Hoy en día la idea de que conocer o aprender algo consiste en un proceso en el cual recibimos información del exterior, la procesamos y finalmente la interpretamos de manera que acabamos teniendo un conocimiento del elemento en cuestión puede parecer lógica y común.
Esta idea indica que el individuo que conoce participa en el proceso de conocer, moldeando e interpretando la realidad de una forma directa. Sin embargo, esta consideración no ha existido siempre, habiendo múltiples teorías y maneras de conceptualizar la realidad que ligaban el hecho de conocer con el traslado exacto de la realidad objetiva a nuestra consciencia, siendo la persona un elemento pasivo entre la realidad y la cognición, o bien que si bien existe un paso intermedio este es un elemento indescifrable.
Las teorías que afirman que el hecho de conocer y el aprendizaje están mediados por una serie de procesos internos cognitivos, manipulando los elementos simbólicos que percibimos con el fin de dotar de un significado a la realidad son las denominadas teorías cognitivistas, siendo entre ellas una de las primeras la teoría cognitiva de Jerome Bruner.
La teoría cognitiva de Bruner: sujeto activo y teoría de la categorización
Para Jerome Bruner y para el resto de teorías de índole cognitivista, uno de los elementos principales a la hora de conocer es la participación activa del sujeto que aprende. Es decir, no se trata de que el individuo coja la información del exterior sin más, sino que para que esta se transforme en conocimiento debe ser procesada, trabajada y dotada de sentido por el sujeto.
Según la teoría cognitiva de Bruner, en el proceso de conocer y aprender el ser humano intenta categorizar los sucesos y elementos de la realidad en conjuntos de ítems equivalentes. Así, experimentamos las vivencias y la realidad percibida creando conceptos a partir de la discriminación de los diferentes estímulos.
En este proceso, denominado categorización, la información recibida del exterior es trabajada de forma activa, siendo codificada y clasificada con una serie de etiquetas o categorías con el fin de posibilitar la comprensión de la realidad. Esta categorización permite la formación de conceptos y la capacidad de hacer predicciones y tomar decisiones. Es un modelo explicativo muy influido por las ciencias de la computación, que se basabas en el funcionamiento de los ordenadores de la época.
Desde la perspectiva cognitiva de Bruner, a partir de la categorización somos capaces de generar conocimiento. Estas categorizaciones no permanecerán siempre estables y cerradas, sino que irán variando a partir de la experiencia vital, modificándose y expandiéndose. A la hora de enfrentarse a una realidad que categorizar, el individuo puede establecer dos tipos de procesos, el Concept Formation o el conocido como Concept Attainment.
Concept Formation
Este proceso es típico de estadios iniciales del desarrollo. El sujeto procede a aprender un concepto o categoría, generando por sí mismo la información a clasificar en la categoría por él/ella creada. Se reconocen patrones comunes en varias unidades de información y se unifican en ciertos conceptos.
Concept Attainment
El segundo tipo de proceso que se puede realizar es la identificación de propiedades que permiten registrar el estímulo en una categoría ya existente, creada por otros. El sujeto infiere los atributos principales de la categoría que se ha formado, comparando y contrastando ejemplos que contiene los atributos principales de la categoría con otros elementos que no los poseen. Dicho de otro modo, este proceso permite la creación de criterios de inclusión y exclusión dentro de una categoría.
Modos de representación de la realidad según la teoría cognitiva de Bruner
En base a lo comentado hasta el momento, resulta deducible que para Bruner el aprendizaje es activo, teniendo el individuo una estructura cognitiva basada en la asociación con los conocimientos previos que le permite construir conocimiento y realizar inferencias.
La representación de la realidad que se realiza mediante la cognición puede adquirirse de tres maneras o modos, empleados en diferentes momentos evolutivos del desarrollo debido a la necesidad de recursos cognitivos suficientes según se van complicando. Dichos modos de representación no son excluyentes entre sí, pudiéndose aplicar varios a la vez para facilitar el aprendizaje.
Representación enactiva
En este modo, el conocimiento se adquiere a través de la acción e interacción directa con el elemento a conocer. Esta modalidad para representarse la realidad es típica de estadios iniciales del desarrollo, es decir en los primeros años de vida. Es el tipo de representación que se obtiene con un aprendizaje procedimental, como aprender a ir en coche o en bicicleta, o a utilizar los cubiertos para comer.
Representación icónica
Se conoce a través del modo icónico cuando se emplean elementos visuales reconocibles y poco simbólicos, como una fotografía o dibujo. Es a partir de los tres años en que la mayoría de niños y niñas son capaces de utilizar este tipo de representación, debido a su mayor nivel de desarrollo.
Representación simbólica
Conocer desde un modo simbólico implica que se obtiene la información a través de símbolos, tales como palabras, conceptos, abstracciones y lenguaje escrito. El nivel de desarrollo intelectual necesario para este tipo de representación es mucho mayor que las anteriores, pues requiere tener capacidad de abstracción y reconocimiento de símbolos y su significado. Se considera que este tipo de representación ha surgido alrededor de los seis años de edad en la mayoría de niños y niñas.
Aplicaciones de la teoría cognitiva en la educación
El aprendizaje es el medio a través del cual los seres humanos y otros organismos adquieren información y conocimiento del medio. Por este motivo, la teoría cognitiva de Bruner ha servido y de hecho se ha centrado en gran medida en promover los procesos de aprendizaje y desarrollo desde la infancia, si bien su perspectiva pasa a ser constructivista.
Para Bruner, la educación consiste en el inculcamiento de habilidades y conocimientos a través de la representación de lo ya conocido y lo que se pretende conocer, buscando que el individuo pueda generalizar el conocimiento teniendo sin embargo en cuenta las particularidades de cada conocimiento.
El concepto de andamiaje
Otro de los conceptos fundamentales en la teoría de Bruner, en este caso desde una concepción constructivista, es el concepto de andamiaje. Para Bruner, el aprendizaje o proceso mediante el cual obtenemos conocimiento se ha de facilitar mediante la dotación de ayudas externas. El individuo no es la única fuente de aprendizaje, sino que desde fuera se pueden crear facilidades para que estas "encajen" en el nivel de aprendizaje de la otra persona y, así, mejorar la calidad y la rapidez de la educación.
Estas ayudas han de ser otorgadas de manera graduada, proporcionando un gran nivel de ayuda en el inicio o ante la presencia de grandes dificultades para que a lo largo del tiempo y con el progresivo dominio por parte del aprendiz estas se vayan retirando, dándole cada vez mayor autonomía al individuo.
La metáfora de un andamio usado para construir un edificio resulta evidente, refiriéndose a este proceso de adecuación y transitoriedad de las ayudas como andamiaje.
Importancia de valores, necesidades y expectativas
El conocimiento e incluso percepción de los fenómenos se han demostrado en gran medida dependientes de las necesidades, creencias y expectativas. Constatar cómo los resultados no encajan con unas expectativas demasiado elevadas puede hacer que, a causa de la frustración, se detenga el aprendizaje, mientras que unas expectativas demasiado bajas pueden obstaculizarlo y evitar el progreso potencial.
Un ejemplo de la importancia de las expectativas es visible en algunos experimentos, en los que por ejemplo sujetos con poco nivel económico son capaces de percibir monedas como más grandes debido al mayor valor que les otorgan.
Dotando de significado: trabajar con lo ya conocido
Resulta también imprescindible para conocer que el conocimiento nuevo se apoye en lo viejo, en lo que la persona ya conoce, con el fin de poder construir y modificar la nueva información en base a ello.
Esto permite que el sujeto otorgue un sentido a la nueva información, pudiendo conocer no solo una información descontextualizada sino también otras cogniciones que puede utilizar en su vida cotidiana.
En búsqueda de un aprendizaje por descubrimiento
Tal y como se estipula en su teoría cognitiva, para Bruner el sujeto es un ente activo en el aprendizaje y el proceso de conocer, que no se limita a grabar información del exterior sino que ha de operar con ella por tal de poder convertirla en conocimiento. En este sentido, considera que el aprendizaje tradicional de las escuelas se ha basado demasiado en un proceso de adquisición de información descontextualizada.
En oposición a esto propone un aprendizaje por descubrimiento, en el que el sujeto aprenda y se vea estimulado a conocer a través de la curiosidad, la motivación y el autoaprendizaje, siendo el docente un guía para ello.
Referencias bibliográficas:
- Bruner, J. S. (Ed.). (1980). Investigaciones sobre el desarrollo cognitivo. Madrid: Pablo del Río.
- Bruner, J. S. (1981). Realidad mental y mundos posibles. Madrid: Gedisa.
- Bruner, J. S., Goodnaw, J. J. y Austin, G. A. (1978). El proceso mental en el aprendizaje. Madrid: Nancea.
- Guilar, M.E. (2009). Las ideas de Bruner: de la revolución cognitiva a la revolución cultural. Educere, 13; 44, 235-241. Universidad de los Andes, Venezuela.
- Méndez, Z. (2003). Aprendizaje y Cognición. San José, Costa Rica. Editorial: EUNED, sexta reimpresión.
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