El nombre de psicología genética es posiblemente desconocido por muchos, y a más de uno seguramente le haga pensar en la genética del comportamiento, pese a que, tal y como la formuló Piaget, este campo de estudio psicológico poco tiene que ver con la herencia.
La psicología genética se centra en averiguar y describir la génesis del pensamiento humano durante todo el desarrollo del individuo. Veamos a continuación más a fondo este concepto.
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Psicología genética: ¿qué es?
La psicología genética es un campo psicológico que se encarga de investigar los procesos del pensamiento, su formación y sus características. Trata de ver cómo se desarrollan las funciones mentales ya desde la infancia, y busca explicaciones que les den sentido. Este campo psicológico fue desarrollado gracias a las contribuciones de Jean Piaget, psicólogo suizo muy importante durante el siglo XX, especialmente con respecto al constructivismo.
Piaget, desde su perspectiva constructivista, postulaba que todo proceso de pensamiento y características individuales de la mente son aspectos que se van formando a lo largo de la vida. Los factores que influirían en el desarrollar un estilo de pensamiento concreto y un conocimiento e inteligencia asociados serían, básicamente, toda influencia externa que uno vaya recibiendo durante su vida.
Es posible que el nombre de psicología genética induzca al error de pensar que tiene algo que ver con el estudio de los genes y el ADN en general; sin embargo, cabe decir que este campo de estudio tiene poco que ver con la herencia biológica. Esta psicología es genética en tanto a que aborda la génesis de los procesos mentales, es decir, cuándo, cómo y por qué se forman los pensamientos de los seres humanos.
Jean Piaget como referente
Como ya hemos visto, la figura más representativa dentro del concepto de la psicología genética la tenemos en la persona de Jean Piaget, quien es considerado, especialmente en la psicología del desarrollo, uno de los psicólogos más influyentes de todos los tiempos, junto con Freud y Skinner.
Piaget, tras obtener un doctorado en biología, empezó a profundizar sobre la psicología, estando bajo la tutela de Carl Jung y Eugen Bleuler. Tiempo después, empezó a trabajar como profesor en una escuela de Francia, en donde tuvo contacto de primera mano con la forma en que los niños se iban desarrollando cognitivamente, lo cual le hizo iniciar su estudio en la psicología del desarrollo.
Ya estando allí, se interesó en comprender cómo los procesos de pensamiento se iban formando ya desde la más temprana infancia, además de estar interesado en ver qué cambios se iban produciendo en función del estadio en el que se encontrara el infante y cómo esto podía repercutir, muy a largo plazo, en su adolescencia y adultez.
Aunque sus primeros estudios fueron algo que pasaron bastante desapercibidos, fue a partir de la década de los sesenta que empezó a adquirir mayor protagonismo dentro de las ciencias del comportamiento y, en especial, en la psicología del desarrollo.
Piaget deseaba conocer cómo se formaba el conocimiento y, más concretamente, como se pasaba del conocimiento propiamente infantil, en el que abundan las explicaciones simplistas y poco alejadas del ‘aquí y ahora’, a uno más complejo, como es el adulto, en el que el pensamiento abstracto tiene cabida.
Este psicólogo no era constructivista desde un principio. Cuando inició su investigación, estaba expuesto a múltiples influencias. Jung y Breuler, bajo de quien estuvo tutorizado, eran más cercanos al psicoanálisis y a teorías eugenésicas, mientras que la tendencia general en investigación era de tipo empirista y racionalista, a veces más cercano al conductismo. Sin embargo, Piaget supo extraer lo que para él era lo mejor de cada rama, adoptando una posición del tipo interaccionista.
La psicología conductista, de la mano de Burrhus Frederic Skinner, era la corriente más defendida por aquellos quienes trataban, desde una perspectiva científica, describir el comportamiento humano. El conductismo más radical defendía que la personalidad y las capacidades mentales dependían de forma muy relevante de los estímulos externos a los que estuviera expuesta la persona.
Si bien Piaget defendía esta idea de forma parcial, consideró también aspectos propios del racionalismo. Los racionalistas consideraban que la fuente del conocimiento se fundamenta en nuestra propia razón, lo cual es algo más interno que no lo que defendían los empiristas y que es aquello que hace que interpretemos de forma muy variable el mundo.
Así pues, Piaget optó por una visión en la que combinaba tanto la importancia de los aspectos externos de la persona como su propia razón y capacidad para discernir entre aquello que debe ser aprendido, además de la forma en que aprende ese estímulo.
Piaget entendía que es el entorno el principal causante del desarrollo intelectual de cada uno, sin embargo, es también importante la forma en que la persona interactúa con ese mismo entorno lo que hace que acabe desarrollando determinados nuevos conocimientos.
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Desarrollo de la psicología genética
Una vez ya asentada su visión interaccionista del pensamiento, lo cual en última instancia acabó transformándose en el constructivismo piagetiano tal y como es entendido hoy en día, Piaget llevó a cabo investigaciones para esclarecer con más exactitud cuál era el desarrollo intelectual de los niños y niñas.
Al principio, el psicólogo suizo recopiló datos de forma similar a como se hace en la investigación más tradicional, sin embargo esto no le acabó de gustar, por este motivo optó por inventar su propio método para investigar a los niños. Entre ellos estaba la observación naturalista, el examen de casos clínicos y la psicometría.
Como en sus orígenes había estado en contacto con el psicoanálisis, en su época de investigador no pudo evitar usar técnicas propias de esta corriente de la psicología; sin embargo, posteriormente se volvió consciente de lo poco empírico que resulta el método psicoanalítico.
En su camino tratando de discernir cómo se genera el pensamiento humano a lo largo del desarrollo y concretando cada vez más lo que él entendía por psicología genética, Piaget escribió un libro en el que trató de plasmar cada uno de sus descubrimientos y exponer la mejor forma de abordar el estudio del desarrollo cognitivo en la infancia: El lenguaje y el pensamiento en los niños pequeños.
El desarrollo del pensamiento
Dentro de la psicología genética, y de la mano de Piaget, se han propuesto unos estadios de desarrollo cognoscitivo, los cuales permiten comprender la evolución de las estructuras mentales de los niños.
Estos estadios son los que a continuación vienen, los cuales vamos a abordar de forma muy rápida y simplemente destacando cuáles son los procesos mentales que destacan en cada uno de ellos.
- Etapa sensoriomotora (de 0 a 4 años): Se adquiere la noción de espacio y tiempo.
- Etapa preoperacional (2-7 años): Función simbólica del lenguaje y pensamiento.
- Etapa lógica operacional (7-11): capacidad para clasificar elementos en grupos.
- Etapa lógica formal (desde los 11 años): pensamiento hipotético-deductivo.
¿Cómo entendía Piaget el conocimiento?
Para Piaget el conocimiento no es un estado estático, sino todo un proceso activo. El sujeto que trata de conocer una determinada materia o aspecto de la realidad cambia acorde a aquello que trata de conocer. Es decir, hay una interacción entre el sujeto y el conocimiento.
El empirismo defendía una idea contraria a la piagetiana. Los empiristas sostenían que el conocimiento es más bien un estado pasivo, en el que el sujeto va incorporando el conocimiento a partir de la experiencia sensible, sin tener la necesidad de intervenir a su alrededor para adquirir estos nuevos conocimientos.
Sin embargo, la visión empirista no permite explicar de forma fidedigna como se da la génesis del pensamiento y del nuevo conocimiento en la vida real. Un ejemplo de ello lo tenemos con la ciencia, la cual avanza constantemente. No lo hace mediante la observación pasiva del mundo, sino hipotetizando, reformulando argumentos y poniendo a prueba métodos, los cuales varían en función de los hallazgos que se hagan.
Referencias bibliográficas:
- Coll, C. y Martí, E. (2001). Aprendizaje y desarrollo: la concepción genético-cognitiva del aprendizaje. En C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (Comps.), Desarrollo psicológico y educación. 2. Psicología de la educación escolar. 2ª ed. (pp. 67-88). Madrid: Alianza Editorial.
- Piaget, J. (1947) La psychologie de l’intelligence. Paris: A. Colin. (Trad. cast.: La psicología de la inteligencia. Barcelona: Crítica, 1983).
- Jáuregui, C.A., Mora, C.A., Carrillo D.M. et al. (2016). Manual práctico para niños con dificultades en el aprendizaje. Latinoamérica: Editorial médica panamericana.
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