El envejecimiento cerebral es un proceso natural que, en algunos casos, puede derivar en deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Durante años, la investigación ha explorado múltiples factores que influyen en la salud del cerebro, desde la genética hasta el estilo de vida. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Exeter ha revelado un elemento inesperado en esta ecuación: las bacterias que habitan en nuestra boca.
La microbiota oral, compuesta por miles de microorganismos, no solo influye en la salud dental, sino que también podría desempeñar un papel clave en el funcionamiento cerebral. Los investigadores han encontrado que ciertos tipos de bacterias están asociados con una mejor memoria y atención, mientras que otros podrían aumentar el riesgo de deterioro cognitivo.
Estos hallazgos abren una nueva vía de prevención, en la que el cuidado bucal y la dieta podrían ser herramientas esenciales para la preservación de la salud del cerebro a lo largo del envejecimiento. ¿Puede la higiene oral llegar a ser clave para un cerebro más sano?
La conexión entre la boca y el cerebro
La idea de que la salud bucal influye en el cerebro puede parecer sorprendente, pero cada vez más investigaciones sugieren una relación estrecha entre ambos. La boca alberga una compleja comunidad de bacterias que desempeñan funciones clave en la digestión y la salud general. Sin embargo, cuando el equilibrio entre bacterias beneficiosas y dañinas se rompe, pueden desencadenarse efectos perjudiciales en otras partes del cuerpo, incluido el cerebro.
Una de las formas en que las bacterias bucales pueden afectar la salud cerebral es a través del torrente sanguíneo. Algunas bacterias, como Porphyromonas, están vinculadas con la periodontitis, una enfermedad inflamatoria de las encías. Desde allí, estos microorganismos pueden entrar en la circulación sanguínea y llegar al cerebro, provocando inflamación y daño en las neuronas. Este proceso ha sido identificado como un posible factor de riesgo en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Otra vía de impacto tiene que ver con la producción de óxido nítrico, una molécula esencial para la comunicación neuronal. Algunas bacterias bucales participan en la conversación de nitratos (abundantes en una dieta rica en verduras) en nitritos, que luego se transforman en óxido nítrico. Sin embargo, si predominan bacterias perjudiciales como Pervotella, este proceso se ve afectado, reduciendo la disponibilidad de óxido nítrico y, en consecuencias, perjudicando la función cognitiva.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que la boca no es un sistema aislado, sino que tiene una conexión directa con el cerebro. Mantener una microbiota oral equilibrada no solo beneficia los dientes y encías, sino que podría desempeñar un papel clave en la protección de la memoria y la salud mental a largo plazo.
El estudio de la Universidad de Exeter
El estudio llevado a cabo por la Universidad de Exeter ha arrojado hallazgos sorprendentes sobre la relación entre las bacterias bucales y el envejecimiento cerebral. En esta investigación, se analizó a un grupo de 110 personas mayores de 50 años, participantes de un estudio más amplio llamado PROTECT, que sigue la salud cerebral de más de 25.000 adultos en el Reino Unido. Los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: aquellos sin declive cognitivo y aquellos con deterioro cognitivo leve, una condición considerada un precursor del Alzheimer.
Para examinar la microbiota bucal de los participantes, se les pidió que enviaran muestras de enjuague bucal, las cuales fueron posteriormente analizadas para identificar la composición bacteriana. Los resultados mostraron que ciertos grupos bacterianos estaban estrechamente asociados con un mejor rendimiento cognitivo. En particular, Neisseria y Haemophilus se hallaron en mayor cantidad en las personas con mejor memoria y capacidad de atención. Además, estos individuos también tenían niveles más altos de nitrito en la boca, lo que sugiere una mayor producción de óxido nítrico, crucial para la función cerebral.
Por otro lado, las bacterias Porphyromonas, comúnmente asociadas con enfermedades periodontales, estuvieron presentes en mayor cantidad en aquellos con problemas de memoria. Este hallazgo es significativo, ya que sugiere que estas bacterias podrían contribuir al deterioro cognitivo. Además, el grupo Prevotella se encontró relacionado con niveles bajos de nitrito y se asoció con personas que portan el gen APOE4, conocido por aumentar el riesgo de Alzheimer.
Estos descubrimientos sugieren que la microbiota oral no solo impacta la salud bucal, sino que también podría influir en la salud cerebral, abriendo la puerta a nuevas formas de prevención y diagnóstico temprano de enfermedades neurodegenerativas.
El papel del óxido nítrico en la función cerebral
El óxido nítrico es una molécula crucial para diversas funciones en el cuerpo, y su impacto en la salud cerebral es especialmente importante. Esta molécula actúa como un neurotransmisor en el cerebro, facilitando la comunicación entre las neuronas. Además, el óxido nítrico tiene un papel fundamental en la memoria y el aprendizaje, ya que ayuda a fortalecer las conexiones entre las células cerebrales, un proceso conocido como plasticidad neuronal. Sin embargo, su producción está estrechamente vinculada a la microbiota bucal.
Las bacterias presentes en la boca, en particular aquellas que descomponen nitratos, son responsables de convertir estos compuestos, presentes en alimentos ricos en verduras, en nitritos. Estos nitritos se convierten a su vez en óxido nítrico en el cuerpo. Así, las bacterias bucales actúan como un intermediario clave en la producción de esta molécula vital para el cerebro.
Sin embargo, cuando la microbiota bucal se desequilibra y predomina la presencia de bacterias perjudiciales, como las del grupo Prevotella, este proceso se ve alterado. Un desequilibrio bacteriano puede disminuir la conversión de nitratos en nitritos, lo que a su vez reduce la producción de óxido nítrico en el cerebro. Este déficit puede afectar negativamente a la función cognitiva, ya que el cerebro depende del óxido nítrico para realizar diversas tareas relacionadas con la memoria, la concentración y el procesamiento de la información.
Por tanto, mantener un equilibrio adecuado de bacterias en la boca no solo es importante para la salud dental, sino también para asegurar una correcta producción de óxido nítrico. Esto subraya la relevancia de la microbiota oral en la protección de la salud cerebral y resalta la necesidad de estrategias que favorezcan un entorno bacteriano equilibrado, como una dieta rica en vegetales y un buen cuidado bucal.
Implicaciones y posibles formas de prevención
Los hallazgos del estudio de la Universidad de Exeter abren nuevas posibilidades en cuanto a la prevención del deterioro cognitivo y el Alzheimer. Si las bacterias bucales desempeñan un papel clave en la salud cerebral, entonces cambiar la microbiota oral podría ser una estrategia útil para reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Estas implicaciones sugieren que la salud bucal no debe considerarse únicamente una cuestión estética o de higiene, sino una pieza clave en la protección de las función cerebral a medida que envejecemos.
Una de las formas más accesibles de intervenir en la microbiota bucal es a través de la mejora de la higiene oral. Mantener una rutina adecuada de cepillado dental, el uso del hilo dental y enjuagues bucales antibacterianos puede ayudar a reducir la presencia de bacterias dañinas, como Porphyromonas. Además, los estudios sugieren que las personas con una buena salud bucal tiene menos probabilidades de desarrollar enfermedades periodontales, lo que podría ayudar a prevenir que las bacterias dañinas ingresen al torrente sanguíneo y lleguen al cerebro.
Otra estrategia importante podría ser la dieta. Los alimentos ricos en nitratos, como las verduras de hojas verdes (espinacas, lechuga, remolacha), favorecen la producción de óxido nítrico, lo que puede ser beneficioso para la función cerebral. Incorporar probióticos, presentes en alimentos como el yogur o el kéfir, también podrían favorecer el equilibrio de la microbiota oral y fortalecer las bacterias beneficiosas.
Además, los avances en la investigación podrían llevar al desarrollo de tratamientos dirigidos a modificar la microbiota oral de manera más específica. Esto podría incluir el uso de probióticos orales, terapias antibacterianas selectivas o incluso nuevas formas de cuidado dental que favorezcan la presencia de bacterias que promuevan la salud cerebral.
En resumen, la prevención del deterioro cognitivo podría involucrar un enfoque multidimensional, donde el cuidado bucal adecuado, una dieta equilibrada y la investigación en microbiota sean esenciales para mantener la salud cerebral.


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