Leticia Martínez Val: «Gran parte del estrés laboral surge de las relaciones»

La psicóloga Leticia Martínez Val nos habla sobre Terapias de Tercera Generación y estrés laboral.

Leticia Martínez Val: «Gran parte del estrés laboral surge de las relaciones»

Cuando pensamos en el concepto del trabajo, es fácil que terminemos viéndolo todo en términos de cálculo racional: ¿Cuánto dinero vale la hora trabajada? ¿Cuántas tareas hay que realizar en una jornada laboral?

Si bien estas consideraciones son necesarias, no son suficientes para entender el modo en el que un puesto de trabajo se adaptará a nosotros (o viceversa); también hay variables psicológicas a tener en cuenta. Y no atenderlas puede costarnos buena parte de nuestra salud.

Es por ello que resulta imprescindible conocer lo que es el estrés laboral; la psicóloga Leticia Martínez Val nos lo explica en esta entrevista.

Entrevista a Leticia Martínez Val: estrés laboral y Terapias de Tercera Generación

Leticia Martínez Val es psicóloga sanitaria con consulta en Zaragoza y especializada en las Terapias de Tercera Generación. En esta entrevista nos habla sobre la aplicación de estas herramientas terapéuticas aplicadas al estrés laboral.

Leticia Martinez Val

Leticia Martinez Val

Psicóloga Sanitaria

Profesional verificado
Zaragoza
Terapia online

¿Qué elemento común comparten las diferentes Terapias de Tercera Generación?

Las Terapias de Primera Generación se llevaron a cabo a principios del siglo XX y fueron una revolución en aquella época, ya que por primera vez se empezó a hacer ciencia sobre los trastornos de la mente. Se buscaba el rigor científico y el desarrollo de técnicas basadas en leyes del aprendizaje validadas empíricamente.

Hasta ese momento, lo habitual eran las terapias de corte psicoanalítico de la mano de Freud y sus discípulos, donde su aportación al campo del pensamiento y de la cultura general me parece incalculable, pero no pertenece al ámbito de la ciencia, por lo menos como la conocemos hoy en día.

Las Terapias de Segunda Generación surgen a mediados del s.XX, y pese a que se siguen manteniendo las técnicas de modificación de conducta de la Primera, se introduce el pensamiento como principal variable para explicar los trastornos. Ya no sólo importaban las conductas observables del perro de Pavlov, entre otros, sino que también se consideran los pensamientos y creencias de las personas. Esta segunda ola se llamó cognitivo-conductual.

Las Terapias de Tercera Generación surgen a finales del s.XX, aunque muchas de ellas empiezan a diseñarse décadas antes, y se diferencian cualitativamente de las anteriores.

En este caso, no se orientan a reducir síntomas cognitivos y así alterar las conductas (modificamos el pensamiento y creencias limitantes para así alterar las conductas problema), sino que se fijan en alterar la función del síntoma, modificando el contexto en los que se presenta (el trastorno no está en la persona, sino que ésta está en una situación problemática que tiene que aprender a resolver de otra manera (estrategias de cambio). Yo diría que las terapias de Tercera Generación tienen en común: focalización en el presente, aceptación radical, compasión-humanidad compartida, y activación-confrontación.

Las personas tenemos pensamientos y emociones que solemos etiquetar como positivos o negativos. Ambos son igual de ineficaces, ya que tenderemos a aferrarnos o apegarnos a los pensamientos yemociones positivas, por lo que cuando suceda un evento desagradable o doloroso nos sentiremos profundamente desgraciados porque no queremos salir del estado de felicidad constante que creemos que es el normal (no hablemos de lo que las redes sociales pueden influir en este tema y estar comparándonos constantemente con esas vidas de IG aparentemente perfectas y felices). Esto hace que todos los pensamientos y emociones que etiquetamos como negativos queramos rechazarlos, ya que si algo no me provoca placer o felicidad vamos a querer evitarlo. ¡Esto no es vivir en la vida!

Sólo el hecho de vivir ya implica que van a suceder situaciones dolorosas, y el primer paso es aceptar esto. Abrazar la idea de que seremos capaces de mantenernos atentos y estables en estas situaciones. Hay que aprender a tolerar la incomodidad, de esta manera sabremos saborear y apreciar mejor los momentos dulces, que también habrá.

Por lo que la propuesta general de las Terapias de Tercera Generación yo creo que es la claridad, de mantenernos atentos y tranquilos para aprender a manejar los pensamientos- emociones como neutros y decidir conscientemente cómo vamos a solucionarlo. Porque créeme, en esta vida menos la muerte, todo tiene solución. A través de la meditación y otras técnicas, podemos desarrollar la paciencia necesaria para aprender a esperar. Estamos en el tiempo de la inmediatez. Esto no puede ser así.

Como psicóloga, ¿qué es lo que te hizo querer formarte en este tipo de formas de intervención psicoterapéutica?

Mi formación inicial giró en torno a la terapia cognitivo-conductual (segunda generación), que aún a día de hoy sigue siendo el modelo de elección en muchos profesionales. Es muy efectiva, pero en mi práctica, es limitada.

Mi experiencia vital y profesional hacía que no quisiera conformarme, tenía que haber otros modelos que pudieran generar una experiencia transformadora a las personas que estaban sufriendo, tenía que haber una forma de abordar toda la casuística de problemas que llegaban a consulta.

Empecé a leer a Jaakko Seikkula y su maravillosa propuesta en Terapia de Diálogo Abierto, a Marsha Linehan y su Terapia Dialéctico Comportamental, a Hayes y la Terapia de Aceptación y Compromiso, etc.

A su vez tuve mentores maravillosos en mi inmersión en el Modelo Sistémico Familiar que me inspiraron profundamente y vi muy claro que mi camino debía continuar en la neurociencia, lo que yo considero la nueva revolución terapéutica, así que empecé mi aventura en el mundo de la Investigación, concretamente en el ámbito del Mindfulness, Self Compassion y Ciencias Contemplativas. En resumidas cuentas, en Terapias de Tercera Generación. El primer paso para el cambio era cambiarse a uno mismo. Y eso hice.

¿Cuáles son los aspectos de las Terapias de Tercera Generación que te parecen más útiles ante los problemas psicológicos frecuentes en el ámbito laboral?

Los problemas más frecuentes dentro del ámbito laboral que llegan a consulta suelen ser relacionales. Esto quiere decir que gran parte del estrés laboral que generamos está asociado a otras personas y a nuestra interacción con ellas, surge de las relaciones.

Sufrimos en soledad pero compartimos nuestra vida y espacio de trabajo con otras personas, así que considero que es importante aplicar a la terapia una visión sistémica y enseñar a los pacientes a mejorar su forma de relacionarse e interpretar el mundo.

El primer paso que daremos al paciente es el de tranquilizarse, le daremos apoyo y le ayudaremos a soltar.

El entrenamiento en resolución de conflictos interpersonales también es altamente eficaz. Aquí trabajaremos la autoestima, la conciencia plena y el entrenamiento en claridad para hacer una correcta interpretación de los hechos. Sólo estando tranquilos y con la mente clara seremos capaces de resolver las situaciones conflictivas. De estar en paz.

Lo que sientes importa. Lo que piensas importa, y tienes que aprender a comunicar correctamente tus deseos y necesidades. Que lo que digas te represente y defina. No comunicarte de forma clara y precisa genera que lo hagas de manera reactiva, y eso hace que muchas veces nos sintamos arrepentidos de lo que hemos dicho en una discusión. Lo podríamos llamar "autenticidad de emoción".

En el caso del estrés laboral, ¿cuáles son las técnicas vinculadas a las Terapias de Tercera Generación que resultan más eficaces?

El estrés laboral suele traer consigo depresión, ansiedad generalizada, trastornos del sueño, de la alimentación, somáticos (dolores, molestias físicas), agresividad y estrés permanente, miedo y angustia, bloqueo emocional y pérdida de autoestima entre otras.

Las técnicas más empleadas serían el Mindfulness, la tolerancia al malestar, la regulación emocional y la efectividad interpersonal. A esto se le suma el vínculo y presencia terapéutica.

¿El estrés laboral es experimentado de maneras muy diferentes dependiendo del tipo de trabajo que se realiza? Por ejemplo, quizás en los trabajos más creativos tiene unas particularidades en comparación a las tareas de cara al público, en comparación al deporte profesional.

El estrés laboral se experimenta de la misma manera, lo que suele ser un factor diferenciador son las particularidades de los mismos. Lo más importante en un proceso terapéutico es adaptarse lo máximo posible al paciente y ayudarle a resolver satisfactoriamente sus miedos y síntomas sean los que sean.

Por ejemplo, en alguien famoso será más probable trabajar la gestión de su vida privada y su exposición a la vida pública, su presión estará más orientada a la idea de “responsabilidad” ante cientos, miles o millones de personas, a la de estar en buena forma física, etc.

Y alguien que trabaje cara al público tendrá otro tipo de particularidades que le generen estrés, pero al final, ambos experimentarán por ejemplo insomnio, falta o aumento de apetito, problemas de autoestima, miedo al fracaso, ataques de pánico, etc.

Desde que se inicia el proceso de psicoterapia, ¿cuánto se suele tardar en gestionar y mitigar el estrés laboral?

Todo va en función de la persona, pero el tiempo medio suele oscilar entre dos meses y un año.

Existe la creencia popular de que la terapia es un proceso largo y tedioso que dura años y da pocos resultados. Y nada más lejos de eso. Ahora las terapias son breves y centradas en objetivos. Buscamos que el paciente se sienta bien lo antes posible y no se cronifiquen los síntomas.

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