TREC: qué es y en qué se basa este tipo de terapia

Esta terapia propuesta por Albert Ellis ha sido tremendamente influyente en la psicología clínica.

TREC
Un resumen sobre cómo es la Terapia Racional Emotiva Conductual.

Una de las intervenciones psicológicas cognitivo-conductuales actuales que más eficacia han demostrado en el análisis, gestión y reformulación de creencias disfuncionales es la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), propuesta a mediados del siglo pasado por Albert Ellis.

Su hipótesis teórica central defiende que son principalmente las interpretaciones cognitivas de las situaciones que una persona experimenta las que provocan un estado emocional determinado.

De esta forma, detectando la existencia de distorsiones a la hora de extraer una conclusión o idea ante un acontecimiento determinado y sustituyendo dichos pensamientos por otros más realistas, la consecuencia emocional puede poseer una naturaleza más racional y equilibrada.

Los postulados de la TREC en la actualidad

En las últimas dos décadas la TREC ha ido evolucionando y modificándose de manera significativa. En contraste con su nomenclatura inicial (la TRE), en la actualidad este tipo de intervención enfatiza mucho más significativamente la relación existente entre los constructos cognición, emoción y conducta.

Un segundo elemento que ha ido tomando más protagonismo en la TREC de forma más reciente deviene la relevancia de la adopción general de una filosofía de vida conformada por la toma de conciencia de la diferenciación entre las cogniciones irracionales y las racionales. Los tres principios centrales en que se fundamenta este tipo de filosofía de vida se corresponden con lo siguiente.

1. La autoaceptación incondicional

A partir de esta permanece en el propio individuo una actitud de respeto hacia sí mismo, independientemente de si la valoración de los aspectos que definen la conducta de tal sujeto son categorizadas como buenas o malas.

2. La aceptación incondicional del otro

Las valoraciones positivas o negativas que una persona efectúa sobre los demás se encuentran condicionadas por las propias creencias, las propias emociones o las propias acciones y se fundamentan en base a los principios, valores y aspectos morales presentes socialmente. Pese a tal influencia, se acepta el ser global del otro con compasión y respeto.

3. La aceptación incondicional de la vida

En función de las metas u objetivos personales o sociales puede efectuarse una valoración de las circunstancias vitales, aunque tales circunstancias en sí mismas no se juzgan, sino que se asumen y se aceptan activamente.

Los fundamentos de la TREC actual

La base teórica que sustenta la TREC y que permite la adopción de un funcionamiento cognitivo general más adaptativo y racional, así como de la filosofía de vida anteriormente mencionada, deriva de las siguientes ideas centrales.

1. La confluencia entre la carga genética y biológica

Es un elemento con el que el ser humano cuenta en el origen y el conjunto de experiencias contextuales (ambiente físico, relaciones interpersonales y valores sociales imperantes) es la causante del sistema de pensamientos y creencias de cada individuo.

Los aprendizajes derivados de la influencia familiar, académica o profesional, así como de las relaciones interpersonales, configuran una perspectiva particular para leer e interpretarse a sí mismo, a los demás y al mundo de forma global. Digamos que es la lente a través de la cual la persona valora todo aquello que le rodea. Por ello, aunque en ocasiones tales creencias o perspectivas no sean funcionales, tienden a aparecer y a mantenerse de forma inconsciente, puesto que son los preceptos a los que el individuo está habituado a generar de forma automática.

Cuando un pensamiento consigue traspasar del área de los automatismos a la parte consciente, es cuando se posibilita su análisis y su cuestionamiento. El objetivo de la TREC en este sentido deviene, por lo tanto, en hacer consciente, en primer lugar, el tipo de cogniciones que se ponen en marcha ante determinadas situaciones personales y a qué naturaleza corresponden (funcional o no).

2. La metodología que se utiliza en la TREC

Esta es fundamentalmente científica. Ello implica un entrenamiento sustancial en una serie de técnicas que van a favorecer la adopción de un funcionamiento cognitivo general basado en la lógica, el realismo y la racionalidad.

Así, asumiendo que en ocasiones las situaciones personales van a ser más o menos agradables, se aceptan activamente como tales, pero siempre van a valorarse a partir de conclusiones basadas en hechos y no en suposiciones subjetivas. Es decir, la interpretación que el individuo va a aprender a realizar con la TREC va a basarse en hipótesis de pensamiento derivadas de planteamientos lógicos, probables y consistentes. Por contra, se van a desechar aquellas opciones poco probables, contradictorias o fácilmente falseables.

Dicha capacidad para modificar y adecuar los pensamientos propios en función de las evidencias y no de las subjetividades obedece a un estilo de pensamiento flexible, adaptable, modificable, etc., el cual se comprueba con experimentos conductuales donde la persona se expone a sus creencias irracionales a fin de contrastarlas científicamente.

Esta metodología pretende sustituir los razonamientos rígidos y dogmáticos, como por ejemplo ocurre con las creencias ligadas al merecimiento o no merecimiento que se otorgan a las circunstancias vitales que experimentan los demás o uno mismo en función de sus buenas o malas acciones; el método científico no tiene nada que ver con este tipo de justicia divina que a veces se pretende aplicar para evaluar ciertos eventos vitales.

3. Las distinciones conceptuales

Relacionado con el punto anterior, la TREC pretende que la persona aprenda a discernir la diferencia entre una preferencia (relacionada con planteamientos racionales) y una exigencia (vinculada a postulados disfuncionales).

En el primer caso, la preferencia indica un deseo, el cual conlleva la aceptación de la posibilidad de que este no llegue a materializarse.

En el segundo fenómeno, la exigencia implica obligación, necesidad, rigidez, etc., y no contempla la ocurrencia de otras opciones alternativas. Estas últimas son las que más usualmente se asocian a la aparición del malestar emocional personal y suelen estar formuladas mediante las conocidas distorsiones cognitivas "tendría que" o "debería".

4. El foco en el presente

Finalmente, la TREC enfatiza sus técnicas en identificar los patrones cognitivos disfuncionales del presente, por lo cual da una relevancia escasa a otorgar una causalidad traumática a acontecimientos ocurridos en la infancia. La clave reside, con una elevada probabilidad, en la connotación catastrofista que la persona generó en su momento para elaborar sus propios pensamientos, no tanto a la situación en sí misma.

Evidentemente, se asume que existen ciertos eventos como episodios de maltrato, abuso, marcados déficits en la elaboración de vínculos significativos que pueden constituir de forma objetiva situaciones traumáticas. Sin embargo, en muchas otras ocasiones no tan extremas, la interpretación cognitiva realizada al respecto deviene uno de los factores causantes del sistema de creencias disfuncionales que la persona puede presentar en la actualidad.

A modo de conclusión

Como ha podido comprobarse, el tipo de intervención expuesta presenta un desarrollo teórico de base con el suficiente rigor y fundamento como para alcanzar unos índices de eficacia elevadamente significativos. La manera en que un individuo valora su realidad deviene uno de los aspectos fundamentales que condicionan la presencia de un estado emocional adaptativo y satisfactorio.

Así, los aprendizajes básicos que la TREC permite en el individuo se orientan principalmente a generar en la persona una autoimagen de competencia positiva en la gestión de sus propios pensamientos y en la capacidad que estos tienen de ser modificados (apoyados o refutados) en función de las evidencias objetivas halladas. Esta nueva de metodología en el razonamiento favorece, en definitiva, un estilo cognitivo realista, racional y, por consiguiente, más equilibrado.

Referencias bibliográficas:

  • Ellis, A. (2014). Usted puede ser feliz. Terapia Racional Emotiva Conductual para superar la ansiedad y la depresión. Ed: Paidós Ibérica: Barcelona.
  • Ellis A. (2013). Cómo controlar la ansiedad antes de que le controle a usted. Ed: Paidós Ibérica: Barcelona.

Psicología Infanto-juvenil y adultos

Granollers

Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Especializada en Psicología Clínica mediante la titulación de Posgrado en Actualización en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona y Máster en Psicología General Sanitaria en la UDIMA . Especializada en Psicopedagogía mediante la titulación de Máster en Psicopedagogía Clínica en el Instituto Técnico de Estudios Aplicados. Psicóloga infanto-juvenil, de población adulta y psicopedagoga desde hace más de 10 años. Directora de Elisabet Rodríguez - Psicologia i Psicopedagogia (Granollers) desde 2016.

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