El espacio es un lugar muy extraño, enorme, frío y muy desconocido. Pese a que la ciencia ha conseguido avanzar significativamente en cuanto a los métodos para observar el vasto firmamento, apenas conocemos, o creemos conocer, un 4% del cosmos.
Esto significa que la inmensa mayoría de todo los fenómenos y objetos cósmicos son algo desconocido por la especie humana. ¿Llegaremos a conocerlos todos? Es dudoso, pero desde luego lo poco que se ha descubierto hasta la fecha es algo verdaderamente llamativo.
A continuación veremos los 18 planetas más extraños del Universo, los fenómenos que los hacen ser tan peculiares y cómo de lejos se encuentran de nuestro planeta natal.
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Los 18 planetas más extraños del Universo, y sus características
La Tierra es un planeta extraño si lo pensamos detenidamente. Es un cuerpo cósmico que está albergando vida, algo que hasta la fecha no se ha encontrado en ningún otro planeta, aunque suposiciones de haberla en otros mundos se han hecho y muchas.
No obstante, quitando esto, el resto de fenómenos terrestres no son tan llamativos si nos ponemos a compararlos con los de otros mundos.
Hay planetas con tormentas de minerales, temperaturas extremas y órbitas ridículamente pequeñas. A continuación descubriremos los 18 planetas más extraños del Universo.
1. Kepler-16b, gemelo de Tatooine
Cuando George Lucas presentó en su saga Star Wars a Tatooine, un planeta con dos soles, era un auténtico visionario.
Si bien en Kepler-16b no se podría vivir como en Tatooine, sí que comparte el tener dos astros reyes. En este planeta hay dos amaneceres y dos atardeceres y, si algún día podemos llegar a estar ahí, desde luego disfrutaremos de vistas espectaculares.
2. Kepler-64b, el planeta con cuatro soles
Pero si el anterior planeta tenía dos soles como Tatooine, el siguiente lo supera, ¿para qué conformarse con dos si puedes tener cuatro? Kepler-64b, también llamado PH1, es un planeta en el que se pueden observar hasta cuatro estrellas en su firmamento.
Orbita un sistema binario, a que su vez tiene otro sistema girando a su alrededor. Es decir, Kepler-64b gira en torno a dos estrellas que, a su vez, tienen otras dos estrellas dándoles vueltas. A esto se le denomina sistema circumbinario, y es algo realmente extraño.
La vida, tal y como la conocemos, es un sueño inalcanzable en PH1. Se trata de un planeta gigante, formado por gas con un radio más de 6 veces el de la Tierra, y con una masa 170 veces más grande que la de nuestro planeta.
3. Kepler 36c y Kepler 36b, dos planetas muy cercanos
Kepler 36c y Kepler 36b son dos planetas de nombre casi idéntico, y esto ya nos viene a decir lo cercanos que son.
Ambos orbitan una estrella a distancias muy similares, casi en la misma órbita. Uno lo hace a unos 19 millones de kilómetros, mientras que el segundo está a unos 17,5 millones de kilómetros de su astro.
Cada 97 días Kepler 36c y Kepler 36b sufren una conjunción, es decir, que la distancia entre ambos es tan cercana que prácticamente se tocan (apenas 2 millones de kilómetros). Si pudiéramos estar en uno de estos planetas veríamos en su cielo al otro planeta, aunque la vista no sería la misma.
Si estuviéramos en Kepler 36b observaríamos a Kepler 36c como un gigante cuerpo celeste, mucho más grande que la Luna. En cambio, si fuera al revés, veríamos a Kepler 36b de un tamaño similar al de nuestro satélite.
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4. ¿Quieres ser rico? Ve a HAT-P-7b
El universo es un lugar mágico, misterioso e inconmensurable. Tan grande que nuestros sueños y fantasías más remotas se pueden cumplir. ¿Quién no ha deseado que caigan piedras preciosas del cielo? Esto es una realidad en HAT-P-7b.
Este planeta es uno de los elementos más lejanos descubiertos hasta la fecha, situándose a más 1.000 años luz de la Tierra en la constelación del Cisne. En su parte oscura llueve corindón, que es un mineral formado por óxido de aluminio a partir del cual se forman los rubíes y zafiros.
Aunque de momento no podemos viajar hasta ese maravilloso mundo en el que nos haríamos de oro, bueno, mejor dicho de corindón, sí que podemos conformarnos con saber que existe. A todo esto, este fue el objeto cósmico número un millón descubierto por el telescopio Hubble.
5. Sistema PSR B1620-26: los planetas que orbitan un púlsar
Hasta hacía unos pocos años la astronomía daba por hecho que las estrellas de neutrones o púlsares, originadas por supernovas, destruían todo lo que había a su alrededor, incluidos sus planetas.
Sin embargo, el descubrimiento de PSR B1620-26 demostró lo contrario. Este es un sistema binario que se ubica en la constelación de Escorpio, y está formado por un púlsar, una estrella enana blanca y un planeta cuya masa es mayor que la de Júpiter.
No debería haber ningún planeta aquí, pero lo hay, lo cual resulta ser un fenómeno, extraño y, a la vez, hermoso.
6. J1407b, el planeta de los anillos
J1407b es un planeta a 434 años luz de la Tierra y lo llamativo de su aspecto es que posee increíbles anillos. En total tiene unos 37 anillos y, si este planeta estuviera en nuestro Sistema Solar, podríamos verlos en el cielo, y es hasta posible que se vieran mejor que la Luna llena.
Estos anillos ocupan 120 millones de kilómetros y son entre 200 y 640 veces más grandes que los de Saturno. De hecho, son tan grandes que en su interior contienen un satélite, de tamaño mayor que Marte.
7. El pequeño, pequeño Kepler 37b
Kepler 37b es un exoplaneta situado a 215 años luz de la Tierra. Es un planeta pequeño, minúsculo, con un diámetro de 3.865 kilómetros, poco más grande que la Luna. Su órbita alrededor de su estrella es de unos 13 días de duración y está compuesto por materiales rocosos. Se considera que no posee atmósfera.
8. Osiris y su larga cola
HD 209458 b, informalmente llamado Osiris, es un planeta verdaderamente peculiar. Su atmósfera está compuesta por hidrógeno, oxígeno y carbono y se ha detectado evaporación en ella.
Es por esto que los astrónomos creen que este planeta pierde masa por la radiación de su estrella, produciendo una gigantesca cola de 200.000 kilómetros que se cree que podría ser la responsable de haber perdido hasta un 7% de su masa.
9. Kepler 7b y su inexplicable densidad
Kepler 7b es un planeta muy grande, el doble que Júpiter. Pese a ello, este exoplaneta destaca por tener la mitad de densidad de Júpiter, de hecho, es uno de los elementos con menor densidad descubiertos hasta la fecha.
Tiene una décima parte de densidad (0,166 g/cm³) de la que tiene el agua (1g/cm³), lo cual es algo muy llamativo. Resulta ser que, hasta la fecha, no existe ninguna ley científica que dé sentido a este hecho, con lo cual Kepler 7b tiene una densidad inexplicable, de momento.
10. En HD 106906 b no ha llegado el invierno
HD 106906 b es un planeta muy extraño situado a 300 años luz de la Tierra. Pese a situarse a 97.000 millones de kilómetros de su estrella (muy, pero que muy lejos), la ciencia todavía tiene la incógnita de cómo puede ser que no esté congelado.
De hecho, en este planeta se está bastante calentito, a una agradable temperatura de 1.500 ºC. De acuerdo con su distancia esto no podría ser posible, pero se ha barajado la hipótesis de que como se trata de un exoplaneta de reciente formación todavía estaría caliente y, por lo tanto, aún no habría llegado ese invierno permanente como sí es el caso de Plutón.
11. 55 Cancri e y su muy valioso corazón
Situándose a unos 40 años luz de la Tierra y teniendo un tamaño el doble de grande que nuestro planeta, 55 Cancri e es un planeta verdaderamente valioso.
Su órbita es de apenas 18 horas, lo cual ya de por sí es bastante sorprendente. Su temperatura es infernal, de 2.000 grados, que desde luego es un dato que tampoco deja indiferente a nadie. Pero lo que más llama la atención es su núcleo, un corazón hecho de diamante.
Este mineral representar una tercera parte de la masa total del planeta, mientras que el resto, especialmente su superficie, se compone de grafito. Así pues, podemos decir que este planeta, mayormente compuesto por elementos hechos a base de carbono, es un mundo con un muy valioso corazón.
12. Ogle-2005-Blg-390lb, un gélido paraíso
Ogle-2005-Blg-390lb llama la atención, no solo por su enrevesado nombre que parece más propio de un error de programación. Situado a 20.000 años luz, en la constelación de Sagitario, este planeta no tiene nada que envidiar a Invernalia o al reino helado de Frozen.
Está muy lejos de su astro rey, una enana roja, de la cual no recibe apenas calor. Es por esto que raras veces tiene temperaturas por encima de -220 ºC, siendo un desierto congelado en el que la vida es algo muy poco probable, o al menos en su superficie.
Se ha hipotetizado que, si bien en su superficie sería difícil, en su núcleo podría haber calor suficiente como para derretir los hielos internos y formar un enorme océano subterráneo. Se cree que el calor lo generaría la atracción gravitatoria de sus lunas, que le dan cierta temperatura.
13. Gliese 436b, un infierno con hielo
Gliese 436b es un planeta paradójicamente infernal. Está relativamente cerca de nuestro planeta, a tan solo unos 30 años luz de distancia, y fue de el primer exoplaneta en el que se determinó que contenía agua.
La curiosidad de esto es que difícilmente se podría encontrar agua no evaporada en este planeta, dado que su temperatura media es de 439 ºC. Está muy cerca de su estrella, unas 15 veces más cerca de lo que lo está Mercurio con respecto al Sol.
Pero no únicamente sí tiene agua, ¡es que esta agua está congelada! Hay hielo en sus polos. Por increíble que parezca, hay una explicación física: este planeta tiene una gravedad tan fuerte que comprime el vapor de agua y la transforma en hielo.
14. HD 189773b, en la belleza encontrarás la violencia
HD 189773b se encuentra a 62 años luz de nuestro planeta. Es apenas un poco más grande que Júpiter y posee un tono azul profundo, muy bonito, producto de su extraña atmósfera compuesta por moléculas de silicato.
Pero más allá de su bella superficie se esconde un mundo violento, hostil y feo. Con vientos que alcanzan los 8.600 km/h y temperaturas de 900°C no es un planeta muy agradable donde vivir. Y por si fuera poco los días de lluvia son verdaderamente agresivos, pues a causa de las partículas de silicato atmosféricas en HD 189773b llueve hiriente vidrio.
15. El viejo Psr B1620-26 B
Si bien Psr B1620-26 B no es tan viejo como el Universo, casi le alcanza en edad. Este planeta tiene aproximadamente 13 mil millones de años, el triple de edad que la Tierra y apenas mil millones de años más joven que el Big Bang.
Se formó alrededor de una estrella joven, similar a nuestro Sol, y orbita dos estrellas ya muertas en un cúmulo donde se pueden encontrar más de 100.000 estrellas.
16. WASP-12b: el planeta con forma de huevo
WASP-12b es un exoplaneta muy cercano a su estrella, tanto que tan solo tarda un día en completar su órbita alrededor de ella.
Pero no es solo el hecho de que en ese un año se pase tan rápido como un día, literalmente. A causa de su fuerza de gravedad este planeta tiene una forma similar a la de un huevo.
17. TrES 2b y su oscuridad
TrES 2B es uno de los planetas más misteriosos de los que se han encontrado. Está situado a unos 450 años luz de nuestro planeta y, hasta la fecha, es el planeta más oscuro conocido.
No llega a reflejar ni un 1% de la luz que le llega a su superficie. Este planeta es un gigante de gas, que contiene una alta presencia de sodio y potasio en su espectro visible.
18. En GJ 504 b se lleva el rosa
Como si se tratara de un planeta del universo de Ratchet & Clank, donde los mundos de vivos colores predominan, GJ 504 b es un planeta de llamativo color rosa. Este planeta, de relativa juventud, brilla como consecuencia del calor de su reciente formación.
A parte de ser el paraíso de Paris Hilton, lo llamativo de este planeta es que tiene cuatro veces la masa de Júpiter, siendo el exoplaneta con menor masa detectado directamente a través de telescopios.
Reflexión final
El Universo es un lugar tan extenso que es dudoso que la especie humana llegue a comprenderlo en su totalidad antes de que nos extingamos. ¿En cuántos de esos mundos habrá vida? ¿Cómo es la vida ahí? ¿Qué cosas aparentemente imposibles suceden en tan alejados mundos? Si existe un planeta rosa, otro en el que llueven rubíes y zafiros y otro con cuatro soles, desde luego, todo lo que nos podamos imaginar es posible ahí arriba.
Referencias bibliográficas:
- Wolszczan, A.; D. A. Frail (1992). A planetary system around the millisecond pulsar PSR1257+12. Nature 355: 145-147.
- Brown, A. G. A.; et al. ( 2018). Gaia Data Release 2: Summary of the contents and survey properties. Astronomy & Astrophysics. 616.
- Carter, J. A.; et al. (2012). Kepler-36: A Pair of Planets with Neighboring Orbits and Dissimilar Densities. Science. 337 (6094): 556–559.
- Bodenheimer, P.; Stevenson, D.; Lissauer, J.; D'Angelo, G. (2018). New Formation Models for the Kepler-36 System. The Astrophysical Journal. 868 (2): id. 138 (17 pp.)
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