Sacudidas de antes de dormirse: los espasmos mioclónicos

¿Por qué se produce esta sensación de caída al vacío que nos despierta de forma brusca?

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Son las tres de la noche. Te despiertas bruscamente, prácticamente con un salto en la cama, con la sensación de estar cayéndote de un edificio de ocho plantas. Notas como tus vísceras aún están reaccionando con cierto pánico.

Tu pareja te despierta a las tres de la madrugada, ligeramente sorprendida y molesta. Te indica que mientras dormías le has pegado varias patadas. Estos dos pequeños fragmentos reflejan la existencia de un fenómeno que ocurre con gran frecuencia en la mayor parte de la población: la realización de pequeños movimientos bruscos e involuntarios durante el sueño.

Estos movimientos reciben el nombre de espasmos mioclónicos nocturnos.

¿Qué es la mioclonía?

Al hablar de espasmos mioclónicos se hace referencia a una serie de contracciones musculares bruscas y breves, totalmente involuntarias, que provocan un desplazamiento del cuerpo o una parte de él. Suelen estar causadas por contracciones musculares súbitas o por relajación muscular.

Si bien este tipo de espasmos se pueden hallar en algunos trastornos como la epilepsia, existen también las llamadas mioclonías benignas. Estas por norma general no son consideradas patológicas, siendo consideradas normales en personas sin patología asociada. De hecho, un fenómeno tan común como el hipo sería un ejemplo válido de espasmo miaclónico benigno.

Estos espasmos pueden aparecer tanto en estado de vigilia como en durante el sueño, centrándose el presente artículo en estos últimos.

Espasmos mioclónicos nocturnos

Si bien la definición general de mioclonía refleja el tipo de fenómeno del cual se habla, los que se dan durante el sueño tienen una peculiaridad: al igual que ocurre con las alucinaciones hipnagógicas y hipnopómpicas, se producen en un estado de conciencia alterada: el sueño o la transición entre éste y vigilia. Los espasmos miaclónicos serían en este caso un tipo de parasomnia, fenómenos o trastornos episódicos que suceden durante el sueño y que se caracterizan por la presencia de síntomas vegetativos o motores.

Se trata de un fenómeno en general no patológico con gran prevalencia en la población. Se estima que alrededor de un 70% de la población ha presentado en algún momento un espasmo miaclónico durante el sueño. Ahora bien, si los síntomas se producen de forma repetitiva y constante sería recomendable acudir a consulta médica, pues si se dan de forma persistente podría indicar la presencia de algún trastorno.

Hay que tener en cuenta que resulta posible confundir este tipo de alteración, no peligrosa, con una crisis epiléptica. En este aspecto una de las pocas maneras de diferenciarlas es mediante electroencefalograma, no suponiendo los espasmos mioclónicos el mismo tipo de alteraciones que se visualizan en casos de epilepsia.

Causas neurológicas de los espasmos mioclónicos durante el sueño

El motivo de que se produzcan estos espasmos durante el sueño tiene una explicación neurocientífica. 

La aparición de mioclonías nocturnas se debe a la presencia de una descoordinación, al mantenimiento al mismo tiempo de la actividad, de dos áreas cerebrales específicas. Concretamente, la formación reticular o sistema de activación reticular (SAR) y el núcleo preóptico ventrolateral.

Sistema de activación reticular

Este sistema situado en el tronco del encéfalo es el principal encargado de mantenernos con vida, pues se trata del sistema cerebral que dirige procesos inconscientes tales como la respiración, digestión o el ritmo cardíaco. Al margen de estos procesos fisiológicos, también participa en el mantenimiento de la alerta y la focalización de la atención, manteniendo el estado de vigilia.

Núcleo preóptico ventrolateral

El núcleo preóptico ventrolateral puede hallarse en el hipotálamo anterior, cerca y en contacto con el lóbulo occipital. Dicho núcleo es el responsable de “apagar la conciencia” induciendo el estado de sueño, así como de proteger el organismo durante el sueño provocando la parálisis corporal que evita que nos movamos y dañemos durante el sueño profundo.

Cuándo suceden los espasmos mioclónicos

Para comprender la aparición de espasmos hay que tener en cuenta que si bien durante el sueño reduce su funcionamiento, el SAR no cesa su funcionamiento (ya que tal cosa produciría el deceso del afectado).

Así, este sistema aún presenta cierta activación que en ocasiones puede llegar a entrar en contradicción con el funcionamiento durante el sueño del núcleo preóptico ventrolateral que nos provoca el sueño.

Esta contradicción, de la que aún se desconoce la causa, puede llegar a provocar de manera parcial reacciones motoras típicas de la vigilia durante el sueño. Dicho de otro modo, es el origen de los espasmos mioclónicos durante el sueño.

Tipos de mioclonías nocturnas

Los espasmos mioclónicos durante el sueño no son uniformes y homogéneos, sino que existen tres tipos básicos.

Un primer tipo lo encontramos en los movimientos repetitivos durante el sueño. Semejantes a los movimientos típicos de las crisis epilépticas, estos movimientos aparecen durante el sueño no paradójico, tratándose de movimientos repetitivos de corta duración. Si bien no suele requerirse tratamiento, formas muy severas pueden ser tratadas farmacológicamente

Un segundo tipo de espasmo mioclónico de presentación durante el sueño son las sacudidas nocturnas o mioclonías de sobresalto. El ejemplo más claro de este tipo de espasmo es el típico movimiento que se hace al despertarse de un sueño en el que tenemos la sensación de estar cayéndonos. Se suelen dar en el sueño superficial, es decir en las dos primeras fases del sueño, provocando el despertar del que lo sufre con cierta brusquedad. Suelen ser sacudidas masivas de todo el cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores.

Por último, se pueden encontrar algunos espasmos en el momento de transición entre vigilia y sueño. Este tipo de mioclonías, catalogadas como inespecíficas, actúan sobre los músculos de cara y extremidades.

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Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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