Las personas tendemos a recordar mejor el primer y último elemento de una lista cuando nos piden que la leamos o la escuchemos para decirla después.
Este fenómeno se conoce con el nombre de efecto de posición serial y está relacionado con el modo en que codificamos y almacenamos nuestros recuerdos en la memoria a corto y largo plazo.
En este artículo te explicamos en qué consiste el efecto de posición serial, qué es el efecto de primacía y el efecto de recencia, y cuál es el modelo teórico en el que se sustenta.
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¿Qué es el efecto de posición serial?
El efecto de posición serial ocurre cuando intentamos recordar los elementos de una lista y los del principio y los del final se recuerdan mejor que los elementos que están en el medio. Este fenómeno fue estudiado originalmente por Hermann Ebbinghaus, psicólogo alemán y pionero del uso del método experimental para estudiar el funcionamiento de la memoria humana.
La tendencia a recordar mejor los primeros elementos de una lista se denomina efecto de primacía, y la mayor probabilidad de recordar los últimos elementos, efecto de recencia. Si se grafica esta probabilidad se obtiene una curva en forma de U que representa la precisión con la que los recuerdos varían en función de la posición de los elementos de una lista.
Este fenómeno se basa en un experimento en el que primero, se lee a un sujeto una lista con una cantidad determinada de ítems (sin relación entre sí y mayor que siete) y se le pide que la escuche con atención; y segundo, se le pide que escriban los elementos de la lista que recuerdan en cualquier orden (recuerdo libre). El resultado suele corroborar el efecto de posición serial, así como los efectos de primacía y recencia que explicamos a continuación.
Cuando los elementos son estímulos visuales, los que se presentan al principio ejercen una mayor influencia; no solo se recuerdan mejor, sino que también interfieren en el recuerdo de los elementos posteriores. En el caso de los estímulos auditivos, son los elementos del final los que ejercen la mayor influencia; sin embargo, si se realizan varias presentaciones de información separadas en el tiempo y el sujeto debe tomar una decisión poco después de la última presentación, el efecto de recencia suele tener más influencia en la decisión.
El efecto de posición serial también genera una preferencia de selección general conocida como efecto de orden: es más probable que seleccionemos los primeros y los últimos elementos de una lista, que los ítems del medio (por ejemplo, como ocurre con el orden de los candidatos en una votación).
El efecto de primacía
El efecto de primacía, como hemos comentado anteriormente, se produce cuando nos presentan una lista con varios ítems y después, al enumerar los elementos, recordamos mejor los que están al principio. Este fenómeno ocurre porque los ítems iniciales se almacenan mejor en nuestra memoria a largo plazo (MLP) que los últimos elementos. De hecho, en las listas en las que los ítems se presenten rápidamente, el efecto de primacía es más débil, ya que tenemos menos tiempo para almacenarlos en la MLP.
La evidencia de que la información que aparece primero es más susceptible de ser recordada después se puede explicar también por el hecho de que hay más tiempo para que esos primeros ítems se repiten más veces que los demás, y por lo tanto, es más probable que exista un trasvase de la información desde la memoria a corto plazo a la MLP.
El efecto de primacía también nos afecta a la hora de juzgar a las personas. En los estudios llevados a cabo por el psicólogo Solomon Asch se enumeró una lista de palabras en distinto orden con el objetivo de describir el carácter de otra persona. Cuando los adjetivos positivos se colocaban al principio (p. ej. “inteligente, trabajador, egoísta y testarudo”), los participantes tendían a juzgar de forma positiva a la otra persona.
Con todo, el fenómeno de la primacía sobre cómo juzgamos a otras personas y cómo generan las primeras impresiones también puede estar relacionado con la capacidad atencional y con el hecho de que cuando conocemos por primera vez a alguien solemos estar en alerta, y el primer recuerdo siempre suele tener un tinte afectivo más intenso, lo que facilita su consolidación a largo plazo (tendemos a recordar mejor las experiencias que tienen una mayor carga emocional).
El efecto de recencia
El efecto de recencia ocurre cuando recordamos mejor los últimos elementos de una lista. Esto ocurre debido a que cuando nos piden que evoquemos esa lista, los últimos ítems aún permanecen en nuestra memoria de trabajo y, por lo tanto, están más disponibles y podemos acceder a ellos más rápidamente.
Este fenómeno no se ve afectado por la tasa de presentación de los elementos, pero sí por el paso del tiempo y por la exposición de información adicional. Por ejemplo, el efecto de recencia desaparece cuando se obliga al sujeto a pensar en cualquier otra cosa 30 segundos después de que se presente el último elemento de la lista. Esto es algo que no ocurre con el efecto de primacía, ya que en ese caso la información ya se ha almacenado en la memoria a largo plazo, algo que no ocurre con el fenómeno de la recencia.
El contexto temporal en el que se presentan los estímulos o los elementos de una lista también podría estar relacionado con la aparición del efecto de recencia. Dicho contexto podría servir como una señal para que el sujeto recupere la información almacenada, un hecho que explicaría por qué es más probable recordar los elementos más recientes que se procesaron en un contexto temporal diferente (anteriormente en la lista).
Por otra parte, este efecto desaparece o se reduce sustancialmente cuando se introduce una tarea de interferencia, en la que interviene la memoria de trabajo. Por lo tanto, los estímulos distractores (si superan los 15 a 30 segundos de duración) pueden anular por completo este efecto. Además, si el recuerdo se produce inmediatamente después de que se presente el último elemento, el fenómeno de recencia es constante, independientemente de lo larga que sea la lista o de la tasa de presentación de los ítems.
El modelo de memoria de Atkinson y Shiffrin
Tanto el efecto de recencia como el de primacía se han tratado de interpretar en base al modelo de memoria multialmacén de Atkinson y Shiffrin. Este modelo teórico postula que este tipo de efectos reflejan las operaciones de dos sistemas de memoria independientes, que incluyen la memoria a corto plazo (o memoria de trabajo) y la memoria a largo plazo, además de otro almacén de memoria sensorial.
El almacén de memoria a corto plazo tiene una duración menor a 30 segundos, a menos que se preste atención a la información contenida y se vuelva a procesar (p. ej. mediante la repetición). George A. Miller estudió este tipo de memoria concluyendo que en ese periodo de tiempo podemos aprender siete piezas de información (más o menos dos). Sin embargo, este dato se ha cuestionado y se cree que puede variar según las condiciones.
En lo que respecta a la memoria a largo plazo, el modelo de Atkinson y Shiffrin postula que es un almacén al que se transfiere la información que proviene de la memoria a corto plazo, siempre que ésta sea procesada lo suficientemente rápido. Según los autores, este almacén tendría una capacidad limitada y podría durar de por vida. Esto significaría que mantenemos relativamente intacta la capacidad de almacenar información nueva.
Por último, con relación a la memoria sensorial, el modelo señala que este almacén se encarga de retener la información que no filtra nuestra atención y no se procesa correctamente. Existen dos tipos: la icónica o visual, que dura aproximadamente 500 milisegundos; y la ecoica o auditiva, con una duración de entre tres y cuatro segundos.
Con todo, aunque el modelo de memoria de Atkinson y Shiffrin sigue siendo útil para explicar determinados fenómenos, como el efecto de posición serial, en la actualidad se manejan también otros modelos teóricos que complementan y amplían el modelo multialmacén, como los modelos de procesamiento o los modelos conexionistas.
Referencias bibliográficas:
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Murdock Jr, B. B. (1962). The serial position effect of free recall. Journal of experimental psychology, 64(5), 482.