Parece que en los últimos tiempos el concepto «trastorno de la personalidad narcisista» ha dejado de ser un término empleado únicamente por profesionales de salud mental. Cada vez es más habitual que personas no especializadas tengan una idea de las características del mismo. Pero, ¿se ajusta esta a la realidad?
A lo largo del artículo abordaremos los aspectos clave más importantes para poder identificar esta situación. Partiremos desde la definición del trastorno para explorar tanto las características más conocidas como otras dificultades. Finalmente, profundizaremos sobre los subtipos y el origen.
¿Cómo podemos identificar el narcisismo?
El término personalidad hace referencia a las características individuales que hacen única a cada persona. Es decir, su forma de pensar, comportarse, sentir y relacionarse con el entorno. Así pues, los trastornos de personalidad se diagnostican cuando una persona se aleja considerablemente de lo que es aceptado en su sociedad. Tanto los patrones de pensamiento como de comportamiento suelen ser rígidos, inflexibles y estables. Por ello, suelen ocasionar dificultades en el día a día de la persona.
Hay diferentes tipos de trastornos de personalidad divididos en diferentes categorías, pero en el presente artículo nos centraremos en el narcisista. Es importante tener en cuenta que solo por detectar algunos rasgos no se puede realizar un diagnóstico. Este debe llevarlo a cabo un/a profesional de salud mental especializado tras un amplio estudio objetivo.
El nombre que se le asigna a este trastorno de personalidad viene del mito griego en el que Narciso, al ver su imagen reflejada en el río, no puede apartarse de ella. El final de esta historia es trágico para el protagonista. Su vanidad le llevó a la muerte.
Las personas diagnosticadas con este trastorno de la personalidad muestran falta de empatía hacia otras personas, un elevado egocentrismo y un patrón generalizado de grandiosidad. Dichas personas necesitan de la admiración y adulación de los demás. No obstante, la única preocupación que manifiestan es en relación consigo mismos/as.
El trastorno de la personalidad narcisista se caracteriza porque las personas que lo sufren tienen una exagerada autoestima. Asimismo, sobrevaloran sus capacidades y sus logros pretendiendo ser reconocidos/as como superiores al resto. El egocentrismo se hace evidente cuando solo dan credibilidad y valor a su propio discurso, que gira en torno a sí mismos/as.
Además, son personas muy demandantes de atención y que perciben las relaciones e interacciones sociales desde la manipulación. Habitualmente, las relaciones que establecen son con el objetivo de beneficiarse de una u otra forma. La falta de empatía es un aspecto importantísimo que les lleva a sentir y pensar que deben ser admirados/as constantemente.
Podemos inferir entonces que, las relaciones interpersonales, son un ámbito en el cual van a presentar elevadas dificultades. Esto sucede tanto por su parte como por parte del resto de personas que, al sentirse manipuladas y poco tenidas en cuenta, pueden distanciarse. Se ha observado que las personas con un trastorno narcisista de la personalidad tienen altas dificultades para manejarse ante aquello que perciben como críticas. En este sentido, pueden observarse algunas de las siguientes reacciones emocionales y conductuales:
- Enfadarse al no recibir cumplidos.
- Sentirse menospreciados/as con facilidad.
- Tratar con desprecio para sentirse superiores.
- Evitar situaciones en las que puedan fracasar.
- Tener dificultades de gestión emocional.
- Tener dificultades para adaptarse a los cambios o a situaciones estresantes.
Y, por sorprendente que parezca, también pueden sentir inseguridad, vergüenza y miedo a que descubran que son un fracaso. Se considera que, en muchas ocasiones, todo lo comentado previamente es una imagen que necesitan mantener hacia afuera. Desde la necesidad de admiración constante, entrarían en esta dinámica de demostrar su valor.
Subtipos de narcisismo
Si bien es cierto que los criterios diagnósticos del trastorno de personalidad están bien claros y establecidos en los manuales clínicos, no pasa lo mismo con los subtipos. Diferentes estudios y autores aportan diversos subtipos en función de las características que más predominan. A continuación se hará una breve descripción de los dos subtipos en los que sí parece haber una mayor aceptación entre profesionales:
1. Narcisismo grandioso
Este perfil de personalidad es el más reconocido habitualmente. También se le conoce como narcisismo manifiesto u ostentoso. En este subtipo, se engloban la mayor parte de las características mencionadas a lo largo del artículo:
- Aires de grandeza y superioridad. Autoestima exagerada.
- Exageración de logros y habilidades o capacidades. Alta competitividad.
- Ausencia de empatía, tendencia a menospreciar a los demás.
- Necesidad constante de admiración, validación y atención.
2. Narcisismo vulnerable
Este perfil, también conocido como encubierto, es quizá el más difícil de detectar inicialmente por su carácter complementario. En este sentido, se puede observar que las personas muestran una autoestima muy baja. Otras características relevantes son:
- Sensibilidad extrema a la crítica.
- Introversión y falta de confianza.
- Hipersensibilidad a la percepción de rechazo.
- Actitud defensiva y/o evitativa.
- Tendencia a la victimización.
¿Conocemos su origen?
A nivel científico, todavía no hay una respuesta contundente en este sentido. No obstante, una de las propuestas en las que sí hay consenso se relaciona con el tipo de apego. Es decir, se considera que la forma de vincular aprendida en los primeros años puede ser un factor clave.
En este sentido, se señala que puede ser decisivo tanto el hecho de haber tenido padres sobreprotectores como padres por los que el niño se siente abandonado. En ambas situaciones, se desarrolla un tipo de apego que dificulta la conexión en las relaciones.
