La personalidad múltiple o trastorno de identidad disociativo (TID) se ha tratado en la ficción de forma recurrente. La novela "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", de Robert Louis Stevenson, y la película "Psicosis", de Alfred Hitchcock, influyeron en un gran número de obras posteriores, en especial en el cine americano.
Múltiple (Split), la última película de M. Night Shyamalan, guionista y director de "El sexto sentido" y "La visita", es el ejemplo más reciente de la utilización de la personalidad múltiple en la ficción. No obstante, existe una gran controversia con respecto a las películas que utilizan el TID para narrar historias sobre violencia y locura, y sobre la misma existencia del trastorno.
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El trastorno de identidad disociativo
Según el DSM-IV-TR, en el trastorno de identidad disociativo coexisten dos o más identidades en una persona. Estas personalidades controlan el pensamiento y los movimientos alternativamente y pueden tener recuerdos y pensamientos distintos, por lo que cada alter ego no necesariamente tiene la misma información que el resto.
La personalidad múltiple se debería a perturbaciones que impedirían el desarrollo normal de la identidad, más que a la ruptura de una personalidad formada. Mientras que la identidad primaria de las personas con TID normalmente es pasiva y depresiva, el resto tienden a la dominancia y a la hostilidad.
Fine atribuye el trastorno de identidad disociativo a un proceso de sugestión similar a la hipnosis que provoca la amnesia selectiva. No obstante, las personalidades pueden estar jerarquizadas de modo que algunas controlen al resto y puedan acceder a sus recuerdos y pensamientos. El cambio de una identidad a otra se atribuye normalmente a grados variables de estrés.
Asimismo las distintas identidades pueden interactuar entre ellas, entrar en conflicto y manifestarse a las otras como alucinaciones visuales o auditivas; son típicas las referencias a los alter egos como voces. Esto puede sugerir ciertas similitudes entre la personalidad múltiple y los trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
El trastorno de identidad disociativo se diagnostica más frecuentemente en mujeres que en hombres. Las mujeres además suelen tener más personalidades. En general las personas a las que se diagnostica personalidad múltiple tienen entre 2 y 10 identidades distintas.
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La controversia en torno al TID y la disociación
Se considera que el trastorno de identidad disociativo es una manifestación extrema del trastorno por estrés postraumático. En estos casos suele haberse dado un trauma en la infancia, normalmente abuso o negligencia paternos. Los síntomas se producen como defensa ante emociones y sensaciones que el menor no es capaz de manejar de forma consciente. Asimismo es frecuente que se dé conjuntamente con trastornos depresivos, trastorno límite de la personalidad y adicciones.
En general los síntomas de TID son atribuidos o a la disociación o a la simulación. Un dato que parece reforzar la perspectiva de que la personalidad múltiple es fingida es el hecho de que se diagnostica con mucha más frecuencia en Estados Unidos, donde se han producido la mayoría de películas que giran en torno a este fenómeno.
Hay quienes afirman que el trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico quimérico usado sólo por el Psicoanálisis, al que en muchos casos se condena desde otras orientaciones argumentando que genera creencias falsas en los pacientes.
El término “disociación” hace referencia a la desintegración de la vida mental: la conciencia, la percepción, la memoria, el movimiento o la identidad. La disociación, propuesta a finales del siglo XIX por Pierre Janet, fue utilizada por los teóricos clásicos del psicoanálisis para explicar la histeria.
Aun hoy en día se utiliza frecuentemente la disociación como constructo explicativo. Autores de orientación cognitivista como Hilgard y Kihlstrom afirman que la mente humana es perfectamente capaz de provocar fenómenos disociativos como la personalidad múltiple a través de un proceso cerebral similar a la hipnosis focalizado en la conciencia o la memoria.
Las 23 personalidades de Kevin en "Múltiple"
(Atención: este apartado contiene spoilers moderados.)
Múltiple es un thriller psicológico en que un hombre llamado Kevin secuestra a tres chicas adolescentes, aparentemente con la intención de usarlas para alimentar a un ser imaginario o real conocido como “la Bestia”. En Kevin coexisten 23 personalidades, pero las que vemos durante la mayor parte de la película son las más hostiles y peligrosas, que han logrado tomar el control de su cuerpo sustituyendo a las identidades más adaptadas.
El actor protagonista, James McAvoy, se pone en la piel de 9 personajes distintos durante la película. Los que más interactúan con las jóvenes secuestradas son Dennis, un hombre con trastorno obsesivo-compulsivo que disfruta viendo bailar a chicas desnudas, Patricia, una mujer inquietantemente cordial, y Hedwig, un niño de nueve años que cecea –y que es un gran fan de la música de Kanye West. Estas tres identidades rechazadas son conocidas por el resto como “la Horda”.
Buena parte de la tensión de la película, especialmente durante los primeros minutos, reside en el hecho de que, como las tres chicas, el espectador nunca sabe cuál de las identidades va a tomar el control en siguiente lugar, ni cuándo.
El trastorno de identidad disociativo en la película
Según describen las identidades de Kevin, todas ellas esperan sentadas en una habitación oscura hasta que Barry, un hombre extrovertido y sensible que constituye la personalidad dominante, les “da la luz”, es decir, les permite controlar el cuerpo que comparten. A Patricia y Dennis, las “personalidades indeseables”, les está prohibida la luz por el peligro que suponen.
Por contra el pequeño Hedwig, que también es rechazado por la mayoría de las identidades, tiene la capacidad de estar “en la luz” siempre que lo desee. Hedwig representa una regresión a la infancia que se produce en momentos en que Kevin no puede hacer frente a la realidad de sus acciones; es interesante que, en la estructura de personalidad del protagonista, estas regresiones tengan prioridad no sólo por encima de las personalidades “sanas”, sino también de los deseos violentos.
De entre las personalidades aceptadas por la conciencia de Kevin, las que llegamos a conocer durante la película son Barry, ya mencionado, Orwell, un hombre obsesionado con la historia y que habla de forma grandilocuente, y Jade, la única de todas las identidades que tiene diabetes. Estos alter ego mantienen una especie de alianza con los que no aparecen; juntos han logrado mantener a “la Horda” fuera de la experiencia consciente, o al menos del control de Kevin, hasta poco antes de que empiece la trama de Múltiple.
Barry y sus aliados visitan de forma regular a una psiquiatra, la Dra. Fletcher. Ésta mantiene la hipótesis de que las personas con personalidad múltiple pueden alterar la química de su cuerpo a través de la autosugestión, debido a las creencias que mantiene cada una de las identidades sobre su propia naturaleza. Para la psiquiatra, las personas con TID pueden desarrollar el “potencial humano” en un grado mucho mayor que quienes no tienen el trastorno.
¿Es realista la trama?
Buena parte de las características del trastorno de Kevin están basadas en los criterios diagnósticos y el curso clínico habitualmente descritos para el trastorno de identidad disociativo. Las identidades alternativas se empiezan a desarrollar debido a los abusos físicos que el protagonista recibe de niño por parte de su madre, en particular las más hostiles, que guardan rencor a las otras porque fueron ellas quienes soportaron el sufrimiento durante esos momentos.
Tanto en el trastorno por estrés postraumático como en el TID es habitual que se haga referencia a experiencias de disociación que tuvieron lugar en los momentos traumáticos; se establecería así el hábito de utilizar mecanismos disociativos para escapar de la realidad en momentos de estrés intenso. El conocido pianista James Rhodes, autor del libro autobiográfico "Instrumental", refiere experiencias disociativas similares pero sin presencia de personalidades múltiples.
La estructura de personalidad de Kevin resulta bastante coherente con las de los casos diagnosticados como personalidad múltiple. Las distintas identidades están jerarquizadas de modo que algunas de ellas (o al menos Barry, la personalidad dominante) pueden acceder a los recuerdos del resto, mientras que, por ejemplo, el niño Hedwig desconoce completamente los pensamientos de los demás. Estas diferencias en el acceso a los contenidos mentales generan las lagunas de memoria de cada una de las identidades.
A priori, la posibilidad de alterar la neurobiología en función del estado de personalidad es uno de los aspectos menos creíbles de la película. No obstante, en muchas ocasiones las personas con personalidad múltiple no sólo afirman que sus distintas identidades tienen trastornos mentales distintos, como es el caso del TOC selectivo de Kevin, sino también que algunas pueden ser diestras y otras zurdas, unas necesitan gafas y otras no, etc.
Como hemos dicho al principio del artículo, un gran número de profesionales cuestionan los testimonios y los estudios que dan apoyo a estas posibilidades. En cualquier caso, en Múltiple Shyamalan utiliza el trastorno como excusa para jugar con los límites entre la realidad y la ficción, como ha hecho durante toda su filmografía.
Controversia en torno al cine sobre personalidad múltiple
La película Múltiple ha sido criticada por grupos que trabajan por la salud mental, como la asociación australiana SANE, y se han registrado peticiones de firmas online en su contra. Desde estas plataformas se advierte de que Múltiple y otros productos de ficción similares, en particular provenientes de Hollywood, son dañinos para las personas con trastornos mentales complejos. Argumentan que se induce a personas que no tienen más información sobre los trastornos que la que obtienen a través de películas a pensar que las personas que los sufren son peligrosas y de naturaleza agresiva.
Si bien conviene saber separar realidad de ficción y entender que el cine no deja de ser un entretenimiento, es cierto que la utilización repetida del trastorno de personalidad múltiple en películas de terror ha transmitido una imagen sesgada de éste –en caso de que realmente exista tal entidad diagnóstica.
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