¿Alguna vez te habías dado cuenta de que las personas creen ciegamente que las cosas de las que sabe poco mejoran con el tiempo? A esto se le conoce como mejora por defecto, y es una tendencia que ha sido estudiada en los últimos tiempos por diversos profesionales. Básicamente consiste en suponer una mejora en todos los aspectos, incluso en ámbitos irrelevantes para uno mismo.
Gracias a las diversas investigaciones, se ha descubierto que tanto al evaluarse a sí mismos como a los demás, las personas tienden a suponer erróneamente que han mejorado. Para que se comprenda adecuadamente, en los juicios retrospectivos y prospectivos sobre uno mismo, las personas esperan mejorar, por consiguiente, ven su pasado peor de lo que era y pronostican un futuro color rosa.
No obstante, al evaluar ámbitos sociales que no sean propios, la cosa cambia. En general, la gente tiende a creer injustificadamente que "las cosas ya no son como antes...". Dicho de otra forma, las valoraciones de los ciudadanos sobre las tendencias recientes en los ámbitos sociales son excesivamente pesimistas.
La gente, por término medio, piensa que la mayoría de las personas se vuelven más sabias y racionales a medida que envejecen, o que el mercado bursátil, a pesar de su volatilidad a corto plazo, tenderá al crecimiento sin realmente tener pruebas que apoyen estas presunciones.
Por tanto, ¿Qué hay detrás de esto? ¿Cómo puede ser que cuando se carece de información, la gente asume por defecto que las cosas mejoran? Si te interesa la respuesta a estas preguntas, has llegado al sitio adecuado. En el artículo de hoy, analizaremos la tendencia conocida como mejora por defecto y trataremos de comprender que se esconde detrás de la misma.
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Factores que influyen en la mejora por defecto
Puede que a estas alturas te estés preguntando cuáles son los factores que influyen a la hora de pensar que las cosas van a mejorar en un futuro aunque no tengamos evidencia que lo respalde. Pues bien, el conocimiento y la información son factores importantes que guían estas presunciones. Al hacer juicios sobre uno mismo, las investigaciones han concluido que las personas pueden recurrir a sus propios esquemas o recuerdos.
Cuando se emiten juicios sobre otros individuos, las personas aplican creencias sobre información relevante para los rasgos. Además, al emitir juicios sobre ámbitos sociales grupales, como la moralidad y la delincuencia, las personas tienden a recordar acontecimientos muy accesibles.
Sin embargo, las personas no siempre disponen de información relevante, y a menudo emiten juicios seguros a pesar de carecer de información. Muchos llegarán a conclusiones seguras (inexactas) sobre relaciones probabilísticas después de reclutar cantidades inadecuadas de pruebas o antes de ver ninguna prueba en absoluto. La mayoría de la gente forma rápidamente impresiones duraderas de los demás a partir de muestras mínimas de información personal. Estas intuiciones tempranas son importantes, ya que pueden guiar el posterior reclutamiento o consideración de la información.
Cuando se evalúa a uno mismo
En un estudio observaron que cuando los participantes disponían de pruebas diagnósticas de cambio, otros mecanismos fomentaban las presunciones de mejora o declive. Es decir, cuando se evalúa a uno mismo o a ámbitos relevantes para uno mismo, el realce de uno mismo y el optimismo de rasgo fomentan las presunciones de mejora.
Las personas tienen muchas pruebas en las que basar sus juicios sobre sí mismas (recuerdos, trayectorias, etc.) y están motivadas para verse a sí mismas de forma positiva. Por lo tanto, en estas situaciones, es posible que las personas no recurren a una mejora por defecto, ya que disponen de información destacada (aunque muy sesgada) que sugiere una mejora.
Además, al evaluar pruebas mixtas (es decir, pruebas tanto de mejora como de declive), el predominio de la negatividad y los puntos de inflexión asimétricos probablemente lleven a las personas a dar demasiada importancia a las pruebas de declive (negativas) y poca importancia a las pruebas de mejora (positivas). En estas situaciones, la mejora por defecto no debería surgir; en su lugar, el predominio de la negatividad debería fomentar las presunciones de declive.
Conclusiones
Como conclusión, las numerosas investigaciones coinciden en que por lo general, las personas viven esperando mejoras en diversos ámbitos. Aunque hay muchos mecanismos que pueden dar lugar a estas expectativas, cuando las personas carecen de información diagnóstica, recurren por defecto a las narrativas culturales y asumen intuitivamente que se ha producido una mejora. Además, se sugiere que las personas sienten (erróneamente) que la mejora se ha producido en diversos ámbitos poco relevantes para ellas mismas. En cierto sentido, los que creen que ya se ha mejorado mucho (aunque no tengan pruebas de ello) parecen sentir menos necesidad de seguir mejorando.
Esta tendencia, sin embargo, se disipa cuando se presentan pruebas relevantes, y cuando las pruebas son mixtas, las personas tienden a asumir erróneamente el declive (en lugar de la estabilidad). Por supuesto, debido a estas condiciones necesarias, la mejora por defecto se limita a ámbitos ambiguos para los que el evaluador carece de información diagnóstica inmediatamente relevante.
De hecho, un ecologista que lea e investigue sobre el declive del medio ambiente probablemente informará de que el medio ambiente está en declive porque dispondrá de información de diagnóstico muy destacada y accesible. En estas circunstancias, la mejora por defecto queda anulada. Por tanto, sólo es probable que las personas apoyen la mejora por defecto cuando evalúan un ámbito sobre el que no están informadas.
Finalmente, queremos cerrar el escrito resaltando los puntos más importantes. La mejora por defecto aparece de forma fiable en las evaluaciones de objetivos de juicio ambiguos. Y lo que es más importante, al hacer juicios retrospectivos, esta tendencia a suponer una mejora se asoció con la complacencia hacia políticas y comportamientos que podrían precipitar una mejora real. En resumen, aunque pueda parecer sensato suponer estabilidad hasta que se tengan pruebas de mejora o declive, la gente tiende a suponer mejora hasta que se demuestre lo contrario.
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