Las 4 diferencias entre democratización cultural y democracia cultural

Diferentes conceptos que muestran distintas concepciones de la cultura y su difusión.

Diferencias entre democratización cultural y democracia cultural
Dos ideas de cultura muy distintas.Unsplash.

Es bien sabido que todos los seres humanos tenemos deberes y derechos en igualdad de condiciones; derecho a una vivienda digna, derecho a alimentarnos diariamente, y en términos generales, tenemos derecho de llevar una vida digna.

Dentro de ese abanico de derechos se encuentra también el de la educación y la posibilidad de acceder a los activos culturales de la sociedad en la que vivimos. En este artículo vamos a conocer las diferencias entre democratización cultural y democracia cultural, términos que se prestan para mucha confusión y de los cuales es importante tener una noción clara.

¿Qué es la democracia cultural?

La democracia cultural se refiere a la idea de que los hombres y mujeres son entes culturales que se deben formar de manera autónoma y libre, motivamos por sus intereses particulares respecto a los temas culturales que hay en su interior.

De este modo, teniendo en cuenta lo anterior, ya podemos hacernos una idea de cómo se perfilan las diferencias entre democratización cultural y democracia cultural; la democracia cultural pone énfasis en la necesidad de dejar que sea el propio individuo quien participe de la vida cultural sin limitaciones impuestas.

En este orden de ideas, cuando hablamos de que existe democracia cultural nos estamos refiriendo a que claramente son los propios individuos quienes se motivan a conocer determinados aspectos culturales, sin la necesidad de una dirección externa o imposiciones gubernamentales o empresariales. No hacen falta planes estratégicos para que las personas se involucren culturalmente en actividades programadas por el estado o por algún otro grupo social que las promueva. Los incentivos para hacer que la población participe en actividades culturales pueden ser vistos como una forma de manipulación o sesgo que discrimina ciertas expresiones culturales para dar voz a otras.

Si bien no hace daño que existan diversas alternativas culturales a disposición de la población, lo ideal es que sea el propio sujeto quien decida libremente en cuáles prefiere participar, sin tener ningún tipo de presión externa que lo lleve a involucrarse en alguna actividad de este tipo.

¿Qué es la democratización cultural?

Esta postura es la más común y difundida a nivel de las masas. Desde esta perspectiva, se cree que cuanto mayor sea la difusión cultural desde el punto de vista de la proyección pública y el apoyo institucional, mayor será también la incursión de la población en las actividades culturales nacidas de la sensibilidad intelectual de la élite.

Se tiene la idea de que solo puede existir el máximo desarrollo cultural siempre y cuando la población tenga la posibilidad de acceder libremente a la cultura elitista, y mediante la implementación de una sofisticada maquinaria publicitaria y comunuicativa, así como desde el apoyo económico que posibilite la difusión de esta cultura. Para algunos sectores de la población esta idea resulta algo invasiva.

La democratización cultural es percibida por algunos como una forma de manipulación, que persigue intereses particulares, los cuales van más allá del fin mismo de llevar cultura (la de la élite) a las masas. Desde algunos sectores se ve a este método como una publicidad engañosa, la cual le impide a las personas elegir libremente cuáles son las actividades y las formas de expresión de las cuales prefieren participar.

En este sentido, las personas pasan de ser parte activa y participativa de la cultura por medios propios, a ser una especie de espectadores, los cuales únicamente participaran de las actividades culturales “elitistas” que el sistema les ofrece mediante la publicidad que implementa para algunos de estos movimientos.

En resumidas cuentas, la democratización de la cultura propone ser una especie de guía hacia una “cultura ideal”, la cual es planificada por el estado o por cualquier otro ente privado que se lo proponga; lo cual conlleva a una participación pasiva de parte de la comunidad, ya que no son los ciudadanos los que deciden libremente.

La participación activa únicamente puede darse cuando existe democracia cultural, donde el sujeto es el único responsable de sus elecciones y las realiza desde su propia motivación personal, sin que exista ningún incentivo o sugestión por parte de agentes externos.

Diferencias entre democracia y democratización en la cultura

Ahora vamos a ver un listado con las diferencias entre democratización en la cultura y democracia cultural.

1. El modelo

Por un lado, el modelo de democratización cultural promueve la difusión de la cultura mediante a instrumentos de propaganda y difusión masiva, mientras la que democracia cultural invita a las personas a que participen libremente de las actividades dependiendo de cuáles sean sus intereses particulares por la cultura.

2. La forma de entender la cultura

La democratización cultural entiende a ésta como un bien del colectivo que por defecto no está al alcance de todos y que hay que hacerlo llegar mediante algunos métodos sofisticados. Por otro lado, la democracia cultural entiende que la cultura es más bien de un proceso personal y espontáneo, el cual se construye desde la convivencia cotidiana.

3. El origen de la cultura

En la democratización cultural el origen de esta proviene desde la oficialidad, es decir, que se elabora según los criterios de empleados públicos que se dedican a crear estrategias culturales para el pueblo. Por otro lado, en la democracia cultural es el propio sujeto quien decide en qué actividades participa según su motivación.

4. La propuesta de participación ciudadana

En lo que se refiere a la democratización de la cultura, las personas participan como una especie de público-espectador; están sujetas a las decisiones de otras personas sobre qué clase de contenido experimentar.

En cambio, en la democracia cultural, cada persona es un actor-participante en su propia experiencia cultural, no hay dependencia de ningún tipo respecto a los contenidos en los que el ciudadano desea participar.

Referencias bibliográficas:

  • Gombrich, E. H. (2004): Breve historia de la cultura. Península. Barcelona.
  • Hoult, T.F., ed. (1969): Dictionary of Modern Sociology. Totowa: Littlefield, Adams & Co.

Graduado en Psicología por la Universidad Bicentenaria de Aragua, Venezuela. Diplomado en Psicología Criminal por la Universidad de Carabobo, Venezuela. Redactor en temas de psicología.

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