El narcisismo es más que un rasgo psicológico que está presente en grandes cantidades en algunas personas; además, este se proyecta más allá del individuo, afectando a las relaciones que establece con los demás.
Dicho de otro modo, quienes son muy narcisistas procesan sus pensamientos y emociones de un modo característico, pero también expresan sus intereses y su manera de ser de un modo muy marcado, a menudo problemático y capaz de hacer daño a los demás.
Por eso, en este artículo veremos cómo se trabaja en psicoterapia con personas que han desarrollado problemas psicológicos por su trato con personas marcadamente narcisistas.
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¿Qué es el narcisismo?
La idea de narcisismo ocupa un destacable lugar en la cultura popular. En muchas ocasiones usamos la etiqueta “narcisista” para referirnos a aquellas personas que parece que están demasiado centradas en sí mismas, que no piensan para nada en los demás.
De hecho, a medida que se percibe a la sociedad como un ente formado por sujetos individualistas y centrados en sus propios deseos y necesidades particulares, no son pocos quienes consideran que el narcisismo está creciendo en la sociedad, en especial entre la juventud, a pesar de que las investigaciones científicas en psicología no dan apoyo a semejante afirmación.
Por otro lado, a través de medios de comunicación y otras formas de transmisión cultural que van más allá de la divulgación científica se tiene una idea muy marcada sobre lo que es el narcisismo, entendido como el rasgo propio de una persona muy centrada en sí misma y que poco o nada piensa en los demás. Esta definición es en parte verdadera, pero como suele pasar con los conceptos psicológicos trasladados al conocimiento popular, son muchos los matices que se pierden en el proceso.
En realidad, las principales características del narcisismo son las siguientes:
- Creencia muy arraigada de que uno mismo es especial, superior al resto, y merece un trato privilegiado.
- Dificultades para admitir los propios errores, tendencia a proyectarlos hacia los demás.
- Preocupación constante sobre la propia apariencia y cómo se es percibido por los demás.
- Tendencia a sobreestimar las propias habilidades y capacidades.
- Necesidad de validación externa frecuente.
Ser narcisista no siempre se traduce en un exceso de autoestima o de inseguridad, sino que más bien implica un hambre voraz de apreciación y admiración, un deseo por ser el centro de atención y búsqueda de un trato especial que demuestre que el narcisista es de un estatus superior. El narcisismo se caracteriza por un sentimiento de grandiosidad más o menos desarrollado, una necesidad de admiración excesiva y la creencia de que uno es único y merece un trato especial.
En Psicología se concibe al narcisismo como un espectro que muestra una predisposición más o menos marcada a reproducir un determinado tipo e patrón de conducta; es por eso que más allá de existir un trastorno narcisista de la personalidad, el narcisismo también es un concepto abordado desde la Psicología de las Diferencias Individuales y los Rasgos de Personalidad. Es decir, puede ser entendido un rasgo del que se tiene más o se tiene menos, distribuido de forma normal en la población, y en la mayoría de los casos no llega a ser psicopatológico.
La mayoría de la gente se encuentra en medio de la curva normal, con unos niveles de narcisismo muy lejos de considerarse patológicos, siendo personas centradas en su justa medida en sí mismas. En cambio, son pocas las personas que se encuentran en uno de los dos extremos, tanto con mucho narcisismo como con poco.
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El narcisismo en las relaciones
El deseo de las personas muy narcisistas de conseguir la admiración y halagos de los demás, especialmente de potenciales compañeros románticos, hace que se muestran muy encantadores y carismáticos, un comportamiento seductor. Sin embargo, debido a su falta de empatía, es difícil que se establezca una relación de confianza, respeto mutuo y comprensión entre él y su pareja, lo cual hace que la relación tarde poco tiempo en desintegrarse.
Las personas patológicamente narcisistas pueden mostrar pasión y encanto durante las primeras citas; sin embargo, perciben las relaciones como una mera transacción. Para ellos, las relaciones simplemente les sirve para proveerles de la atención que tanto buscan y satisfacción sexual para alimentar su ego y autoestima. El objetivo es el de disfrutar placer, y muchos narcisistas pierden interés en las relaciones a medida que la intimidad de pareja va en aumento.
Es muy complicado para las personas que presentan un trastorno narcisista de la personalidad que se enamoraren y construyan una relación de pareja basada en el respeto y la igualdad de sus miembros. Quien es extremadamente narcisista tratará de establecer reglas muy estrictas en la relación e intentará aislar a su nueva pareja de sus amigos y familiares, entre otras conductas que rozan los malos tratos y el control posesivo.
Es por ello que el narcisismo muy marcado está considerado, junto con el maquiavelismo y la psicopatía, uno de los rasgos psicológicos que forman parte de la “tríada oscura” (o Dark Triad), elementos psicológicos vinculados a la conducta antisocial y que no solo pueden causar malestar en las relaciones, sino incluso facilitar la aparición de dinámicas de maltrato capaces de causar problemas psicológicos en las parejas y amistades de estas personas.
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¿Cómo se interviene en psicoterapia con víctimas de narcisistas?
En los casos en los que el trato habitual con una persona muy narcisista ha causado daños psicológicos en el paciente, las estrategias y técnicas usadas para esta clase de tratamientos en psicoterapia suelen ser las siguientes (dependen de una valoración previa de las necesidades, características y contexto vital de cada persona).
Reestructuración cognitiva
Las víctimas de personas muy narcisistas suelen culparse a sí mismas acerca de buena parte de lo sucedido, lo cual no solo les genera mucho malestar, sino que además dificulta que superen esa experiencia. Por eso, en terapia se les ayuda a deshacerse de esas creencias culpabilizadoras a través de la reestructuración cognitiva, proceso en el que se ayuda a la persona a detectar esas creencias disfuncionales y a ponerlas en cuestión, para finalmente sustituirlas por otras más ajustadas a la realidad.
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Terapia EMDR
El abordaje EMDR se ha mostrado eficaz sobre todo en los casos en los que la relación con la persona narcisista ha dado lugar a secuelas en forma de trauma o complicaciones en la gestión de la ansiedad en general.
Mediante esta intervención se crean las condiciones necesarias para que el cerebro del paciente procese los recuerdos de esa relación de una manera que no generen una fuerte respuesta emocional asociada al malestar, de modo que la persona acepte lo ocurrido y deje de intentar “bloquear” la evocación de esa parte de su memoria a causa de lo mal que le hace sentir.
Entrenamiento en asertividad y mejora de la autoestima
El entrenamiento en habilidades sociales suele ser importante en estos casos, ya que permite que la persona aprenda de lo ocurrido y comprenda todos los matices por los que su relación con la persona narcisista era insatisfactoria y se fundamentaba en una asimetría de poder.
En este sentido, el desarrollo de la asertividad es especialmente relevante, y permite que el paciente exprese sus necesidades y sentimientos sin ceder constantemente al miedo al rechazo (algo que suele darse en las víctimas de personas muy narcisistas dado que estas últimas tienden a infravalorar los logros y las opiniones de quienes les rodean).
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