El estudio de las diferencias individuales, que a día de hoy ocupa uno de los ámbitos más importantes de la psicología, tiene sus raíces en la teoría de la inteligencia de Francis Galton.
Este investigador, además de ser pionero en varias ramas de la ciencia (entre ellas, la meteorología), diseñó algunas de las primeras herramientas de medición de la capacidades intelectuales, lo cual le permitió llegar a conclusiones interesantes acerca de la inteligencia humana y su relación con las características heredadas.
¿Quién fue Francis Galton?
Galton nació en la Inglaterra del año 1822 en el seno de una familia acomodada, lo cual le permitió estar rodeado de un ambiente muy activo intelectualmente. Era primo de Charles Darwin, que décadas más tarde sentaría las bases de la biología al refutar el creacionismo y la teoría de Lamarck sobre la evolución de las especies.
Darwin fue una gran influencia para Francis Galton, y en parte por eso se interesó por dar respuesta a una de las grandes preguntas de la psicología: ¿somos quienes somos por lo que hemos aprendido o por lo que hemos heredado de manera innata a través de nuestros padres? La teoría de la inteligencia de Galton pretendía dar una respuesta a una parte de esta pregunta: la que se refiere a nuestras habilidades mentales a la hora de resolver problemas.
Los fundamentos de la teoría de la inteligencia de Galton
En la época en la que vivió Francis Galton apenas se empezaba a comprender que las formas de vida contienen una serie de genes que les da forma, ya que Gregor Mendel, el investigador que inició los estudios en genética, nació también en el 1822. Sin embargo, ya se intuía que, de alguna forma, las características de los padres y madres, o al menos una parte de ellas, pasan a su descendencia, formando los rasgos básicos de su biología.
Por otro lado, se entendía que la educación y la influencia del entorno tienen una incidencia en quiénes somos y cómo nos comportamos, y que esta incidencia ya tiene efecto en nuestras primeras semanas de vida, confundiéndose con las primeras formas de expresión de nuestros genes.
Francis Galton contaba con el hecho de que tanto la herencia como el aprendizaje se mezclan a la hora de conformar no solo nuestras características físicas sino también las psicológicas, pero quería saber cuál de los dos elementos explicaba una mayor parte de la varianza en la población humana en general. Para eso se sirvió de herramientas que empezaron a ser muy usadas en el siglo XIX, en parte gracias a él: la estadística y las herramientas de medición de características psicológicas.
Estudiando el intelecto
Galton diseñó´una serie de cuestionarios para medir los rasgos y las características de grupos de población que consideraba relevantes, viendo que las personas de mejor posición social y económica tendían a dar mayores signos de inteligencia que el resto. Estos estudios también le permitieron ver que la inteligencia, al igual que las características físicas, se expresa estadísticamente mediante una distribución normal: la gran mayoría de las personas tenía un nivel de inteligencia muy cercano a la media, mientras que las personas con valores extremos (por su inteligencia muy baja o muy alta) son siempre claras minorías.
Al ver que la estadística podría ser muy útil para conocer las características mentales de nuestra especie y el modo en el que se expresan las diferencias individuales en ella, decidió utilizarla para comprobar la validez de sus hipótesis sobre la inteligencia. Había llegado a la conclusión de que las personas más inteligentes eran una minoría y que esta coincidía con la minoría más acomodada, pero... era esto un signo de que la educación cara favorecía el desarrollo de grandes intelectos, o es que la herencia biológica de las familias ricas tiende a generar individuos inteligentes?
Naturaleza contra aprendizaje: los estudios de gemelos
Para responder a la pregunta anterior, Francis Galton decidió buscar casos en los que se pudiese descartar la influencia de la herencia innata, lo cual permitiría ver los efectos del aprendizaje. Esto es, recurrió al estudio de gemelos monocigóticos. Estudiando las diferencias en cuanto a características mentales de estos gemelos a lo largo de varios años, observó algo curioso: podían ser muy diferentes o muy semejantes, pero este patrón raramente cambiaba con el tiempo. Es decir, los gemelos que eran muy parecidos al nacer seguían pareciéndose mucho años más tarde, y los que eran muy distintos desde sus primeros años seguían siéndolo en etapas posteriores.
Este descubrimiento hizo que Francis Galton, aún reconociendo la influencia del aprendizaje y del entorno sobre el individuo, terminase por darle más importancia a lo innato y a la herencia recibida por los padres y madres: a fin de cuentas, los efectos de un ambiente que cambia constantemente no parecía ser muy significativo en los rasgos psicológicos de los gemelos, que se mantenían más o menos iguales con el paso del tiempo.
Galton y la eugenesia
Esta idea también se plasmó en la teoría de la inteligencia de Francis Galton, que entendía el intelecto como una herramienta más creada por la evolución y la selección de los individuos mejor adaptados. Como las personas más inteligentes tenían una mayor capacidad para adaptarse a las situaciones novedosas, esta era una gran ventaja evolutiva que debía ser potenciada. Lamentablemente, como Francis Galton adoptó una postura innatista, esto significaba que para este investigador la eugenesia, o la selección de los individuos con mejores rasgos innatos, era una medida útil política y socialmente.
Eso sí, a diferencia de los planes de “limpieza racial” abrazados por los nazis décadas más tarde, Galton defendía la eugenesia positiva: dar ventajas a la población con mejor legado biológico, en vez de poner barreras al resto de la población. A la práctica, sin embargo, la eugenesia positiva seguía siendo una propuesta claramente discriminatoria, lo cual supuso un apoyo para los movimientos supremacistas que ya se estaban fraguando.
Referencias bibliográficas:
- Pueyo, Andrés. (2013). Psicología de les diferencies individuals (en catalán). Barcelona: Librería universitaria de Barcelona.
- Sternberg, R. J.; Salter, W. (1982). Handbook of human intelligence. Cambridge, UK: Cambridge University Press. ISBN 0-521-29687-0OCLC11226466.
- Triglia, Adrián; Regader, Bertrand; García-Allen, Jonathan. (2018). ¿Qué es la inteligencia? Del CI a las inteligencias múltiples. EMSE Publishing.
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