Atravesar un duelo se puede describir como el camino que se recorre hasta aprender a vivir sin eso que se debe dejar ir; es decir, aprender a adaptarse a la pérdida y a la transformación en general.
Entre esos cambios que implican transformación está la adolescencia, un periodo de transición que se caracteriza por la experimentación de modificaciones físicas y psicológicas, pero también sociales. Dentro del alto nivel de transformación que implica la adolescencia, el duelo ocupa un papel bastante importante.
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En este artículo, profundizamos sobre los principales duelos que puede enfrentar un adolescente, cómo se manifiestan en lo emocional y cuáles estrategias pueden ayudar a afrontarlos de una forma más saludable.
¿Qué es el duelo en la adolescencia?
En primer lugar, es importante destacar que el duelo es una respuesta natural ante la pérdida, y no se limita únicamente a la muerte. Por ejemplo, en la adolescencia, el duelo se expresa con la pérdida de la niñez, los cambios en el cuerpo, el nuevo significado de la relación con los padres y otros procesos que intervienen en la formación de una identidad.
El duelo en la adolescencia puede sentirse con mayor intensidad debido a la vulnerabilidad emocional propia de esta etapa. Razón que da un papel fundamental al entorno social y familiar de todo joven, al momento de enfrentar y procesar la pérdida.
Comprender el duelo en este período es fundamental para acompañar a los adolescentes de manera empática, y en la que sientan un apoyo real.
Principales duelos en la adolescencia
A continuación, te mostraremos algunas de las razones más comunes por las que los jóvenes atraviesan por un duelo:
1. El duelo por la infancia
Uno de los primeros duelos que enfrenta un adolescente es dejar la infancia. Durante esta etapa, los niños y niñas poseen un rol claro dentro de su núcleo familiar, donde son vistos y tratados como infantes, lo que representa una dependencia mucho más elevada en cuanto a lo emocional y material por parte de sus figuras cuidadoras.
Sin embargo, con la llegada de la adolescencia, llegan nuevas responsabilidades y se redefine la relación con los adultos. En este sentido, dejar atrás la infancia implica aprender a verse a sí mismo desde una nueva perspectiva para la cual puede que no se esté totalmente preparado.
Esto implica atravesar cambios y construir una identidad con mayor independencia. Este proceso puede generar sentimientos de nostalgia, inseguridad y miedo, ya que supone abandonar un espacio seguro y conocido.
2. El duelo por los cambios corporales y el despertar sexual
Ante los cambios hormonales durante la adolescencia, el cuerpo experimenta un montón de cambios. Hasta la pubertad, el niño o la niña ha desarrollado una imagen corporal con la que tiene afinidad. Sin embargo, con la llegada de esta nueva etapa, su imagen comienza a transformarse y, en muchas ocasiones, de forma impredecible.
El crecimiento, la aparición de caracteres sexuales secundarios y la maduración física pueden generar un sentimiento de incomodidad y rechazo hacia el propio cuerpo. Además, la vivencia de la sexualidad y el deseo pueden ser aspectos difíciles de comprender y aceptar, sobre todo cuando estos cambios no están acompañados de una educación sexual integral y honesta.
Este duelo no solo se relaciona con la aceptación del cuerpo, sino también con la construcción de una identidad sexual y afectiva. Muchos adolescentes experimentan confusión respecto a sus sentimientos y preferencias, lo que puede generar ansiedad y miedo al rechazo social.
3. Independencia y la redefinición del vínculo paternal
Durante la infancia, los padres ocupan un lugar central en la vida de niños y niñas, siendo figuras de referencia, autoridad y protección. Pero, al llegar la adolescencia, estas figuras comienzan a desdibujarse y dejan de ser vistos desde la idealización. Es allí cuando los jóvenes inician un proceso de individuación, en el cual buscan mayor autonomía.
Este proceso puede generar conflictos familiares, ya que implica un distanciamiento emocional y, en algunos casos, una sensación de pérdida tanto para los padres como para los adolescentes. Mientras los jóvenes buscan reafirmar su identidad y establecer su propio criterio, los adultos pueden sentirse desplazados o sin saber cómo gestionar estos cambios.
El duelo por la independencia, como pasa en cualquier otro duelo, no es un proceso que ocurra de manera lineal. En cambio, puede estar marcado por momentos de acercamiento y distanciamiento. La búsqueda de apoyo cobra gran importancia en este período, ya que los amigos o conocidos se convierten en referentes fundamentales en la construcción de la identidad.
4. Expectativas y la identidad en construcción
La adolescencia también es una etapa en la que se cuestionan muchas de las creencias y expectativas que se tenían en la infancia. Los jóvenes comienzan a preguntarse quiénes son, qué quieren en la vida y cuál es su lugar en el mundo, por lo que en este proceso pueden experimentar la pérdida de ciertas certezas y la necesidad de redefinir su identidad.
Este duelo puede manifestarse en la dificultad para tomar decisiones, la sensación de no encajar en ningún grupo o la ansiedad o descubrir la ansiedad por el futuro. En algunos casos, puede generar crisis de identidad en las que sienten que no tiene un rumbo claro o que debe abandonar ciertos gustos o sueños que ya no se alinean con la nueva percepción de sí mismo o sí misma.
5. Pérdida de seres queridos o cambios en el entorno social
Además de los duelos internos, los adolescentes también pueden enfrentar pérdidas externas significativas, como la muerte de un ser querido (incluyendo la muerte de mascotas), la separación de los padres o la migración. Estas experiencias pueden ser especialmente difíciles de procesar, ya que ocurren en un momento de alta vulnerabilidad emocional.
Cuando un adolescente atraviesa una pérdida significativa es importante brindarle espacio para expresar sus emociones y ofrecerle apoyo sin invalidar su dolor. Incluso, puede existir la creencia de que por su edad no entienden lo que significa la pérdida física. Por ello, la forma en que el entorno responde a estas pérdidas influye en la manera en que el joven las afronta y las integra en su desarrollo.
Estrategias para afrontar el duelo en la adolescencia
Como todo proceso natural, el duelo es necesario de atravesar, aunque no sea fácil. En algunos casos, puede generar un malestar tan profundo que afecta la salud emocional y el bienestar del adolescente. A continuación, te presentamos algunas estrategias para acompañar y sobrellevar este proceso:
1. Validar las emociones y fomentar la expresión
Es fundamental permitir que el adolescente exprese sus emociones sin ser juzgado ni minimizar su dolor. Validar su experiencia le ayudará a sentirse comprendido y acompañado en su propio proceso.
2. Brindar apoyo sin invadir
Acompañar a un adolescente en duelo implica ofrecerle apoyo, pero sin generar presiones para hablar o actuar de determinada manera. Respetar su ritmo y sus necesidades es clave para que pueda procesar la pérdida de manera saludable.
3. Fomentar la construcción de una nueva identidad
El duelo en la adolescencia es también una oportunidad para el crecimiento y la construcción de una identidad. Entonces, incentivar la exploración de intereses, talentos y nuevas relaciones puede ayudar al joven a redescubrirse y encontrar nuevos propósitos.
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Psicóloga Desirée Infante
Psicóloga Desirée Infante
Psicologia y neuropsicologia
4. Buscar ayuda profesional, de ser necesario
En casos de duelo prolongado y doloroso, se recomienda buscar el apoyo de un experto en salud mental. La psicología proporciona herramientas para la gestión emocional y un acompañamiento personalizado en el proceso de adaptación.


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