¿Por qué los jóvenes beben alcohol?

Un resumen de los factores que entran en juego en el consumo de este tipo de bebidas entre jóvenes.

¿Por qué los jóvenes beben alcohol?

El consumo de alcohol por parte de los jóvenes no es algo nuevo, pero sí es un tema sobre el cual cada vez se intenta tener más control.

Vamos a tratar de profundizar en las raíces de esta problemática para averiguar las posibles causas que llevan a adolescentes e incluso niños más jóvenes a consumir esta sustancia tan nociva para su desarrollo físico y mental.

Por qué los jóvenes beben alcohol: problemática social

La nuestra es una sociedad basada en el estado de bienestar, y eso implica, entre otras cosas, velar para que todos los ciudadanos gocen de la mejor salud posible, especialmente si se trata de menores de edad, que están todavía más protegidos. Por eso no es de extrañar que una de las cuestiones que más preocupan a las autoridades sanitarias sea el por qué los jóvenes beben alcohol, y se hacen enormes esfuerzos para tratar de entender este problema y ponerle soluciones.

Es en la adolescencia, entre los 11 y los 17, cuando el niño atraviesa ese periodo de transformación que le llevará a convertirse en una persona adulta, cuando suele surgir esta problemática. Sin embargo, es evidente que no todos los adolescentes se comportan igual, y mientras unos deciden tomar más riesgos, experimentar y pensar menos en las consecuencias, otros optan por ser más cautos y no transgredir las reglas, evitando, por lo tanto, el consumo de alcohol.

Entonces, ¿por qué los jóvenes beben alcohol? Pues una de las posibles causas, repetida habitualmente, es simplemente por sentirse integrados en su grupo de iguales. Por lo tanto, si en su grupo han decidido probar la cerveza o las copas como una forma de diversión, hay una alta probabilidad de que el adolescente también lo haga, pues busca la aprobación, el sentirse parte de un grupo y además se siente respaldado por el resto, al ser una actividad compartida.

Por supuesto, entran en juego muchos otros factores, algunos tan primarios como la propia personalidad de la persona, que le hará más o menos proclive a la impulsividad, a la asunción de riesgos, etc. También a la combinación entre los diferentes factores de protección y factores de riesgo que rodean al niño, y aquí entra de lleno su propia familia. Pero este punto merece una sección aparte.

El consumo de alcohol en la familia

Pero no solo se trata de las conductas observadas en el círculo de amistades. Para poder responder a por qué los jóvenes beben alcohol también es especialmente relevante la visión que el adolescente tiene del alcohol respecto a los comportamientos que ha observado en su propia familia durante su infancia. Si, siendo niño, ha estado habituado a ver como sus propios padres, tíos, abuelos, etc., tomaban alcohol en las comidas, en los eventos familiares, e incluso ha llegado a verles en estado de embriaguez, le dará un carácter de normalidad y será más sencillo que decida probarlo.

Lógicamente, no se trata solo de la mera observación, también es importante las enseñanzas que haya recibido en casa al respecto, puesto que los padres han podido consumir alcohol esporádicamente en su presencia, ya sea en eventos familiares o con amistades, pero a su vez hacerle ver al niño que se trata de un producto que únicamente deben tomar los adultos, siempre con moderación, y dejar claras las posibles consecuencias de su consumo.

Esto puede no ser siempre lo eficaz que nos gustaría, puesto que por mucho que los padres traten de disuadir a los hijos del consumo de alcohol, es mucho más poderoso el impacto que supone para ellos la observación de las propias conductas de los adultos, así que, si se les dice que no deben probar estas sustancias pero es habitual verles a ellos mismos (a sus padres) con una bebida alcohólica en la mano, difícilmente calará en ellos el mensaje que tratan de transmitirles verbalmente sus adultos de referencia.

Por supuesto, no es lo mismo que el menor vea a sus familiares tomar una cerveza o un vino esporádicamente, en el contexto de una comida familiar o un evento, a que les vea en un estado habitual de embriaguez. En este caso estaríamos hablando de un problema de alcoholismo cuyas consecuencias pueden extenderse sobre los hijos con mucha mayor probabilidad, y no solo por una réplica del comportamiento, sino por una negligencia parental e incluso un posible caso de síndrome alcohólico fetal, si ha ocurrido durante la gestación. Pero esas serían ya otras problemáticas.

Evolución del consumo de alcohol en la actualidad

Aunque la problemática de por qué los jóvenes beben alcohol está rodeada de cierto sensacionalismo que nos hace creer que la tendencia es negativa y que por tanto la situación hoy es mucho más grave que hace unos años, lo cierto es que no es así. Como ocurre con muchas otras cuestiones, que el problema esté ahora mucho más visibilizado que antes no quiere decir que se haya agravado, sino que se le presta más atención y por lo tanto también se toman más medidas para atajarlo.

Un estudio reciente ha demostrado que en los países desarrollados ha descendido el consumo de alcohol entre los jóvenes a lo largo de estas dos primeras décadas del siglo XXI. Según sus conclusiones, la principal variable que ha permitido este cambio de tendencia en los últimos años ha sido la cantidad de tiempo libre que los adolescentes pasan con su grupo de iguales.

En este sentido, se observa una progresivo cambio, ya que hace dos décadas lo habitual en muchos jóvenes era pasar todas las tardes en un contexto de calle junto a sus amigos, y posteriormente se han ido instaurando toda una serie de actividades extraescolares que han cambiado la ocupación de su tiempo de ocio. Pero no es la única variable observada que ha influido, pues también ha aumentado la cantidad de actividades desarrolladas en familia, entre padres e hijos.

Aún así, hay que tomar con cautela las conclusiones del estudio, ya que podrían estar entrando en juego otros factores que escapan a las mediciones de los investigadores, como podría ser, por ejemplo la percepción que se tiene en cuanto a la aceptación del grupo respecto al hecho de emborracharse (pudiendo ser mucho más alta en el pasado pero no tanto en la actualidad).

Prevenir el consumo de alcohol

Una vez analizada la cuestión de por qué los jóvenes beben alcohol toca hacer algo al respecto, y es cierto que en los últimos tiempos, más que nunca, se está trabajando para lograr un cambio de tendencia que, ya hemos visto, es posible y está ocurriendo.

Las medidas más básicas, por supuesto, pasan por dificultar en la medida de lo posible el acceso de los menores al alcohol, y para ello existe una fuerte legislación que prohíbe la venta de cualquier bebida alcohólica a cualquier persona que no haya cumplido la mayoría de edad, que los establecimientos se toman muy en serio, pues de lo contrario se enfrentan a sanciones muy severas.

También se ha trabajado en las leyes relativas a la publicidad de bebidas alcohólicas de alta graduación (aquellas que tienen más de 20º), como también ocurre en el caso del tabaco, estando actualmente prohibidos los anuncios televisivos de ambos tipos de productos en España. En cuanto a las bebidas de baja graduación, también tienen restringida la publicidad, no pudiendo emitirse spots entre 6:00 y las 20:30, y en ningún caso dichos anuncios pueden hacer alusión a un consumo abusivo ni reflejar éxito social, una mejor salud o rendimiento por beber alcohol.

Por otro lado se llevan a cabo campañas informativas que van desde el uso de cartelería y anuncios en televisión, alertando a los jóvenes de los riesgos del consumo de alcohol. Es fundamental tratar de comunicar estos mensajes bajo los estándares de comunicación de la juventud, de manera que aumentemos la probabilidad de una recepción positiva del mismo.

Igualmente se realizan también talleres y charlas en los propios centros educativos, a través de asociaciones expertas en esta problemática, para poder dar una información sencilla de entender y resolver todas las dudas que les puedan surgir en el momento, pues es la mejor forma de establecer un diálogo y aprovechar el momento en el que los adolescentes están receptivos al mensaje que se les está transmitiendo.

Por último, pero probablemente el punto más importante, sería el de favorecer un vínculo fuerte y sano entre el menor y sus padres, haciendo que su familia sea referente y factor de protección ante conductas insanas como el consumo de alcohol. Es preferible que los adultos transmitan a los hijos el mensaje de que beber alcohol es perjudicial fundamentándolo en la información clara, no en los tabús.

Es evidente que el por qué los jóvenes beben alcohol es una cuestión que afecta a todos los niveles de la sociedad y por lo tanto debemos trabajar todos en conjunto para lograr erradicar esta conducta.

Referencias bibliográficas:

  • Pérez, C.L., Vinaccia, S. (2005). Prevención del abuso en el consumo de alcohol en jóvenes universitarios: lineamientos en el diseño de programas costo-efectivos. México. Psicología y salud.
  • Rossow, I., Pape, H., Torgersen, L. (2020). Decline in adolescent drinking: Some possible explanations. APSAD. Drug and Alcohol review.

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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