Comunicarse es algo imprescindible para el ser humano, siendo necesario para convivir en sociedad y ser capaces de entender y hacernos a entender. Afortunadamente, contamos con una herramienta de gran utilidad para ello: el lenguaje. Pero no existe un único lenguaje, sino que en nuestras interacciones con los demás podemos llegar aplicar diferentes tipos de lenguaje.
En concreto, el lenguaje corporal es una de las herramientas comunicativas más poderosas con las que contamos. Además, existe un nexo entre nuestra personalidad y el estilo de lenguaje corporal que utilizamos.
Sin embargo, para entender esto primero debemos tener en cuenta que el lenguaje es capaz de cobrar muchas formas y que nuestro modo de ser no solo queda plasmado en lo que decimos literalmente a través de las palabras.
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Mucho más que palabras
Si bien por lo general cuando hablamos de lenguaje suele pensarse en el habla y la comunicación verbal, entendemos por lenguaje todo aquel sistema utilizado por uno o más individuos para transmitirse información a través de una serie de elementos simbólicos o signos cuyo significado es compartido por ambos interlocutores, pudiendo ser dicha emisión de la información voluntaria o involuntaria.
Esta comunicación se establece con un objetivo determinado, pudiendo tener el acto diferentes funciones tales como informar, persuadir, organizar la propia conducta o vincularse socialmente.
Los tipos de lenguaje corporal
El lenguaje puede ser también clasificado en función de qué tipo de elementos se utilicen en el intercambio comunicativo.
Por lo que respecta al lenguaje corporal, este puede ser clasificado de este modo:
Gestual o kinésico
La kinésica se refiere al uso de gestos y movimientos con el fin de transmitir información, siendo especialmente útil para expresar la emocionalidad del individuo emisor.
Proxémico
Se trata de lo que comunica nuestra postura general y la separación entre los diferentes componentes de la situación comunicativa. Dicho de otro modo, se trata del significado de las distancias.
La separación o proximidad entre personas indica diferentes grados de confianza y/o las posiciones de poder existentes entre individuos, así como la relación entre lo que decimos y lo que pretendemos con ello (nos acercamos más cuando queremos implicar al otro en lo que decimos, por ejemplo). Se distinguen entre distancias íntima, personal, social o pública.
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La relación entre personalidad y lenguaje corporal
Tal y como hemos visto, el lenguaje corporal incluye los gestos que realizamos y el modo en el que nos acercamos o nos distanciamos de ciertos elementos o personas.
Teniendo en cuenta esto, podemos hablar del estilo de lenguaje gestual asociado a los principales tipos de personalidad:
1. Personalidad tímida
En situaciones sociales, las personas tímidas son más propensas a mantener los brazos y las piernas cercanos al eje vertical de su tórax. A su vez, muestran una tendencia a mirar poco a los ojos de las personas que se relacionan con ellos.
Por otro lado, es frecuente que mantengan los brazos cruzados por delante del pecho o que unan las manos por debajo del ombligo. Tienden a mantener una distancia prudencial ante personas que no conocen demasiado y se muestran ansiosas al ser tocadas por ellas, si bien esto no ocurre en algunas culturas.
2. Personalidad abierta
Este estilo de personalidad se caracteriza por la apertura a la experiencia y la búsqueda de nuevos estímulos. Por lo que respecta al lenguaje no verbal asociado a esta clase de personas, se caracteriza por la expresividad expansiva, lo cual significa que separan los brazos y las piernas del eje vertical del tronco con mucha facilidad y que, por lo general, su postura denota la relajación de sus músculos. Por ejemplo, al estar sentadas pueden llegar a estirar y a separar mucho las piernas, a no ser que estén en un contexto muy formal.
Otra característica de estas personas es que no muestran reparos a la hora de mirar a los ojos de otras personas, aunque solo lo hacen para captar más datos sobre ellas, no para comunicar acerca de sí mismas.
3. Personalidad dominante
Las personas dominantes expresan su poder a través de sus gestos y posturas. Frecuentemente realizan movimientos rápidos y potentes, con los músculos tensos, si bien no es algo que hagan constantemente, ya que en ese caso estas acciones perderían su impacto. También tienden a acercarse mucho al resto de personas, y utilizan su mirada de forma calculada para demostrar determinación e intimidar: miran a los ojos de forma intensa y prolongada para que tenga que ser la otra persona la que la aparte.
4. Personalidad amable
La personalidad amable es típica de individuos que tratan de expresar constantemente que sus intenciones son buenas y que no hace falta mantener las defensas altas. Tienden a hacer esto expresando subordinación, la cual puede ser real o aparente, como por ejemplo inclinando el tronco ligeramente haci donde está la otra persona y realizando gestos lentos y suaves que van del interlocutor a algún punto externo a este, lo cual denota que toman la perspectiva del otro.
5. Personalidad neurótica
Las personas con un estilo de personalidad neurótico expresan sus emociones de forma desorganizada y casi “sin filtro”. Esto significa que pueden mezclar varios los estilos gestuales y proxémicos a lo largo de pocas horas, y además de un modo muy marcado y poco sutil.
6. Personalidad emocionalmente estable
Estas personas mantienen un lenguaje corporal que tiende hacia la neutralidad, lo cual significa que el estilo que utilizan para expresar cómo se siente es tan estable como su estado de ánimo.
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