La dopamina es uno de los neurotransmisores más conocidos y uno de las más importantes a la hora de regular nuestra conducta. Influye en aspectos tan relevantes como la percepción de la gratificación y el placer, así como en el movimiento, la memoria y la motivación. Se trata de una hormona que se sintetiza en diferentes áreas del organismo, siendo una de las más conocidas la sustancia negra y su conexión con los ganglios basales, y las neuronas de la vía mesocortical.
Sin embargo, existen numerosos trastornos y problemas que generan que esta no se sintetice tanto como debiera, siendo necesario emplear mecanismos externos como fármacos para aumentar sus niveles. Uno de estos fármacos, de uso frecuente, es la levodopa. En este artículo hablaremos justamente sobre él.
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Levodopa: ¿qué es?
La levodopa o L-dopa es un medicamento o psicofármaco que se ha aislado a partir de la dopa, el precursor metabólico de la dopamina, que a su vez es derivado de la tirosina (al igual que el resto de catecolaminas incluyendo la noradrenalina) gracias a la enzima tirosina hidroxilasa.
Se trata de una catecolamina que forma parte del organismo, siendo sintetizada por este a la vez que también es añadida externamente a partir de la dieta. por lo general es conseguida directamente a partir de la dieta. Dentro del cuerpo es degradada por la enzima monoaminooxidasa o IMAO, cosa que permite regular su síntesis y niveles.
Empleada de forma externa como medicación, permite hacer frente a una ausencia de dopamina a nivel cerebral, al poder traspasar la barrera hematoencefálica (al contrario que la propia dopamina) y degradarse y transformarse en dopamina gracias a la enzima descarboxilasa. Ello permite tratar problemas derivados del déficit de este último neurotransmisor, como ocurre con muchas alteraciones de carácter motor.
Mecanismo de acción
La levodopa funciona como tratamiento de problemas como el Parkinson debido a su actuación sobre el sistema nervioso. La barrera hematoencefálica no permite que la dopamina externa pueda penetrar en el cerebro. Sin embargo la levodopa, su precursor inmediato, sí tiene esta capacidad. Este fármaco se transformará posteriormente en dopamina en el cuerpo estriado de los ganglios basales gracias a la descarboxilación producida por las neuronas dopaminérgicas, con lo que finalmente se terminará por aumentar los niveles de dopamina en el encéfalo.
La levodopa se aplica conjuntamente con inhibidores de la acción periférica como la carbidopa, la cual permite que la levodopa no se degrada en su paso por el tubo digestivo y pueda entrar en el sistema nervioso central adecuadamente.
Trastornos en los que se emplea
La levodopa como fármaco es empleada a menudo en diversos trastornos y en distintas situaciones y complicaciones médicas derivadas de la falta de dopamina en alguna región cerebral. Entre sus principales usos médicos destacan los siguientes.
Parkinson
El principal y más conocido trastorno en el que se emplea como medicamento la Levodopa es en la enfermedad de Parkinson. Este trastorno se caracteriza por una degeneración de la sustancia negra y en los ganglios basales producidas por un déficit en la síntesis de de dopamina. Aparecen los conocidos temblores parkinsonianos, en situación de reposo, enlentecimiento motor y problemas posturales y de movimiento, así como inexpresividad facial.
El tratamiento farmacológico con Levodopa es uno de los más habituales, generando un aumento en los niveles de dopamina a nivel cerebral. Se trata del fármaco de elección y produce una importante mejoría de la sintomatología (por ejemplo elimina la debilidad y falta de movimiento y en algunos casos reduce los temblores).
Síndromes parkinsonianos por encefalitis o derivada de arterioesclerosis cerebral
La inflamación del encéfalo o encefalitis puede generar alteraciones en los núcleos cerebrales que regulan la transmisión dopaminérgica, el movimiento y la vía nigroestriada. El uso de levodopa está indicado en estos casos.
Consumo de neurolépticos
Uno de los efectos secundarios más habituales de los neurolépticos o antipsicóticos, especialmente de los típicos o de primera generación, es la presencia de síntomas extrapiramidales como acatisia o temblores. Este se produce por el bloqueo de los receptores de dopamina en la vía nigroestriada (aunque el objetivo de los neurolépticos típicos es la vía mesolímbica su actuación es inespecífica y llega también a otras vías nerviosas).
Por ello es frecuente el uso de medicación antiparkinsoniana, empleandose entre otras sustancias la levodopa (a veces mezclada con otras sustancias como la carbidopa) con el fin de reducir dichos síntomas.
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Envenenamiento: monóxido de carbono o manganeso
Otro de las indicaciones de la levodopa se encuentra en el uso terapéutica de cara a tratar daños al sistema nervioso causados por el envenenamiento por manganeso o monóxido de carbono.
Efectos secundarios de la levodopa
Como ocurre con todos los psicofármacos, el consumo de levodopa puede tener efectos secundarios más o menos graves. Sin embargo, por lo general estamos ante molestias leves y en muchos casos temporales. Los más probables son típicos de muchos otros medicamentos: náuseas, vómitos, disminución del apetito, temblores y contracciones nerviosas, visión borrosa, oscurecimiento de orina, insomnio o sedación, fatiga y agitación o inquietud.
Pueden aparecer también alteraciones conductuales como hipersexualidad, y pueden aparecer ideaciones de tipo paranoide y síntomas depresivos. También pueden aparecer edemas, problemas urinarios (exceso o déficit), debilidad, cefaleas o entumecimiento.
Además de ello hay que tener en cuenta que pueden darse problemas más graves que requieran atención inmediata tales como convulsiones, diarrea persistente, arritmias, ideación suicida o reacciones alérgicas.
Contraindicaciones y precauciones
Además de los síntomas secundarios, hay que tener en cuenta que no siempre va a ser recomendable emplear este fármaco. Entre sus múltiples contraindicaciones se encuentran principalmente aquellos casos en que se padezca un melanoma maligno (ya que puede activar el tumor y empeorarlo). También se deberá evitar el consumo conjunto de éste medicamentos e inhibidores de la MAO, medicación contra la hipertensión, anestésicos (puede generarar arritmia) o anticonvcolvulsvos o tranqulizantes (se redudce el efecto).
Por último, pacientes con glaucoma, menores de edad, embarazadas, sujetos con psicosis (a menos que se aplique como antiparkinsoniano ante el consumo de neurolépticos) o problemas cardíacos tampoco deberían consumirlo o en caso de ser necesario deberán consultar con su médico que precauciones emplear.