La responsabilidad como rasgo de personalidad es, indudablemente, un rasgo extremadamente útil para disfrutar deuna vida funcional, organizada y sin imprevistos. Se le relaciona con tener una larga vida y disfrutar de un gran éxito laboral.
A continuación profundizaremos sobre este rasgo de la personalidad, además de entrar en detalle sobre las facetas que lo componen y ver cómo se va desarrollando a lo largo de la vida de los individuos.
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¿Qué es la responsabilidad como rasgo de personalidad?
La responsabilidad es uno de los Cinco Grandes rasgos de personalidad del modelo de los cinco factores o Big Five, de Paul Costa y Robert McCrae. Esta dimensión hace referencia a la capacidad para controlar aspectos como los impulsos, tener autodisciplina y gran capacidad de organización. También se incluye dentro de la misma toda conducta relacionada con alcanzar una meta, además de pensar a corto y largo plazo, seguir las reglas o establecer prioridades.
Las personas quienes tienen puntuaciones altas en esta dimensión suelen ser trabajadoras, fiables y puntuales, además de tener una gran tendencia hacia el orden. Tienen también un gran sentido del deber y no suelen romper las normas.
No obstante, puntuaciones muy altas en esta dimensión puede ser algo que roce la psicopatología. La persona puede tener serios problemas para despreocuparse de ciertos aspectos, además de buscar el perfeccionismo o llegar a obsesiones. Pueden verse como extremadamente rígidas y poco tolerantes ante los imprevistos. No se permiten salirse ni un centímetro del guión preestablecido por ellas mismas.
En el otro extremo de esta misma dimensión, las personas con bajas puntuaciones en responsabilidad suelen ser impulsivas y espontáneas, con un menor grado de preocupación hacia el logro o consecución de objetivos, además de ser más relajadas. Tienen problemas para motivarse a ellas mismas para enfocarse en realizar una determinada meta. Son menos propensas a retrasar la gratificación, es decir, necesitan ser recompensadas de inmediato por algo que hayan hecho.
Facetas de este rasgo
Al igual que con el resto de dimensiones propuestas dentro del modelo de los cinco grandes rasgos de personalidad, la dimensión de la responsabilidad presenta seis facetas, las cuales son las siguientes:
1. Competencia
Es la creencia a considerarse autoeficaz, es decir, ser capaz de cumplir adecuadamente con los objetivos planteados o con las habilidades a realizar.
2. Orden
Hace referencia a ser capaz de organizarse, tanto en términos del espacio físico como en la propia agenda personal (p. ej., organizarse los estudios, tener la habitación limpia...)
3. Sentido del deber
Es la importancia que le da la persona a cumplir con obligaciones morales y seguir las normas.
4. Necesidad de éxito
Es la necesidad de tener un alto resultado alcanzando las metas y dotar a la vida de dirección y de un propósito.
5. Autodisciplina
Se refiere a la capacidad de iniciar una tarea, llevarla a cabo hasta el final sin abandonarla a mitad del camino, ya sea por el aburrimiento o por las distracciones que se pueda uno encontrar en el proceso.
6. Deliberación
Es la faceta de la personalidad que sería la máxima responsable de evitar actuar por impulso. Es la capacidad de pensar las cosas detenidamente antes de llevarlas a cabo y ver qué consecuencias pueden asociarse a las mismas.
Responsabilidad a lo largo del desarrollo
Las personas, ya sea por factores genéticos o por ambientales, tienen diferente grado de personalidad. Esto, al igual que el resto de rasgos de personalidad, se debe a que los seres humanos presentamos diferencias individuales. No hay dos personas iguales en términos de personalidad.
Pero, además de esto, tampoco hay personas quienes sean igual de responsables durante toda su vida. Es decir, hay diferencias intrapersonales significativas en esta dimensión. Se ha visto que a medida que se va creciendo va cambiando lo meticuloso y trabajador que se es. Si bien los rasgos de personalidad son algo relativamente estable a lo largo de la vida de un individuo, la responsabilidad es el menos estable de todos ellos.
La responsabilidad es una característica bastante marcada en personas adultas si se las compara con las más jóvenes quienes, por regla general, tienen un grado de autocontrol bajo y suelen buscar la gratificación inmediata. Las personas nos vamos volviendo progresivamente más responsables a medida que vamos creciendo, siendo los 60 años el punto final de este incremento.
Cabe decir que estos incrementos varían en función de la edad del sujeto. La adultez más temprana es el punto más crítico del desarrollo de la personalidad y es seguramente el momento en el que se dan más cambios en la forma de ser de la persona.
Durante la infancia tardía y la adolescencia parece ser que las personas son menos responsables, e incluso, durante estas edades, se vuelven un poco menos responsables de lo que eran antes. Esto es fácilmente comprensible si se observa el rendimiento académico de muchos adolescentes en el instituto y se compara con sus notas en la escuela. Suele darse un bajón, el cual suele deberse a que se vuelven más despreocupads. También se ha visto que a partir de los 60 años se da un ligero decremento de esta dimensión.
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Responsabilidad y éxito profesional
Se ha visto que la responsabilidad es la dimensión que podría explicar de forma sólida el éxito profesional, además de ser relacionada con tener un buen rendimiento académico, independientemente de si se tiene unas buenas capacidades cognitivas o no.
La responsabilidad es la dimensión más relacionada con el tener éxito en cualquier profesión. Esto destaca en comparación con el resto de dimensiones. Por ejemplo, tener alta extraversión y cordialidad puede ser útil en profesiones en las que se requiere de habilidades sociales, como ser recepcionista en un hotel, mientras que en otras, como en el ejército, esto no es una ventaja. Lo que sí tienen en común ambas profesiones es que tener una alta responsabilidad contribuye a conservarlas.
Las personas con altas puntuaciones en la dimensión de responsabilidad suelen ser más organizadas y trabajadoras, lo cual son aspectos altamente útiles en todo contexto laboral. También, al ser más fiables, sus jefes suelen darles mayor prioridad a la hora de realizar tareas, además de permitirles mostrar su máximo empeño y ser potenciales merecedores de aumentos y ascensos.
Por el otro lado, las personas quienes presentan bajas puntuaciones en esta dimensión, corren el riesgo de postergar los trabajos, además de presentar un rendimiento más bajo. También suelen presentar menor motivación para realizar las tareas. Son personas que al ser más espontáneas y despreocupadas pueden acabar haciendo sus obligaciones más tarde de lo que deberían. Se suelen descuidar de las cosas, lo cual pone en peligro su puesto de trabajo.
¿Qué relación tiene con la salud?
No únicamente la responsabilidad predice un buen rendimiento laboral. Esta dimensión ha sido asociada con una mayor longevidad. Esto se puede explicar por la propia forma de ser de las personas responsables, quienes suelen tener poca tendencia hacia conductas autodestructivas.
Tener altas puntuaciones en este rasgo suele estar relacionado con el mantener unos buenos hábitos de salud, como el realizar deporte, irse a dormir a una hora adecuada, no consumir drogas, evitar el tabaco y el alcohol, además de tener un estilo de vida organizado. Así, al ser organizadas y ordenadas se evitan imprevistos de última hora, los cuales pueden ser fuente de mucho estrés y problemas para hacerles frente.
Como son personas respetuosa, por regla general, con las normas y las leyes, suelen verse poco implicadas en situaciones de violencia y no cometen delitos. De esta forma, se evitan situaciones potencialmente peligrosas, como el ser atacado por otros delincuentes o tener una situación tensa con la policía. También evitan los riesgos innecesarios, como el realizar sexo sin protección.