El trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más conocidos por la mayor parte de la población. A menudo sobrediagnosticado, este trastorno puede suponer diferentes tipos de dificultades que limiten el funcionamiento normativo del menor en áreas como la académica o incluso en la interacción social.
Si bien en ocasiones se ha considerado que los síntomas presentes en este trastorno se corresponden con un retraso en el desarrollo madurativo de ciertas áreas cerebrales, recientes investigaciones han detectado la presencia de rasgos propios en el cerebro de las personas con TDAH, los cuales pueden ayudar a comprender las causas de este fenómeno.
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El TDAH: un trastorno del neurodesarrollo
Empecemos por lo fundamental: ¿qué es el TDAH? Se trata de un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la presencia de sintomatología vinculada a un déficit de atención y una posible hiperactividad e impulsividad. Estos síntomas son persistentes, y se prolongan en un período de tiempo superior a seis meses. Además, no se corresponden con el nivel de desarrollo del sujeto ni con la vivencia de situaciones traumáticas que puedan provocar dicha sintomatología.
A nivel de diagnóstico, es necesaria la presencia de al menos seis síntomas de inatención como el descuido de los detalles, la dificultad para prestar atención, la dificultad para terminar tareas o seguir instrucciones o su olvido, la pérdida reiterada de objetos, el olvido o la facilidad para distraerse aún cuando se esté realizando una tarea.
Para que se considere la hiperactividad, también deben aparecer un mínimo de síntomas como inquietud motora, incapacidad de permanecer quieto, no respeto de los turnos de palabra o acción, la interrupción de las actividades ajenas o la logorrea. La impulsividad y la presencia de dificultades de control de las propias emociones también son altamente frecuentes. Es importante tener en cuenta que este trastorno puede presentarse tanto con hiperactividad como sin él (en este caso estaríamos ante trastorno por déficit de atención o TDA).
El TDAH o el TDA son un problema que requiere tratamiento y que si bien se diagnostica por lo general en niños, están presentes tanto en niños como en adultos (aproximadamente dos tercios de los pacientes seguirán teniendo síntomas en la adultez). Algunos de los síntomas pueden llegar a desaparecer conforme el sujeto va creciendo y su cerebro termina de desarrollarse o bien va aprendiendo mecanismos para evitar o suplir sus dificultades.
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Hipótesis explicativas
El TDAH es un trastorno complejo que ha recibido diferentes consideraciones con respecto a las causas que lo provocan. Algunas de ellas lo vinculan a la existencia de alteraciones cerebrales, y de hecho se ha observado un patrón de desarrollo cerebral más lento en ciertas áreas del cerebro en las personas diagnosticadas.
Concretamente, las evidencias que se han venido barajando en los últimos años apuntan a un ritmo madurativo del lóbulo frontal comparativamente menor a lo esperable dada la edad del menor. Ello se corresponde con la presencia de alteraciones en las funciones ejecutivas y las dificultades en inhibición de la conducta, atención o focalización de la atención. Asimismo, esto explica porque algunos de los síntomas pueden llegar a disminuir con la edad.
Asimismo también se ha observado que existe un problema en el arousal o nivel de activación cortical en los sujetos con TDAH, lo que genera dificultades a la hora de regular el nivel de actividad y la gestión de las demandas del entorno. En este sentido se ha visto que el cerebro de los pacientes con TDAH tiende a presentar una menor cantidad de dopamina y serotonina cerebral que sujetos sin este problema.
Rasgos característicos del encéfalo de las personas con TDAH
La exploración y la búsqueda de elementos que expliquen el trastorno siguen siendo aspectos de gran importancia que pueden ayudar a una mejor comprensión tanto del problema como de la manera en que puede actuarse para ayudar a quienes lo padecen.
Un metaanálisis de múltiples investigaciones realizadas mediante neuroimagen ha concluido que efectivamente existen alteraciones estructurales y funcionales en el cerebro de los pacientes con TDAH que provocan o influyen en la presencia de la sintomatología. Concretamente se ha observado, además de la presencia de un retraso en el desarrollo y maduración del lóbulo frontal, la existencia de alteraciones subcorticales (es decir, por debajo de la corteza rugosa que cubre el cerebro).
Una de las alteraciones comunes en estos pacientes es la presencia de un menor tamaño de los ganglios basales, vinculados al aprendizaje, el desarrollo de patrones de comportamiento motor, la motivación, la gestión emocional y las funciones ejecutivas.
Asimismo también se han observado alteraciones en el sistema límbico, el "cerebro emocional". Estas anomalías se encuentran especialmente en la amígdala y el hipocampo, elementos tienen gran importancia en el procesamiento y la gestión de la emoción, la memoria y la motivación. Estas alteraciones son especialmente visibles en la amígdala, que tiene un menor tamaño y desarrollo que en sujetos sin este problema.
Aunque estos descubrimientos no deben hacer que descuidemos la presencia de factores psicosociales y su influencia en que aparezca este trastorno, los resultados de estas investigaciones ayudan a proporcionar una mejor visión de los aspectos biológicos relacionados con el padecimiento del TDAH y pueden terminar por contribuir a elaborar maneras más eficientes de tratar este problema.
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