Dentro de la gran cantidad de fármacos antidepresivos que existen, los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) son aquellos que gozan de más fama debido a su eficacia y a unos efectos secundarios soportables.
Dentro de este grupo se encuentra la fluvoxamina, un antidepresivo muy eficaz para un gran número de trastornos relacionados tanto con la depresión como con la ansiedad, del cual hablaremos a lo largo de este artículo.
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¿Qué es la fluvoxamina?
La fluvoxamina es un fármaco antidepresivo que se incluye en el grupo de Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS). Por lo tanto, y al igual que el resto de antidepresivos ISRS su función es la de evitar la recaptación de serotonina para que aumenten los niveles de esta en el sistema nervioso.
La serotonina es un neurotransmisor que se produce de manera natural en nuestro cerebro, la cual, entre muchas otras funciones, tiene la de favorecer o mejorar nuestro estado de ánimo y evitar que nos sintamos tristes o deprimidos.
En comparación con los antidepresivos tricíclicos, la fluvoxamina ejerce una acción mucho más potente a la hora de inhibir esta recaptación de serotonina. Además, tiene una afinidad mucho menor por los receptores muscarínicos, 5-HT2C y alfa 1, por lo que los efectos secundarios de esta también son bastante menores.
Asimismo, una característica muy distintiva de la fluoxetina es su acción en los receptores sigma 1. Aunque la función de estos receptores aún se encuentra en vías de investigación, recientes estudios en animales proponen que su potenciación tiene una estrecha relación con la mejoría de los síntomas cognitivos de la depresión.
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¿En qué trastorno se utiliza?
En base a sus efectos sobre la inhibición de la recaptación de serotonina, la fluoxetina es administrada en aquellos casos en los que la persona padezca algún tipo de trastornos o enfermedad mental que incluya sintomatología emocional.
Algunos de los casos en los que la administración de fluvoxamina puede resultar eficaz son los trastornos como la fobia social, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de pánico o el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Además de, obviamente, trastornos depresivos o afección con cuadros o sintomatología depresiva.
1. Fobia social
La utilización de antidepresivos para tratar trastornos de ansiedad como las fobias es más que conocida en el ámbito clínico. La fobia social, también conocida como trastorno de ansiedad social (TAS), es considerada uno de los trastornos de ansiedad más habituales.
Esta se distingue de otras fobias porque la persona presenta un temor persistente a una o varias situaciones sociales, estando en la mayoría de los casos este temor relacionado con experimentar una situación vergonzosa.
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2. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por la aparición de pensamientos intrusivos, repetitivos y continuos que provocan en la persona una sensación de malestar, temor y nerviosismo. Estos pensamientos llevan a la persona a realizar una serie de comportamientos, conocidos como compulsiones, dirigidos a disminuir estas sensaciones de ansiedad.
Los psicofármacos antidepresivos de segunda generación como la fluvoxamina, son los que han demostrado una mayor eficacia en este tipo de trastorno, por lo que se han convertido en el tratamiento de elección a la hora de mejorar los síntomas.
3. Trastorno de pánico
Otro trastorno de ansiedad en el que la fluoxetina tiene una eficacia especial es el trastorno de pánico. Esta afección provoca que la persona experimente ataques repentinos de terror sin que exista ningún estímulo externo que lo provoque.
4. Trastorno de estrés postraumático
Esta alteración mental se incluye dentro de los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés, y produce en la persona una serie de síntomas propios de los trastornos de ansiedad causados a raíz de la vivencia de un acontecimiento estresante o traumático como una guerra, un abuso físico o violación o una catástrofe.
5. Trastornos depresivos
Son varios los trastornos relacionadas con la depresión, y su sintomatología puede variar en relación a parámetros como la duración, la gravedad o la persistencia. No obstante, la mayoría se caracterizan por presentar un estado de ánimo bajo e irritable en la mayoría de las veces, fatiga y falta de energía o sentimientos de inutilidad y baja autoestima entre muchos otros.
A pesar de que existen muchos otros fármacos antidepresivos de categoría ISRS, como por ejemplo la fluoxetina, recientes estudios, en los que se comparan este fármaco con la fluvoxamina, han determinado que este segundo fármaco presenta una superioridad mayor en cuanto al inicio de la acción y de la mejoría de la calidad del sueño en los pacientes.
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¿Cómo se administra?
La fluvoxamina se presenta tanto en formato tableta habitual como en cápsulas de liberación prolongada, ambas para consumir por vía oral.
La dosis habitual recomendada de este fármaco es la de una vez al día antes de que el paciente se acueste, o bien en dos ocasiones, una al levantarse y otra antes de ir a dormir. No obstante, es necesario seguir al pie de la letra las indicaciones del profesional médico, el cual ajustará las dosis de manera individual para que resulten lo más efectivas posible.
En ninguno de los casos el paciente puede aumentar o disminuir la dosis por cuenta propia, así como tampoco consumir la fluvoxamina con más asiduidad de la recomendada.
¿Qué efectos secundarios puede ocasionar?
Los efectos secundarios no deseados de la fluvoxamina pueden dividirse en efectos secundarios no graves y efectos secundarios graves. En el primero de los casos, la persona deberá avisar a su médico si estos síntomas perduran en el tiempo o empeoran; mientras que en los efectos graves el paciente debe ponerse en contacto con este de manera urgente.
Efectos secundarios no graves
Entre los efectos secundarios de la fluvoxamina que no sonmuy graves, los más comunes son los siguientes.
- Somnolencia.
- Cefalea.
- Sequedad bucal.
- Alteración de la atención y la memoria.
- Problemas gástricos.
- Gases.
- Náuseas y/o vómitos.
- Disminución del apetito.
- Alteraciones en el sentido del gusto.
- Pérdida de peso.
- Agitación.
- Sensación de debilidad.
- Cambios en el deseo y la capacidad sexual.
Efectos secundarios graves
Entre los efectos secundarios graves, destacan los siguientes.
- Vértigos.
- Alucinaciones.
- Alteraciones en la coordinación.
- Fiebre, sudoración y confusión.
- Dolor u hormigueo en las extremidades.
- Temblores sin causa conocida.
- Alteraciones cutáneas como sarpullido y urticaria.
- Problemas respiratorios.
- Convulsiones.
- Pérdida del conocimiento.
- Sangrados y cardenales.
- Hemorragia nasal.
- Vómitos con sangre.
- Heces con sangre o te un tono muy oscuro.
Precauciones a tener en cuenta
Como en muchos otros medicamentos con efectos muy potentes en el organismo, es recomendable que el paciente informe a su médico de cualquier situación especial de salud en la que se encuentre como otras afecciones o alergias.
Además, también deberá informar de todos aquellos medicamentos, suplementos vitamínicos o complejos naturales que consuma habitualmente, así como de sus hábitos alcohólicos.
Como el resto de ISRS, la fluvoxamina puede provocar problemas en el feto y en el niño recién nacido, por lo que es necesario que la paciente informe de si está embarazada o si tiene intención de quedarse.
A pesar de que los efectos de somnolencia sean mayores en otros fármacos antidepresivos, aquellas personas que conduzcan o manejen maquinaria pesada habitualmente deberán prestar especial atención y tomar las precauciones pertinentes.
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