El Mindfulness o Atención Plena es un conjunto de técnicas y habilidades que tienen su origen en la meditación Vipassana, la cual lleva practicándose desde hace miles de años. Sin embargo, tal y como veremos, no se trata de un ritual religioso vinculado al budismo o al hinduismo, sino que estos ejercicios han sido diseñados con finalidades terapéuticas y de desarrollo personal.
Por ello, en este artículo veremos cuáles son las principales competencias personales que puedes potenciar con Mindfulness.
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¿Para qué sirve la Atención Plena?
La idea esencial del Mindfulness consiste en que la persona sea capaz de centrar o focalizar su atención en el momento presente dejando de obsesionarse por los problemas alimentados por uno mismo por el simple hecho de pensar en ellos de una manera disfuncional (por ejemplo, ansiógena) y persistente. También ayuda a detectar patrones emocionales o de pensamiento desadaptativos que puedan constituir el origen de sus estados de malestar o sufrimiento.
Así, la práctica habitual del Mindfulness nos induce a un estado de consciencia determinado basado en la aceptación y la adopción de un punto de vista en el que no se pone el foco en juzgar lo que ocurre en nosotros y a nuestro alrededor. Desde este mecanismo, es eficaz a la hora de potenciar ciertas capacidades de auto-regulación emocional y de afrontamiento de retos del día a día.
Es por eso que desde hace años el Mindfulness se utiliza como modalidad terapéutica en el ámbito de la psicología y la psiquiatría, e incluso de la educación y la psicología del trabajo, con una metodología de intervención bien definida y sistematizada.
Competencias personales que pueden ser desarrolladas con el Mindfulness
A continuación encontrarás de manera resumida las principales competencias personales que se pueden potenciar gracias a la práctica habitual sostenida del Mindfulness.
1. Reduce la ansiedad
Uno de los efectos positivos más destacables que aporta en la persona el Mindfulness es el desarrollo de la capacidad de reducir los niveles de estrés y ansiedad en casi cualquier momento.
Gracias al estado de relajación y equilibrio logrado con la práctica del Mindfulness, cualquier persona puede lograr mitigar y prevenir los estados de ansiedad que puedan afectarle en momentos determinados del día a día, sobre todo cuando estos se presentan en niveles excesivamente intensos.
Esta capacidad resulta de gran ayuda para superar con éxito una gran variedad de situaciones, como por ejemplo episodios estresantes en el trabajo, conflictos familiares o de pareja y también casos frecuentes de estrés habitual.
2. Atención
La focalización de la atención y la concentración es una de las habilidades esenciales que se aprenden con el Mindfulness, y esta es una aptitud que sirve tanto para concentrarse en cualquier tarea diaria como para mantener controlados los pensamientos obsesivos o intrusivos de cualquier tipo.
La mayoría de personas suelen intentar eliminar o bloquear esos pensamientos obsesivos que generan ansiedad y sufrimiento, pero con la práctica del Mindfulness podemos dejar de prestarles atención focalizando nuestra consciencia en otras cosas que nos permitan dar una solución a lo que nos pasa.
3. Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es una de las competencias personales más necesarias para reconocer en todo momento nuestros problemas emocionales o afectivos y también para funcionar de manera competente en sociedad, con empatía respecto a las personas que nos rodean.
Y es que, como ejercicio de autoobservación que es, el Mindfulness nos permite ser conscientes de nuestros sentimientos y emociones con un alto grado de exactitud.
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4. Salud mental y cerebral
La investigación científica ha demostrado que el Mindfulness aplicado con asiduidad es una forma eficiente de mantener el cerebro en forma y de protegerlo frente a ciertas psicopatologías.
Además de eso, esta práctica también promueve la agilidad mental, la capacidad de organización más eficiente de las tareas pendientes durante el día y una actitud constructiva en el día a día, orientada a objetivos concretos.
5. Conciliación del sueño
Aunque sea una ventaja poco conocida del Mindfulness, lo cierto es que ayuda a combatir el insomnio y los problemas para conciliar el sueño que tantas personas padecen en nuestro país.
Esto se debe al estado de relajación general que consiguen las personas que practican habitualmente el Mindfulness, junto a una reducción de la activación general y la prevención de la rumiación psicológica.
6. Creatividad
Todos los beneficios anteriormente comentados que ofrece el Mindfulness, promueven también la creatividad, puesto que un estado de equilibrio y relajación en la mente de la persona siempre es favorable en los trabajos creativos.
Lo cierto es que las ideas creativas casi siempre salen a la luz cuando una persona se encuentra en calma, sin pensamientos angustiosos o negativos que “capturen” su capacidad atencional.
7. Relaciones Interpersonales
Sentirnos mejor con nosotros mismos nos lleva inevitablemente a desarrollar mejores relaciones con las personas que están a nuestro alrededor, además de lograr mejor empatía y una mayor capacidad de comunicación.
Además de eso, muchas personas experimentan que gracias al Mindfulness son capaces de gestionar mejor sus conflictos recurrentes con sus parejas o familiares y que las discusiones habituales que solían tener pasan de ser una lucha a un contexto de negociación y búsqueda de acuerdos.
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