En contexto de divorcio, es muy referida la pérdida de la autoridad parental. Esta, que no debe ser confundida con la custodia legal, hace referencia a las obligaciones y derechos que tienen los padres con sus hijos, teniendo que satisfacer sus necesidades y asegurándose que éstas son cumplidas.
En la práctica, todos los padres y madres tienen autoridad parental, incluso tanto si hay una separación. No obstante, hay una serie de situaciones en las que esta se puede perder, normalmente por algún tipo de abuso o delito cometido por parte de los progenitores.
A continuación vamos a ver unas cuantas pinceladas sobre la autoridad parental y cómo esta puede llegar a perderse.
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¿Qué es la autoridad parental?
En términos legales, la autoridad parental hace referencia al conjunto de obligaciones, derechos y deberes de los padres en relación con su hijo en cuanto a su persona y sus bienes, siempre y cuando estos sean todavía niños o adolescentes que no se hayan emancipado, o mayores de edad declarados judicialmente incapaces. Si bien esto puede ser natural cuando lso padres viven juntos, casados y llevándose bien, el ejercicio de la autoridad parental puede volverse un asunto peliagudo cuando la pareja se separa o discrepa en puntos clave de la educación de sus hijos.
En la práctica, los padres son responsables de cuidar a su hijo y atender a todas sus necesidades, a la par de criarlo y asegurarle el mejor desarrollo intelectual, psicológico, social y emocional. Así pues, la autoridad parental hace referencia también a su educación, mantenimiento material y protección de su salud. Entra dentro de esta autoridad parental aspectos tan básicos como alimentarlo, llevarlo a la escuela, al médico, vestirlo y todo lo que sea necesario para que sea feliz y se constituya como un futuro individuo funcional de la sociedad.
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¿Quién ostenta la autoridad parental?
La autoridad parental puede ser ejercida por diversas personas, en función de cuál sea el caso.
1. Padres casados
En la mayoría de los casos, quienes ejercen esta autoridad son los padres casados y juntos. En las parejas casadas con hijos la autoridad parental se ejerce conjuntamente y, en principio, no se plantea ningún problema legal particular. Esta es la situación más típica y la menos conflictiva.
2. Padres divorciados
Normalmente, cuando se habla de autoridad parental es en contexto de divorcio. Ambos padres se preguntan quién es el que acabará ejerciendo con tal autoridad, quizás confundiéndose la idea de custodia legal de su hijo con la de este tipo de autoridad.
Lo cierto es que la autoridad parental sigue siendo conjunta incluso en caso de divorcio, al menos así se concibe en la mayoría de códigos civiles estatales.
Es, en principio, independiente de los acuerdos de custodia establecidos tras la separación. En otras palabras, ambos padres siguen teniendo la obligación de garantizar que su hijo obtenga lo que necesita, al margen de donde viva y con quién. No obstante, los jueces pueden confiar la autoridad parental a solo uno de los padres si consideran que está en riesgo los intereses del menor.
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3. Padre o madre fallecido
Si uno de los dos progenitores muere, la autoridad parental recaerá exclusivamente en el padre superviviente, con todos los cambios que ello comporta.
4. Muerte de ambos progenitores
En caso de que los dos padres del menor fallezcan, el niño estará sujeto a la autoridad parental de un consejo familiar o tutor legal. Aquí podrían haber varias opciones como, por ejemplo, abuelos, tíos, hermanos mayores de edad, amigos de la familia con la tutoría legal…
5. Padres no casados
Depende mucho del país, pero en muchos se asume que la carga de la autoridad parental dependerá de si se reconoce o no al niño. Si el niño es reconocido solo por uno de sus padres la autoridad parental le será conferida a ese progenitor. Normalmente, esta autoridad se confía automáticamente a la madre si su nombre aparece en el certificado de nacimiento del pequeño.
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¿Para qué sirve la autoridad parental?
La autoridad parental sirve para permitir procedimientos que afectan al menor. Por un lado, tenemos los procedimientos administrativos clásicos, como por ejemplo firmar un permiso para ir a un viaje escolar, una cita para el dentista, una inscripción a extraescolares y otros del mismo estilo que, dada su poca importancia en términos legales, sólo requiere la validación de uno de los padres.
Los procedimientos que sí requerirían el permiso de ambos progenitores con autoridad parental serían aspectos burocráticos de mayor trascendencia, como por ejemplo un cambio de nombre, la solicitud de una nueva nacionalidad, inscripción a una nueva escuela...
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Causas: ¿Cuándo se pierde la autoridad parental?
Normalmente, la autoridad parental la ostentan los padres hasta la mayoría de edad de su hijo o hasta que este se ha emancipado. No obstante, la pérdida puede darse mucho antes de que el hijo sea mayor de edad en función de situaciones que se consideren que ponen en riesgo los intereses del pequeño. Conforme a los códigos civiles de la mayoría de los países, la pérdida de la autoridad parental se puede dar de acuerdo a los siguientes escenarios.
1. Progenitor que hubiese negado la paternidad
En caso de que el padre o la madre hubiera negado la paternidad o maternidad y tuviera que reconocerla en virtud de una resolución administrativa o fallo judicial.
2. Abandono parental
En caso de que el padre, la madre o el tutor legal que ejercía la autoridad parental haya abandonado a su hijo o hija sin causa justificada (p. ej., enfermedad, discapacidad, secuestro…), poniendo en peligro su vida o causándole grave daño por negligencia.
Son comunes las situaciones en que uno o ambos padres se desvinculan de las relaciones con sus hijos, lo que provoca una gran cantidad de dificultades para quien sí cuida a los pequeños.
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3. Maltratos
Se retira la autoridad parental al padre o madre que hubiera ejercido malos tratos físicos, psíquicos o morales a su hijo o hija y que perjudiquen su integridad y salud física y mental.
4. Explotación sexual
En caso de que el padre o la madre promueva para beneficio propio o ajeno la explotación sexual de su hijo o hija mediante tráfico, trata o pornografía, prostitución y turismo sexual infantil.
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5. Delitos
Por delito cometido por uno de los padres contra el otro o contra sus hijos y atente contra su vida e integridad física y mental.
La pérdida de la autoridad parental implica la sustracción definitiva de las facultades, derechos y algunas obligaciones que tiene el progenitor hacia su hijo. Esta pérdida es una sanción que la legislación de cada estado impone a partir de la cual se despoja a uno o ambos padres de la capacidad legal que de normal poseen para ejercerla con sus hijos.