El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una afección envuelta de discusiones y polémicas, en la cual la propia comunidad científica difiere tanto en los síntomas como en el tratamiento, e incluso en algunos sectores se llega a cuestionar la existencia de esta.
El psicólogo Russell A. Barkley, creó un modelo de explicación alternativo llamado trastorno de inhibición conductual, el cual pone en jaque el papel de la atención en el TDAH y del que se hablará a lo largo de este artículo.
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¿Qué es el trastorno de la inhibición conductual?
El trastorno de la inhibición conductual es un modelo explicativo creado por el psicólogo estadounidense Russell A. Barkley, su intención era que este se constituyera como una alternativa a la etiqueta del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Este modelo explicativo alternativo del TDAH gira en torno a la función ejecutiva conocida como inhibición de respuesta. Según Barkley la principal ventaja del trastorno de la inhibición conductual es que este encaja mucho mejor con los síntomas asociados a las subcategorías del TDAH: hiperactivo y combinado.
Para entender mejor este modelo se describe a continuación el término de función ejecutiva.
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Funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas corresponden a términos utilizados en neuropsicología. Esta expresión hace referencia a todas las habilidades cognitivas a las que una persona recurre cuando sus esfuerzos se orientan hacia la consecución de un logro o un objetivo.
Estas funciones ejecutivas son esenciales para gestionar los procesos cognitivos, emocionales y conductuales que capacitan a la persona para responder a cualquier situación. De la misma manera, estas son vitales para la realización de la mayoría de tareas y funciones que debe realizar una persona a lo largo del día; sobre todo aquellas acciones que impliquen la generación de planes, la toma de decisiones, la resolución de problemas, el autocontrol y la regulación emocional.
Los procesos a los que hace referencia el término “función ejecutiva” se pueden subdividir en dos grupos: funciones básicas y funciones derivadas de estas. Estas funciones son:
- Funciones básicas: inhibición de respuesta, flexibilidad cognitiva y memoria de trabajo.
- Funciones derivadas: planificación y organización.
El papel de la inhibición de la conducta
De todas las funciones ejecutivas de las que se sirve el ser humano, Barkley se centra en la inhibición de la conducta, otorgándole un papel crucial a la hora de crear su propio modelo explicativo del TDAH.
Por inhibición de la conducta se entiende la suspensión de una respuesta o de una serie de conductas que la persona ha interiorizado o aprendido con anterioridad y que suelen ser automáticas. El objetivo de esta inhibición o contención es resolver cualquier tipo de problema o tarea.
El funcionamiento de la inhibición de la respuesta consiste en, ante la aparición de según qué estímulo, suspender cierta conducta o acción y sustituirla por otra sucesión de actos o respuestas. Otra opción es la de retrasar en el tiempo esta secuencia de acciones hasta que la persona perciba que es el momento adecuado para llevarlas a cabo.
El modelo explicativo de Barkley
En su obra “TDAH y la naturaleza del autocontrol”, publicada en 1997, Barkley se dedica a estructurar toda la información acerca del TDAH recogida durante más de 25 años de estudio y constituye las bases explicativas del Trastorno de inhibición de conducta.
Barkley parte de la base de que la sintomatología asociada al TDAH puede dividirse en tres grupos o géneros. Estas categorías son: hiperactividad, impulsividad y déficit de atención. No obstante, Barkley solamente tiene en cuenta la hiperactividad y la impulsividad. Barkley alega que considerar la atención como un síntoma principal de este trastorno puede llevar a error a la hora de tratarlo.
Asimismo, dentro de las funciones ejecutivas nombradas anteriormente, Barkley pone en relevancia la labor de la inhibición de respuesta. Además investiga cómo esta puede ejercer una serie de efectos perjudiciales sobre las otras funciones, las cuales se ven supeditadas a ella para poder desenvolverse correctamente,
A continuación se muestra la relación que la inhibición de conducta tiene con el resto de funciones ejecutivas y los síntomas que provoca a raíz de esta interferencia:
1. Alteraciones en la memoria de trabajo no verbal
La inhibición de conducta ocasiona problemas en la representación y transformación de la información, así como deficiencias en la capacidad para anticiparse a acciones futuras y dificultades en la gestión del tiempo.
2. Problemas en la memoria de trabajo verbal
En este caso tanto la memoria de trabajo verbal como la internalización del habla se ven seriamente afectadas. Los principales síntomas asociados incluyen obstrucción de la capacidad de reflexión, problemas para acatar normas y para integrar las pautas de conducta regularizadas, disminución de la habilidad para la resolución de problemas, deficiencias en la comprensión lectora y déficits en el razonamiento moral.
3. Déficits en la autorregulación emocional y motivacional
Los problemas en la capacidad de expresar sentimientos y emociones, las cuales se vuelven exageradamente desproporcionadas; las deficiencias para percibir el punto de vista del otro y las alteraciones en la regulación de la motivación son síntomas típicos que ocasiona la inhibición conductual en personas con TDAH.
4. Carencias en la reconstitución
Finalmente, la persona también puede encontrar obstáculos a la hora de llevar a cabo procedimientos de análisis y síntesis de la conducta; así como déficits en la habilidad para imitar, copiar o reproducir conductas y una menor variedad de estrategias de actuación a la hora de solucionar problemas o alcanzar un objetivo.
La función de la atención
Tal y como se menciona anteriormente, Barkley elimina el efecto de la atención como factor o agente principal del modelo del Trastorno de inhibición de conducta.
Aún así reconoce la existencia de dos tipos de atención. Aquella atención que es controlada de manera externa mediante refuerzos inmediatos y la atención que origina y controla la propia persona desde dentro, la cual necesita de la inhibición de conductas que están en marcha y es más efectiva para la consecución de objetivos a largo plazo.
De esta manera, Barkley acepta que la atención también está incluida en su modelo pero que está subordinada a otros factores y que todas las personas diagnosticadas de TDAH presentan dificultades en la atención originada desde el interior.