cognitivo-Constructivistas y sus principales tipos.

Terapias Cognitivo-Constructivistas: características, tipos y objetivos

La terapia cognitivo-constructivista ha sido creada con el fin de plantear una alternativa a las teorías modernas del siglo anterior, con el fin de desarrollar un modelo teórico para el cual el conocimiento de cada ser humano es individual, fragmentario y en constante cambio y desarrollo por la incorporación de nueva información.

Todo ello, a diferencia de los postulados modernas, que abogaban por una teoría de conocimiento humano objetiva y universal.

Veremos a continuación unos postulados fundamentales de todos los modelos que abarcan las terapias constructivistas.

Las características de las Terapias Cognitivo-Constructivistas

Las cognitivo-constructivistas se basan en unos fundamentos teóricos muy diversos, además de tener unas fuertes raíces filosóficas, llevando todo esto a una gran pluralidad de teorías para comprender al ser humano.

Es por ello que a continuación repasamos algunas ideas puestas en común por las diversas corrientes que abarca la terapia cognitivo-constructivista.

1. La realidad percibida está influida por la experiencia

En primer lugar, para todos los modelos del constructivismo la realidad percibida por una persona está condicionada por sus conocimientos previos y, en consecuencia, se halla en cierto modo sesgada. Se podría decir que el constructivismo es lo opuesto a un realismo puramente objetivo.

2. El procesamiento de la información está regularizado por tres fundamentos

En relación con la premisa anterior, aunque es cierto que cada persona tiene su forma singular de percibir y procesar la información que le rodea creando unas estructuras cognoscitivas que le brinden un sentido de identidad, esto está acompasado por tres fundamentos coordinadores, que son los siguientes: en primer lugar, una necesidad de ordenar su experiencia y la información que percibe; en segundo lugar, una necesidad por mantener de forma permanente sus percepciones; en tercer lugar, el ser humano tiene una necesidad imperiosa de encontrarle el sentido a lo que le sucede.

3. Cada persona posee una manera de pensar única

Un postulado del constructivismo es la disimilitud fundamental que tienen las personas con respecto a las demás especies: la capacidad que tienen para poder reflexionar acerca de lo que les acontece.

4. El ser humano es un ente proactivo procesando la información

Que los seres humanos tienen la capacidad para procesar activamente la información es otra de las premisas del constructivismo. Un ejemplo sería la idea de Kelly sobre el funcionamiento de la mente humana con su término conocido como el científico personal.

Dicho término se refiere a que, al igual que en el proceso científico se desarrollan teorías y modelos con el fin de entender determinados fenómenos, cada una de las personas es como un científico que está de manera continua desarrollando sus propias teorías con el fin de comprender lo que le rodea.

5. Especial relevancia en la manera de construir los pensamientos

Para los constructivistas lo relevante a la hora de comprender la manera de pensar del ser humano, no es el contenido de sus pensamientos, sino que es el desarrollo por el cual se ha construido dicho contenido.

A diferencia de los modelos de psicoterapia clásicos, cuya teoría se centra principalmente en una serie de esquemas cognitivos que todas las personas tienen en común (p. ej., pensamientos que surgen de forma automática, ideas irracionales o esquemas desadaptativos).

6. Suma importancia a las interrelaciones humanas y al lenguaje

También es relevante la construcción de significados de lo que nos rodea por medio de la interacción con otros seres humanos.

Por ello, nuestro lenguaje es una herramienta primordial a la hora de formar nuestro conocimientos, ya que los conocimientos que hemos formado a través de una conversación fija en nuestro conocimiento en forma de una historia que proporciona un sentido coherente a nuestra vida.

Desarrollo histórico de la Terapia Cognitivo-Constructivista

Todos estos postulados que se acaban de presentar forman un compendio que demuestra la evolución de la terapia cognitivo-constructivista en las décadas más recientes, sin dejar de lado que cada autor de los que pertenecen a esta corriente terapéutica tiene sus propias ideas y teorías. Es por ello por lo que más tarde se expondrán brevemente las teorías más relevantes dentro de las pertenecientes al modelo cognitivo-constructivista.

El constructivismo proviene de las teorías de filósofos como Inmanuel Kant. Posteriormente se instauró dentro de la psicología a través de Jean Paiget que lo introdujo en su teoría sobre el aprendizaje en la infancia; aunque el primer psicólogo que utilizó el constructivismo en su modelo de personalidad fue George Kelly; cuyo modelo es conocido como teoría de los constructos personales.

La terapia cognitivo-constructivista fue desarrollada como una alternativa a las teorías modernas que se encontraban en auge a principios del siglo XX. Para estas teorías, el conocimiento de todos los fenómenos del planeta podía ser descubierto a través de un razonamiento objetivo.

En detrimento de estas teorías, a finales del siglo XX es cuando surgen corrientes posmodernas, como la terapia cognitivo-constructivista, que parten de la idea de que es imposible que haya un conocimiento universal y objetivo en todos los ámbitos. Para estas corrientes posmodernas el conocimiento del ser humano es fragmentario, además de que siempre será cambiante y desarrollado a través de teorías que no serán necesariamente objetivas del todo.

Desde el punto de vista del constructivismo, se podría decir que el cerebro humano no es capaz de abarcar el conocimiento de un mundo tan complejo y lo único que puede hacer el ser humano es desarrollar modelos teóricos con el fin de tratar de comprenderlo. Además cada persona crea sus propias hipótesis de índole subjetiva con el fin de comprender el mundo que les rodea en base a su experiencia personal, es decir, cada uno tiene un prisma distinto a la hora de percibir y entender los fenómenos que hay en su entorno, así como también a la hora de hacer una introspección para comprender su mundo interior.

El pionero en aplicar el constructivismo en la terapia psicológica es Kelly, como se comentó anteriormente, en su teoría de los constructos personales. Seguidamente Neimeyer continúa desarrollando la teoría de Kelly, Guidano utiliza el constructivismo en su terapia cognitiva posracionalista, Gergen utiliza el constructivismo en su teoría del constructivismo social, Gonçalves desarrolla el constructivismo narrativo y es Michael Mahoney quien aúna todas las técnicas y teorías anteriores en un único modelo de psicoterapia.

Tipos de Terapias Cognitivo-Constructivistas

Tipos de Terapias Cognitivo-Constructivistas

A continuación haremos un repaso por los principales tipos de terapia pertenecientes a la rama de las terapias cognitivo-constructivistas.

1. La terapia de Kelly

La meta fundamental de esta terapia es encontrar distintas maneras de utilizar los constructos personales existentes o de construir teorías cognitivas alternativas, con el fin de poder desarrollar nuevas maneras de comportarse el paciente que puedan servirle para componer constructos que le resulten más útiles en su vida.

El psicólogo que realiza este tipo de terapia debe actuar con una actitud de aceptación y apertura hacia lo que el paciente trae a consulta, tratándolo como si fuera una conversación de experto a experto en una teoría y, partiendo de esa base, ayuda a favorecer el cambio hacia el desarrollo de unos constructos personales que le permitan actuar acorde a ellos de manera que se sienta en armonía. Esta forma de posicionarse el psicoterapeuta es conocida en psicoterapia como “empirismo colaborativo”.

Veamos ahora cuáles son los “constructos personales” asociados a esta terapia. Dichos constructos se basan en que las personas son como una especie de científico informal que va construyendo sus propias hipótesis teóricas con el fin de poder anticiparse a los acontecimientos que van ocurriendo a lo largo de su vida. Por ende, el comportamiento del ser humano forma una clase de experimento en el que se someten a prueba sus constructos personales.

1.1 Individualizados

Son diferentes en cada persona, aunque hay algunos que son comunes en un grupo de personas pertenecientes a la misma cultura.

1.2 Dictómicos

Se integran a lo largo de un continuo dividido entre dos extremos; lo que quiere decir que van desde el polo de la semejanza (p. ej., qué tienen de parecido dos personas o acontecimientos) hasta el polo opuesto del contraste (p. ej., qué tienen de diferentes).

1.3 Jerárquicos

Están organizados jerárquicamente, de forma que hay algunos constructos que son fundamentales y dan sentido a las conductas de cada persona.

1.4 Diversos

Tienen una amplia variedad y son activados en oficio de cada situación, sin necesidad de que todos sean iguales en diferentes situaciones (p. ej., alguien puede ser servicial en un contexto y comportarse de manera opuesta en otro).

2. La terapia posracionalista de Guidano

La teoría de Guidano, sobre la que se sustenta su terapia, parte del fundamento de que el desarrollo cognitivo del ser humano está determinado por el hecho de que nuestra crianza se desarrolla en un entorno en el que nos encontramos rodeados de otros seres humanos, y en este contexto las emociones juegan un papel primordial. También sugiere que el conocimiento de las personas busca una organización y sentido de coherencia de manera fundamental.

En consecuencia de lo anteriormente expuesto, los seres humanos procesan de manera activa la realidad que les rodea, creando conocimientos de manera autorreferencial; lo que quiere decir que cada persona hace suyos los hechos acontecidos a lo largo de su historia. Es por ello, que la identidad o self de cada persona se encuentra continuamente cambiando debido a la constante inclusión de nuevas experiencias. Y el resultado de todo este proceso anterior, Guidano lo denomina como organizaciones de significados personales (OSP).

Por tanto, el objetivo de la psicoterapia posracionalista de Guidano es aprender a flexibilizar las organizaciones de significados personales con el fin de que el paciente aprenda a comprender los acontecimientos que le suceden y el entorno que le rodea de una manera que le ayude a adaptarse.

Esta terapia se debe llevar a cabo en un contexto seguro que facilite al paciente la expresión libre de sus emociones y así pueda entrenar en su manejo.

La manera de cambio por parte del paciente en esta terapia se conoce como “la moviola”. Y esta técnica consiste en facilitar que el paciente pueda reconstruir sucesos determinados de su vida.

3. La psicoterapia cognitivo-narrativa de Gonçalves

La teoría constructivista de Gonçalves parte de la idea que las personas construyen su realidad personal a través de la integración con otros, y ello se consigue mediante el lenguaje. Este tipo de terapia da mucha importancia a la manera en que cada persona interpreta su realidad individual y el efecto que ésta le provoca en su existencia.

La terapia narrativa de Gonçalves tiene como principal objetivo ayudar al paciente en la construcción de un discurso narrativo lleno de contenido, que además sea flexible y tenga coherencia, facilitando todo ello a encontrarse más abierto a la complejidad de su propia experiencia.

4. La terapia constructivista de Mahoney

Como se menciona con anterioridad, Mahoney integra en su terapia constructivista muchas premisas de las teorías de los autores que se acaban de exponer, y es por ese motivo por el que su teoría para comprender al ser humano es un buen compendio de la terapia cognitivo-constructivista, destacando el eclecticismo técnico que utiliza en su modelo terapéutico, que está nutrido por modelos cognitivos, conductuales y también experienciales.

Este modelo terapéutico busca poder ayudar al paciente en su búsqueda de una nueva manera de poner orden a su vida. Para lograrlo, el psicólogo alienta al paciente a que asuma el reto de intentar cambiar sus maneras de afrontar las cosas, probando nuevas maneras de pensar y comportarse. Además el terapeuta debe escuchar activamente al paciente desde el respeto y la compasión, con el fin de convertirse en una fuente de cuidado, desahogo y aliento para él.

Esta terapia parte con el apoyo al paciente para que este pueda recuperar el equilibrio y la calma mediante unas técnicas de “centramiento”. El cometido de estas técnicas consiste en resolver los problemas de la etapa presente del paciente, seguido de cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales del paciente, para terminar por el abordaje de los procesos básicos .

Los procesos nucleares de ordenamiento (PNO) de las personas son varios:

  • Realidad: la forma de organizar la información de manera categorial y buscando un sentido de coherencia.
  • Identidad: busca dar sentido a lo que sucede alrededor de la persona.
  • Valor: que se compone de los juicios personales que la persona emite acerca de los acontecimientos sucedidos.
  • Poder: la manera en que cada uno se percibe como el protagonista de su vida y, en base a ello, ordena las circunstancias en función de lo que está dentro de su control y lo que no, de lo que es capaz y de lo que le es imposible, etc.

Esta terapia resulta exitosa cuando el paciente consigue cambiar el foco de atención con respecto a sus circunstancias, de manera que aprenda a recuperar la calma y a reorientar su vida cotidiana, así como también a revisar su propia historia vital.

  • APIR (2019). Manual de Psicoterapias. Madrid: APIR.
  • Rodríguez, A. (2019). Manual de psicoterapias. Teoría y técnicas. Barcelona: Herder.

Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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