¿Qué puedes esperar en tu primer encuentro con un psicólogo?
Dar el paso para iniciar un proceso terapéutico es un gesto de valentía, pero también es muy habitual que venga acompañado de dudas e incertidumbres. Si nunca has ido a terapia, es normal que no sepas exactamente cómo será esa primera sesión. ¿Qué tienes que contar? ¿Te van a hacer preguntas difíciles? ¿Tienes que hablar de todo desde el principio? La primera cita con un psicólogo no es un juicio ni una evaluación definitiva. Más bien, es una toma de contacto, un espacio para que empieces a familiarizarte con el entorno terapéutico.
A continuación te explicamos algunas de las fases suelen formar parte del primer encuentro en una terapia:
Presentación y escucha activa por parte del profesional: El psicólogo te explicará cómo trabaja, cuál es su enfoque y responderá a las preguntas que tengas. Te escuchará con atención y sin juzgarte, facilitando un ambiente seguro desde el primer momento.
Exploración general del motivo de consulta: No hace falta que tengas todo claro, pero sí es habitual que el profesional te pregunte qué te ha llevado a buscar ayuda. Puedes compartir lo que te preocupa, cómo te sientes y desde cuándo lo estás viviendo.
Revisión básica de tu contexto personal y emocional: Puede que se aborden aspectos de tu vida como tu trabajo, relaciones familiares, estado emocional general o experiencias previas en terapia. Esto ayuda a tener una visión global de tu situación.
Establecimiento de objetivos iniciales: No siempre se definen desde la primera sesión, pero muchas veces se intenta vislumbrar qué te gustaría lograr con la terapia. Esto puede ir cambiando, pero da un primer marco al proceso.
Espacio para que tú también observes cómo te sientes: Igual que el psicólogo te escucha, tú también puedes evaluar cómo te sientes hablando con él o ella. La conexión terapéutica es fundamental, y este primer contacto puede ayudarte a valorarla.
Explicación de cómo será el proceso a partir de ahora: El psicólogo puede indicarte con qué frecuencia serían las sesiones, cuál será el enfoque que utilizará o qué tipo de ejercicios podrían trabajarse. Esto te da una idea más clara de lo que vendrá.
Empezar terapia no significa tener todas las respuestas, sino estar dispuesto a empezar a buscarlas. Tu primera sesión será un espacio para explorar, sin exigencias ni prisas. Si te sientes escuchado y cómodo, es buena señal de que estás en el lugar adecuado.