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Estrategias para controlar la Ansiedad en las Oposiciones

Las mejores estrategias para evitar que la ansiedad te bloquee al presentarte a unas oposiciones.

Estrategias para controlar la Ansiedad en las Oposiciones

En una oposición, varias personas acuden a un mismo sitio con un objetivo común pero excluyente: hacerse con un lugar dentro de una organización. Como toda situación en la que uno está siendo examinado, es común que experimentemos los síntomas típicos de la ansiedad, como la sudoración en las manos, la respiración acelerada, e incluso en algunos casos, la sensación de sofoco y las dificultades para mantener la concentración en ese preciso instante.

Debido a los altos niveles de ansiedad que este tipo de circunstancia genera, muchas personas acaban ofuscándose a la hora de concurrir a una oposición, creyéndose incapaces de desarrollar los temas que se les solicita. Por esa razón, en este artículo veremos algunas estrategias para controlar la ansiedad en las oposiciones y cómo empezar a ponerlas en práctica.

¿Puede desaparecer la ansiedad ante una oposición?

Partamos del comienzo: reaccionar desde la ansiedad a una oposición es normal. Está muy extendido el difundido en nuestra sociedad el discurso de que debemos combatir la ansiedad, eliminarla o enfrentarla. Sin embargo, la ansiedad es una emoción que evoca un conjunto de reacciones fisiológicas en nuestro cuerpo y que permite que el organismo se prepare para la lucha o la huida de un estímulo estresante. La ansiedad, además, tiene un carácter premonitorio que posee el potencial de brindarnos información para anticiparnos a situaciones difíciles o en las que podríamos salir heridos. Por lo tanto, a partir de ella podemos generar un plan de acción. La ansiedad es sumamente adaptativa —es por ello que ha persistido junto a nuestra especie— y, por lo tanto, no deberíamos intentar quitárnosla de encima.

Esta posición respecto a la ansiedad puede, al comienzo, resultar chocante: ¿por qué no debería luchar contra algo que me hace sentir tan mal? Pues bien, la realidad es que sentir ansiedad jamás será agradable, pero por el hecho de que la neguemos o intentemos evitarla no significa que esta vaya a desaparecer. No podemos deshacernos por nuestra voluntad de la ansiedad. Por el contrario, aceptar que el dolor es parte de nuestra vida es fundamental para ver qué acciones podemos emprender aún en presencia de esa ansiedad, porque detrás de la ansiedad puede residir algo importante para nosotros. Siguiendo el caso que nos compete, durante una oposición están poniéndose en juego factores sumamente valiosos para nosotros, por ejemplo, repercute en el ámbito laboral (ya que, si quedamos, podríamos avanzar hacia un proyecto profesional y/o personal), también en el ámbito interpersonal (porque de ese trabajo podría depender el sostén económico familiar), etcétera. Esa ansiedad viene a decirnos que nos preparemos para actuar. No es nuestra enemiga.

Estrategias útiles para una oposición

Ahora bien, también es cierto que muchas personas sienten que se “bloquean” o se “nublan” a causa de esa ansiedad cuando deben exponer un tema frente a un entrevistador o un público. En términos más bien psicológicos, están teniendo dificultades para recuperar la información de su memoria de largo plazo para resolver una tarea concreta porque, o bien no han codificado y almacenado correctamente la información —por el empleo de estrategias de preparación poco eficaces—, o porque el estado emocional en el presente es muy elevado o intenso.

A la hora de pensar estrategias útiles para una oposición, como venimos desarrollando, es importante no pretender que éstas eliminen la ansiedad. Si una persona siempre ha presentado niveles desmedidos de ansiedad a la hora de hablar frente a una multitud, o frente a una persona que está juzgándola, lo más probable es que también experimente ansiedad en una oposición. Hasta las personas más extrovertidas pueden sentirse así, en verdad. Sin embargo, es posible que incluso sintiéndose ansiosa sea capaz de tomar ciertas decisiones con sabiduría que la aproximen a conseguir aquello que desea y que no supongan erradicar la ansiedad. En todo caso, podríamos hablar de controlar la ansiedad, si entendemos al control no como una forma de exigirle a esa emoción que se reduzca o que desaparezca, sino como una manera de tomar acción para conseguir nuestros objetivos sin estar anudados a un estado emocional que no podemos manipular por completo. Lo más probable es que, si empleamos estas estrategias que señalaremos a continuación, la ansiedad disminuya un poco, pero este no es nuestro objetivo primordial (podríamos verlo como un efecto secundario). Lo que buscamos es equiparnos con herramientas para resolver los desafíos de la oposición incluso sintiéndonos ansiosos. Dicho esto, las estrategias que podemos emplear son las siguientes.

1. Practicar previamente

Esta estrategia es útil para almacenar y consolidar la información eficazmente, incluso más si es frente a otra persona o un espejo. Se ha comprobado que practicar en voz alta previo a una exposición o examen mejora nuestra capacidad de aprender un speech, una estrategia mucho más eficiente que la lectura pasiva. También puede servir hacerlo frente a una persona de confianza y solicitar retroalimentación. Además, al practicar frente a otros estamos exponiéndonos a las sensaciones físicas de nuestra ansiedad y a la situación temida, por lo que, de sostener la práctica pública en el tiempo, acabaremos no sólo expresándonos mejor, sino también, como decíamos, de forma secundaria, estando un poco más tranquilos.

2. Sonreír y enseñar las manos

Muchas investigaciones coinciden en que acompañar el discurso con una sonrisa puede modificar nuestro estado de ánimo. No obstante, recurrir a la sonrisa como estrategia para frenar la ansiedad podría ser poco eficiente, ya que difícilmente consiga calmarnos en un contexto en el que estamos siendo evaluados. Eso sí, no por ello debemos descartar a la sonrisa. Puede ser una gran aliada para cuando nos sentimos ansiosos, ya que puede ser útil como herramienta para comunicar lo que queremos decir y paliar las dificultades de la ansiedad. Al sonreír y emular gestos acordes a lo que estamos comunicando tenemos mayores probabilidades de obtener lo que deseamos por parte del otro. Además, podemos generar una mayor cercanía con quien está oyéndonos.

3. Buscar anclaje al momento presente

Permanecer en el presente es fundamental a la hora de prepararse para una oposición, ya que permitirá que no nos enganchemos con todos aquellos pensamientos que le preceden al ansiado momento y que tienden a ser catastrofizantes o a sobreestimar los riesgos de la situación. Cuando ese día llegue, será útil practicar ejercicios para estar en el aquí y ahora: sentir la temperatura de los objetos que tocamos, prestar atención a la respiración, sentir el roce de la ropa contra la piel, identificar sonidos, colores, aromas. Anclarse al presente tiene el objetivo de ampliar nuestro campo atencional a lo que está sucediendo ahora mismo, aunque eso pueda ser desagradable (como decíamos, puede volver notorio el hecho de que nuestras sensaciones físicas responden a un estado de ansiedad), pero al fin y al cabo, nos servirá para experimentar ese momento tal cual es y desenvolvernos mejor en ese evento.

  • Furlan, L. A.; Rosas, J. S.; Heredia, D.; Piemontesi, S. & Illbele, A. (2009). Estrategias de aprendizaje y ansiedad ante los exámenes en estudiantes universitarios. Pensamiento psicológico, 5(12), 7-7

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Tomás Santa Cecilia. (2023, octubre 23). Estrategias para controlar la Ansiedad en las Oposiciones. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/estrategias-controlar-ansiedad-en-oposiciones

Psicólogo

Madrid

Tomás Santa Cecilia es psicólogo, consultor, formador y Director de CECOPS Centro de Consultoría Psicológica. Es Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster Profesional en Psicología Cognitivo Conductial Avanzada (Albor-Cohs) y Miembro de The New York Academy of Sciences y de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) entre otras cosas. Trabaja desde el Análisis Conductual Aplicado y la Terapia Cognitivo-Conductual.

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