En el marco de situaciones donde está puesta en juego la custodia de un menor de edad, existe la posibilidad de solicitar una prueba de aptitud parental a un psicólogo forense.
Este debe elaborar un informe de carácter legal dirigido al juez, el cual expresa las aptitudes del padre/madre de acuerdo a una serie de pruebas psicométricas y entrevistas que llevará a cabo. El psicólogo forense tiene el lugar de un especialista que explicará de modo claro la conclusión a la que arriba tras realizar la evaluación, pero no tiene implicación mayor en el proceder del juez.
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¿Cuándo es necesario solicitar una prueba de aptitud parental?
Sin embargo, no siempre es necesario llevar a cabo una prueba de aptitud parental. Su solicitud es pertinente en aquellos casos en los que se considera que uno de los progenitores no cuenta con las habilidades y/o aptitudes necesarias para la tenencia del hijo o los hijos. De ser esta la situación, se debe constituir un documento que reúna un conjunto de argumentos sólidos, recogidos por parte del entorno de la persona que se solicita ser evaluada pero también fundamentados de manera teórica, en el cual se expongan y analicen las sospechas de que es necesario que se concrete dicha prueba. Este documento debe ser capaz de reunir los aspectos relevantes que hacen necesaria la valoración de las competencias parentales para justificar la solicitud ante el juez.
A continuación, desarrollaremos cuáles son algunos de los argumentos por los cuales es posible plantear la necesidad de una prueba de aptitud parental.
1. El progenitor no puede asegurar la higiene y buena alimentación de los hijos
Tanto la higiene como la buena alimentación son dos necesidades básicas y derechos que todos los padres y madres deben asegurar a sus hijos. Además, aprender a llevar una buena higiene personal o entender las bases de una alimentación saludable son hábitos que el progenitor debería promover en los niños desde temprana edad para que paulatinamente adquieran mayor independencia en dichas tareas.
2. Descuida de manera reiterada la seguridad de los hijos
En concordancia con el elemento anterior, la seguridad de los hijos es fundamental para un desarrollo psicosocial sano. Cuando se trata de niños pequeños, los padres deben prestar particular atención a la supervisión del lugar físico donde éstos se encuentran. Sin embargo, ya que muchos de los niños cuentan con un teléfono móvil desde temprana edad, los cuidados respecto a su seguridad deben trascender al plano digital; es decir, supervisar con quiénes mantienen contacto para prevenir fenómenos como el ciberacoso.
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3. Dificultades para gestionar sus propias emociones
Los criterios para solicitar una prueba de aptitud parental también recaen sobre las competencias emocionales del adulto. Este debe ser capaz de empatizar con los niños, procurando no ser invalidante con sus pensamientos, emociones o sentimientos; sino que debe permitir que exista en casa un espacio de diálogo paterno-filial. Asimismo, para propiciar lugares de escucha, éste debería comunicarse de manera asertiva, es decir, expresando con claridad su punto de vista sin intentar imponer sus ideas sobre las de sus hijos. Para esto, es necesario que el/la padre/madre reconozca sus propias emociones y evite conductas que podrían ser perjudiciales para sus hijos, como responder de manera agresiva o actuar impulsivamente.
4. No establece pautas de disciplina
La disciplina no se trata de imponer normativas inamovibles a los niños, sino que implica explicarles de manera clara cuáles son los hábitos adecuados e inadecuados para la vida en sociedad. Éstos deben establecerse en conjunto con ellos, lo cual supone que tanto los niños como el progenitor puedan discutir acerca de los motivos por los cuales determinadas normas son establecidas por el adulto, por qué las considera importantes para la vida social, dando lugar a una reevaluación de las mismas si es necesario. Sin embargo, no se debe caer en el error de dejar que los niños hagan lo que deseen sin restricciones. Si un progenitor no establece pautas de disciplina ni supervisa a sus hijos podría suponer un argumento para solicitar una prueba de aptitud parental ante un juez.
5. Tiene dificultades para ajustar sus expectativas a los hijos
Las expectativas del padre o la madre sobre los hijos deben corresponder a la etapa evolutiva particular en la que el niño se encuentra. Cada fase del desarrollo cognitivo cuenta con sus propias problemáticas y particularidades ante las cuales el progenitor debe ajustar sus exigencias.
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6. Cuenta con un trastorno mental invalidante
El hecho de padecer un trastorno mental puede ser invalidante en lo que a la crianza respecta, por lo cual podría ser un argumento para solicitar una prueba de competencia parental. En ese caso, el psicólogo forense evaluaría mediante pruebas psicométricas el grado en el que puntúa el padre o la madre en relación a determinado trastorno. No obstante, es importante enfatizar en que el trastorno mental ha de ser invalidante respecto a la crianza; es decir, estos problemas por sí mismos no impiden la custodia de los hijos.
Se debe considerar cómo la presencia del trastorno mental incapacita al progenitor para cuidar de sus hijos. Algunos trastornos que podrían indicar dificultades en lo que a la crianza respecta son la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad, algunas manifestaciones de trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno bipolar.
7. Presencia de adicciones
En línea con el argumento anterior, la presencia de adicciones es un claro indicador de dificultades para ejercer un rol parental. Estas adicciones no se reducen al consumo problemático de sustancias, como puede ser al alcohol, sino que también pueden ser adicciones al juego o conductas que expresen la imposibilidad del padre o madre para controlar sus impulsos. Una adicción interfiere directamente con la crianza, puesto que puede llevar al progenitor a descuidar de los hijos. La necesidad imperante de consumir es capaz de nublar sus actos, como así también puede llevarlos a mostrar una actitud agresiva o irritable con los niños si, dado el caso, éstos interrumpiesen la conducta a la que se vincula su adicción.
Azor & Asociados
Azor & Asociados
Psicología clínica, pericial y aeronáutica
8. Conflictos con los hijos
Otra posibilidad es que el hijo exprese explícitamente la existencia de un conflicto con alguno de sus padres. A partir de ello, y dependiendo de la particularidad de cada caso, se podría inferir si el conflicto está relacionado con una forma deficiente de llevar a cabo la crianza del hijo por parte del progenitor o no.