La ambición. Una cualidad muy positiva en ojos de algunos, y una muestra de competitividad desmedida para otros. Las personas ambiciosas despiertan admiración, pero también críticas y envidias. ¿Por qué es esto así? En el artículo de hoy nos encargaremos de describir la ambición como concepto, y también generaremos un perfil psicológico y conductual de las personas que son ambiciosas.
Ambición: ¿virtud o defecto?
Si acudimos al diccionario de la Real Academia Española, el término ambición tiene dos acepciones:
Así pues, la primera definición nos propone la ambición como ese anhelo de lograr poder y posesiones materiales, mientras que la segunda solo hace referencia a un especial empeño en conseguir “algo”, sin especificar muy bien de qué se trata.
Esto nos lleva a pensar que, siendo prudentes, la ambición no es un atributo negativo por sí mismo. Todos tenemos derecho a querer mejorar nuestras condiciones de vida, tanto las materiales como cualesquiera otras. No hay nada malo en querer prosperar, eso sí, siempre y cuando uno sea respetuoso con los demás y honrado en su forma de actuar.
Personas ambiciosas: ¿qué conductas las define?
Entonces, ¿qué cosas caracterizan a las personas ambiciosas? ¿Cuáles son los límites de la ambición? ¿Podemos desde la Psicología ayudar a individuos desmotivados para que logren ser más ambiciosos en sus vidas? Son preguntas a las que ahora mismo daremos respuesta (o por lo menos lo intentaremos).
La ambición puede ser un rasgo muy valioso a la hora de labrarse un futuro laboral prometedor. Las empresas, sobre todo a raíz de la crisis, buscan empleados que sepan desarrollar unidades de negocio y proyectos ambiciosos, y no trabajadores que se limiten a desempeñar tareas mecánicas.
Los 7 rasgos y conductas de las personas ambiciosas
Podríamos decir que algunos sinónimos del concepto “ambicioso”, tal como lo usaremos en este texto, podrían ser: perseverante, constante, anheloso. Es bien posible que en muchas ocasiones se asocie el adjetivo “ambicioso” a personas que llevan sus deseos de poder y riquezas a límites insanos, pero intentaremos descubrir, únicamente, a las personas ambiciosas en el buen sentido, para aprender de todo aquello que nos puede aportar algo positivo.
La ambición, pues, puede ser una cualidad útil en la vida, porque nos dota de tesón y resistencia ante los inconvenientes, nos hace progresar a pesar de las dificultades y seguir aprendiendo y desarrollándonos mientras recorremos el camino.
Los siguientes siete puntos describen conductas, actitudes y rasgos propios de las personas ambiciosas. Si estás un poco desmotivado, siempre puedes tomar apuntes y aplicar estos principios a tu vida. ¡Empecemos!
1. Se proponen objetivos y retos
Las personas ambiciosas tienen un mapa y saben cómo moverse para llegar a su destino. En ocasiones, el mapa es confuso y los caminos se difuminan, pero la ambición les lleva a descubrir por sí mismos nuevas y mejores maneras de lograr llegar a buen puerto. Los ambiciosos comparten un rasgo clave: la persistencia.
2. Son capaces de asumir riesgos
La ambición es una cualidad que también reúne la habilidad para ser valiente, controlar la ansiedad y enfrentarse a un mundo lleno de dificultades. Las personas ambiciosas siguen labrando su camino a pesar de todos los problemas, y son capaces de asumir riesgos que otras personas considerarían inasumibles. Cuanto mayor sea el reto, mayor es la ambición con la que se debe afrontar. Eso sí, seguramente los frutos que se recojan al final del camino serán mucho más dulces.
3. No alardean de sus logros
Las personas ambiciosas saben que su plan personal y laboral es privado, y que no ganan nada de ir explicándolo por ahí. La prudencia es una cualidad de las personas que están determinadas a llevar a término sus proyectos.
4. Son proactivas
¿Conoces el concepto de procrastinación? Se trata de ese defecto tan habitual en nuestros días, por el cual tendemos a dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy. La pereza es un lastre para la actitud ambiciosa, puesto que nos impide avanzar. Las personas ambiciosas saben que deben ser ellas mismas las que empiecen a trabajar, sin esperar a que todo esté perfectamente coordinado. Ser ambicioso es concentrarse en la ejecución de los proyectos, no es simplemente “tener ideas” sino llevarlas a cabo.
5. Potencian su creatividad
La ambición no nace de la nada, sino de la capacidad para empaparse de conocimientos nuevos y de saberlos combinar entre sí para crear nuevas ideas, servicios y productos. Las personas ambiciosas dominan esta habilidad a la perfección, siempre tienen un as bajo la manga.
Saber más: “Las 14 claves para potenciar tu creatividad”
6. Se rodean de equipos eficientes
Ser ambicioso es tener una mentalidad proactiva. Pero los grandes proyectos solo se pueden desarrollar con equipos potentes, inteligentes y comprometidos. El entorno es un factor clave para llevar a buen término los proyectos ambiciosos. Se suele decir que somos el promedio de éxito de las cinco personas con las que tenemos más contacto en el día a día. Es solo una teoría, pero puede encerrar una parte de verdad.
7. Compiten contra sí mismas, no contra los demás
La ambición bien entendida es la que practican las personas que solo buscan superarse a sí mismas, día tras día. La ambición desmedida puede conducirnos a tener siempre en el punto de mira a nuestra competencia, pero eso no es muy sano ni muy productivo para poder seguir creciendo. Si quieres mejorar y lograr tus metas, analiza tus propios movimientos y tu actitud: ahí está la clave del éxito.
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