El agotamiento laboral y el síndrome de burnout son dos desafíos importantes en el ámbito profesional de los psicoterapeutas. Esto se debe, entre otras cosas, a la complejidad de su trabajo, la constante exposición a conversaciones con personas diferentes, y la carga emocional vinculada a los problemas que tratan, ya que en muchos casos son testigos de situaciones vitales muy complicadas.
Es por eso que resulta fundamental aplicar metodologías de trabajo que permitan ganar en eficiencia y no sufrir desgaste psicológico ante las tareas del día a día que pueden ser simplificadas o incluso automatizadas. Partiendo de esta idea, veamos algunas estrategias que pueden servir para prevenir el agotamiento laboral de los profesionales de la psicología y que pueden ser aplicadas tanto a nivel organizacional como individualmente por parte del psicólogo.
¿Por qué puede surgir el desgaste psicológico en los psicoterapeutas?
Estos son los principales motivos por los que este perfil de profesionales está especialmente expuesto a cierto tipo de agotamiento laboral:
1. Estrés postraumático secundario
Al brindar apoyo a personas que enfrentan dificultades emocionales, los terapeutas pueden absorber sus emociones negativas, lo que puede llevar al agotamiento y la fatiga emocional, o incluso al estrés postraumático secundario.
2. Necesidad de adaptar el horario a la disponibilidad de los pacientes y gestionar el tiempo
Las largas horas de trabajo, con momentos en los que no hay nada que hacer porque hay “huecos” en el horario entre sesión y sesión, son factores que facilitan la aparición de problemas de ansiedad ante la sensación de perder el tiempo.
3. Miedo a comprometer el bienestar de los pacientes
No se trata solo de sentir presión por hacerlo mejor por el paciente en las sesiones de terapia; además, hay que asegurarse de que se vela por la confidencialidad y de que se cumple con todos los protocolos de protección de datos y evitación de la pérdida de información.
4. Necesidad de tener al día los cobros y gestionar las citas
La profesión de psicoterapeuta es muy vocacional, pero en la práctica, la mayor parte de estos profesionales ganan dinero o bien de manera autónoma o bien formando empresas muy pequeñas, en las que todo el mundo se encarga de todo. Es por eso que les suele resultar estresante afrontar rutinas vinculadas a las responsabilidades de los empresarios, como llevar un control de los cobros y hacer lo posible por evitar que se produzcan impagos. Y lo mismo pasa con la gestión de la agenda.
Claves para prevenir el agotamiento vinculado al trabajo de los psicólogos
Por todo lo que hemos visto, es esencial que los terapeutas cuiden de su propio bienestar, estableciendo límites claros, implementando estrategias de autocuidado, gestionando bien el tiempo del que disponen, y priorizando sus tareas dedicando la mayor parte de sus esfuerzos y atención a aquellas en las que realmente sacan partido a sus conocimientos y habilidades. El equilibrio entre el trabajo y la vida personal es clave para prevenir y manejar estos desafíos.
Teniendo en cuenta esto, veamos algunos consejos para evitar el agotamiento profesional de los psicólogos:
1. Automatizar tareas
El día a día del psicoterapeuta está llena de micro-tareas que, a pesar de que son necesarias, son de poca complejidad y pueden ser delegadas o mejor aún, automatizadas. Por ejemplo, archivar y mantener segura la información del paciente como su historial clínico u otros datos privados, agendar citas sin crear solapamientos entre tareas, transcribir conversaciones con pacientes, gestionar los cobros, mandar recordatorios a los pacientes, hacer que toda la información relativa al trabajo quede centralizada y sea fácil de acceder desde cualquier dispositivo conectado a Internet, etc. Por suerte, hay opciones que ofrecen todas estas automatizaciones en una sola plataforma digital; la más destacable es eHolo, que está diseñada por y para psicólogos.
2. Incluir descansos frecuentes en cada jornada laboral
Ningún psicólogo debería exponerse a jornadas de trabajo en las que solo hay una pausa para comer. Es importante ir haciendo pequeñas pausas de cinco o diez minutos para aclarar la mente y restaurar la capacidad para concentrarse en el trabajo, además de para prevenir la aparición de trastornos. No solo es por el bien del profesional, sino que también influye en el servicio que se le ofrece al paciente.
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3. Establecer un horario con un inicio y un final claros
Por mucho que la terapia online haya contribuido a difuminar las limitaciones de la distancia entre terapeuta y paciente, la línea de separación entre la vida privada y la profesional debe existir. Por eso, hay que tener claro cuál es el inicio y cuál es el final de cada jornada laboral.
4. Pedir asesoramiento a otros psicólogos
Es importante normalizar la práctica de pedir asesoramiento a otros psicólogos; es imposible que cada terapeuta lo sepa todo sobre cada uno de los problemas que llevan a los pacientes a su consulta. De este modo, se cuenta con una segunda opinión que puede ayudar mucho a elaborar hipótesis de trabajo desde las que intervenir en los pacientes. Además, sirve para ver con mayor perspectiva los problemas que se escuchan en las sesiones con pacientes y que “tocan de cerca” al psicoterapeuta.
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