Aprobar unas oposiciones significa para muchas personas alcanzar un sueño. Sin embargo, el camino hasta conseguir una plaza resulta, en la mayoría de las ocasiones, una auténtica pesadilla.
Opositar representa una dura carrera de fondo en la que no sólo bastará dedicar tiempo de estudio y esfuerzo, el mayor obstáculo lo constituirá el factor psicológico. Además de ello, durante el proceso habrá que tener en cuenta toda una serie de variables que contribuirán a esa aparición de problemas psicológicos (el aislamiento social, la disminución de las actividades y el tiempo de ocio o la falta de sueño, entre otros).
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¿Por qué pueden afectar las oposiciones a nivel psicológico?
El estudiante de oposiciones tiene que dedicar muchas horas de estudio al día a un temario muy extenso, durante largos periodos de tiempo, que en ocasiones se pueden dilatar durante años. Además, el ritmo de estudio suele venir marcado por una academia o por un preparador exigente, haciendo frente a una gran competencia entre compañeros y, por ende, a una gran presión.
En ocasiones, a esto se le añade que ni siquiera existe una fecha de examen, lo que propicia que la organización y la gestión del tiempo para estudiar no estén claras, repercutiendo sobre la motivación del estudiante. Todo ello se traduce en que, a nivel psicológico, la persona estará expuesta a altos niveles de estrés durante largos periodos de tiempo.
Por otro lado, la persona que oposita se ve sometida a una pérdida de lo que en psicología se llaman “reforzadores”. O, dicho de otro modo, podríamos decir que la persona se ve expuesta a una pérdida significativa de alicientes. Los reforzadores son todas aquellas cosas que nos generan emociones agradables, nos hacen sentir bien y nos motivan para continuar con lo que hacemos.
Cada persona posee unos reforzadores diferentes en función de sus preferencias y gustos. Aun así podríamos decir, de forma general, que los reforzadores que va a perder un opositor de forma frecuente serán: el contacto social, el tiempo y las actividades de ocio, las aficiones, el deporte, las vacaciones, el descanso, etc. La pérdida de reforzadores se ha relacionado, a nivel psicológico, con la disminución del estado de ánimo y la experimentación de emociones negativas.
Además, para aquellos opositores que decidan dedicarse de lleno al estudio, las oposiciones supondrán un reto económico de tiempo indefinido, generando así una sensación constante de presión.
Finalmente, la dinámica del examen de oposiciones, en el que el estudiante se juega todos los meses de estudio y todo el esfuerzo en un único examen, llega a representar una verdadera amenaza.
Los problemas psicológicos frecuentes de los opositores
Teniendo en cuenta lo comentado en párrafos anteriores, la preparación de oposiciones se ha relacionado con la aparición de algunos problemas y trastornos psicológicos, entre los que se encuentran los siguientes.
1. Ansiedad
Según la RAE, la ansiedad es un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. La ansiedad puede implicar una intensa sensación de nerviosismo acompañada de palpitaciones, tensión muscular, opresión en el pecho, sensación de ahogo, etc. A nivel cognitivo la ansiedad se caracteriza por la presencia de preocupaciones, pensamientos catastróficos o la anticipación de fracasos con ideas como: “no soy capaz”, “voy a suspender”, “nunca voy a aprobar”.
La ansiedad en pequeñas dosis nos puede ayudar a aumentar la motivación y mejorar el rendimiento; sin embargo, un exceso de ansiedad provoca justo lo contrario, interfiriendo gravemente sobre el rendimiento del opositor.
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2. Dificultades de atención y concentración
El estudiante de oposiciones puede observar que a pesar de todas las horas de estudio que invierte, los resultados no reflejan ese esfuerzo, debido a los problemas a la hora de concentrarse.
3. Bajo estado de ánimo
El opositor, a menudo, se siente triste, sin ganas de gana (apatía), sin ilusión, con la sensación de que ya no disfruta de las cosas con las que antes disfrutaba (anhedonia).
4. Fatiga mental
Provocada por la alta actividad mental y los problemas para desconectar.
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5. Somatizaciones
Pueden llegar a aparecer síntomas físicos de origen psicológico como: cansancio generalizado, dolores o punzadas en la cabeza, tics, problemas estomacales, caída del cabello, dermatitis, etc.
6. Insomnio
El opositor presenta problemas para conciliar el sueño, o bien aparecen despertares frecuentes durante la noche, impidiendo un adecuado descanso, retroalimentando así los problemas sobre el rendimiento en el estudio.
7. Irritabilidad y labilidad emocional
La persona experimenta cambios constantes en el estado de ánimo, encontrándose a veces muy motivado y capaz de todo, y en otras ocasiones con la sensación de que se encuentra totalmente agotado, sin energía y abocado al fracaso.
8. Culpabilidad
Este sentimiento resulta especialmente característico para el estudiante de oposiciones. Siente culpa de forma frecuente, cuando no está estudiando, incluso cuando se encuentra en el tiempo de descanso programado. Este sentimiento de culpa impide que pueda desconectar y descansar.
9. Aislamiento social
Debido a la intensa rutina de estudio, el contacto social se ve considerablemente reducido. Además de esto, la persona va perdiendo el interés por las relaciones sociales y deja de disfrutar de ellas, lo que provoca aún más aislamiento.
10. Intolerancia a la incertidumbre y altos niveles de auto-exigencia
El opositor tiene la sensación de que nunca estudia lo suficiente, incluso cumpliendo con su programa y con sus objetivos a diario.
11. Problemas de autoestima
La pérdida de autoestima, la inseguridad y la sensación de poca valía van apareciendo conforme el opositor se va implicando en el proceso, favoreciendo los pensamientos catastróficos acerca del examen.
Terapia psicológica para quienes se preparan para estas pruebas
La psicóloga malagueña Ana Romero Gómez, experta en la terapia psicológica con opositores en el gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu, expone el relato de uno de sus pacientes:
“Al principio todo va bien, estás motivado y tienes el objetivo claro, además de la fuerza física y mental necesarias para hacerlo. Sin embargo, a las pocas semanas empiezas a pensar que es demasiado difícil, que se te olvida todo lo que estudias y sientes que no eres capaz. Te sientes culpable cada vez que no estás estudiando, experimentas ansiedad, a menudo te sientes triste y cansado, pero, sin embargo, tienes dificultades para dormir. Y entonces, piensas en abandonar”.
Ana Romero recalca la importancia de acudir a terapia psicológica durante el proceso de oposiciones para manejar el factor psicológico y poder alcanzar el máximo rendimiento posible, favoreciendo así que el opositor consiga su plaza.