En un mundo donde todavía nos estábamos haciendo a la idea de lo traumático que puede llegar a ser el “ghosting”, ahora llega un nuevo fenómeno del que preocuparnos en nuestras relaciones interpersonales: el orbiting.
Se trata de una especie de ghosting a medias, desvanecerse pero no del todo. Ya sea nuestro ex, un amigo que nos ha dejado plantado o alguien que ha querido romper la relación pero que no se ha ido del todo, dando alguna que otra señal por medio de las redes sociales.
Vamos a ver con más detalle qué es el orbiting, cómo las redes sociales han maximizado este fenómeno y qué hay que hacer para evitar ser víctima del mismo.
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¿Qué es el orbiting?
Las relaciones humanas son complicadas, para bien y para mal. Todas tienen un inicio seguido de un nudo y, algunas, un desenlace, una ruptura que puede ser consensuada y pacífica o tensa y conflictiva. Otras veces el final de la relación es súbito, siendo uno que toma la iniciativa de romper y sin que el otro le dé tiempo a reaccionar y dando la impresión de que el final es abierto porque. Quien ha dejado se pregunta una y otra vez “¿Se ha acabado la relación o seguimos saliendo?” La incógnita surge especialmente cuando quien ha roto lo ha hecho, simplemente, desapareciendo.
El orbiting es un fenómeno muy relacionado con el ghosting, así que antes de explicarlo en profundidad vamos a ver escuetamente qué es este último. El ghosting es una práctica social muy común actualmente, en el que básicamente una persona que mantiene una relación con otra (sobre todo amorosa pero también puede ser amistad) la abandona sin dejar rastro alguno. La ruptura no se hace con palabras ni gestos, sino simplemente dejando de dar señales a la otra parte y hacer como si nunca hubiera existido. Es como si se hubiera desvanecido de la faz de la tierra.
El orbiting es el hermano menor del ghosting. Ocurre en relaciones amorosas y de amistad, en las que uno de los dos quiere dejar de tener una relación íntima. Sin embargo, aquí la diferencia radica en que no se pierde el contacto del todo, pues el abandonador sigue dando señales, especialmente a través de las redes sociales. Incluso puede llegar a interactuar con la parte abandonada pero de una forma muy superficial, como dando “me gusta” a sus publicaciones o viendo sus historias. Eso sí, no contesta a sus mensajes directos ni tampoco coge sus llamadas.
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Orbitan a tu alrededor
“Orbiting” significa “orbitar” u “orbitando” en inglés, y define muy bien la conducta que engloba el término, acuñado por Anna Lovine en el blog “The Man Repeller”. Los “orbiters”, es decir, las personas que desaparecen de nuestra vida pero sin abandonarla del todo, nos orbitan como lo hace la Tierra con el Sol: dan vueltas alrededor nuestro, pero no nos tocan. No se implican demasiado en nuestra vida pero quieren conocer toda novedad que haya en ella. Necesitan mantenerse informados pero de formas indirectas, nunca manteniendo una conversación directamente con nosotros.
Así pues y como comentábamos, nuestro “orbiter”, sea ex pareja, ex amigo o un familiar distante cotilleará lo que hacemos y dejamos de hacer en las redes sociales. Mirará todas nuestras historias de Instagram, puede que retuitee nuestros Tweets e, incluso, dejará algún que otro comentario, escueto e irrisorio, en nuestras fotos de Facebook. Sí, aquella persona que hace dos semanas era tu novio y ahora te deja en visto en Whatsapp es capaz de ponerte un “jajajaja XD” en la última que has colgado. Corta contigo en el mundo real, pero sigue estando al tanto de tu vida en lo virtual.
Pero no debemos pensar que este fenómeno es exclusivo de las redes sociales. Si bien las nuevas tecnologías lo han potenciado, lo cierto es que el orbiting es algo que ha existido toda la vida. Básicamente, es estar al tanto de la vida de una persona con la que antes se tenía una relación muy profunda y, ahora que se ha roto, no se quiere estar cerca pero tampoco demasiado lejos como para no enterarse qué es de su vida.
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Consecuencias del orbiting
El orbiting implica varias consecuencias que recaen sobre todo en el “orbitado”. La persona que es víctima de este tipo de dinámicas puede verse atrapada en una situación de incertidumbre al ver que su ex pareja o ex amigo la ha abandonado, pero no del todo. No está segura de si la relación se ha roto o simplemente se ha tomado un tiempo.
Como ve que su ex sigue estando pendiente de lo que hace en redes sociales, la persona orbitada puede albergar la esperanza de que van a volver. La realidad es que lo más probable es que no quiera volver con ella pero tenga interés en cotillear su vida.
Pese a esto, las personas que son víctimas del orbiting pueden no darse cuenta del grave problema de dependencia emocional en el que están inmersos. Lejos de aceptar el hecho de que no van a volver con ellas, como su ex orbita a su alrededor, se piensan que esto puede significar algo. No es de extrañar pues el hecho de que su ex les siga mirando las historias de Instagram o comentando sus posts de Facebook es al fin y al cabo interacción, y uno puede creer que, aunque sea mínima, significa que todavía hay esperanza.
Especialmente en contexto de relaciones amorosas, estas dinámicas se ven alimentadas por la idea errónea de que el amor se encuentra una sola vez, tal y como opina Angélica Vera Vázquez, profesora de sexualidad humana y psicología en género. Si el orbiter es un ex, la persona orbitada puede aferrarse a la idea de que quizá es ese el amor de su vida y de que en algún momento le volverá a hablar para reiniciar la relación. La triste realidad es que ese ex no ha tenido el valor de romper con él o ella hablándole, sino que le ha hecho un ghosting a medias.
Este tipo de conductas, que parecen algo leve, pueden escalar hasta convertirse en violencia simbólica. Se empiezan a crear patrones asimétricos de poder en donde uno de los dos, el orbiter, sabe que puede generar un problema. Puede que no sea consciente del poder que la otra persona le ha concedido, la fuerza que ejerce sobre la persona orbitada por el simple hecho de consultar sus publicaciones y hacerle creer que todavía hay algo.
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Testimonios de orbiting
Las personas que han sido víctimas de orbiting amoroso tienen experiencias muy similares que se pueden ejemplificar con los siguientes testimonios anónimos alterados para respetar su privacidad.
“Cada vez que hablábamos de sentimientos, él me decía que “ahora no puedo o no quiero estar contigo”, pero me seguía comentando las publicaciones así que pensé que, quizás, ese “ahora” cambiaría. Me aferré a que ese ahora era un quizás, y que le gustaran mis fotos y mis memes me hacía creer que ese quizás estaba cada vez más cerca.”
“Caí en su juego y empecé a hacer lo mismo. Como me daba “me gusta” a mis fotos, yo hice lo mismo con las suyas. Miraba sus historias, reaccionaba a lo que publicaba y me hacía a la idea de que la llama de la relación seguía viva. No me contestaba por mensaje privado, pero tampoco me bloqueaba de la red así que creía que había la posibilidad de volver".
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¿Qué hacer en esta situaciones?
Si estamos pasando por una situación de orbiting, en el que nuestra ex pareja o ex amistad está pendiente de lo que hacemos en las redes y eso nos siembra la duda de la incertidumbre de si va a volver o no, todo ello acompañado de sufrimiento, debemos hacernos unas cuantas preguntas antes de actuar:
- ¿Por qué quiero a esa persona?
- ¿De verdad es lo que necesito?
- ¿A qué estoy esperando?
Como hemos comentado, con el orbiting nos están haciendo un ghosting a medias. Está ahí pero no está. Quiere tener suficiente relación con nosotros para saber de nuestra vida pero no la suficiente como para conectar al nivel tan íntimo como se tenía antes de la situación. Es por esto importante aprender a tomar distancia, a decir adiós y entender que si su presencia en las redes sociales y otras plataformas nos duele, solo hay una cosa que nos va a hacer sentirnos mejor: bloquearlo.
Hay que aprender que está bien bloquear a según qué personas. Veámoslo de la siguiente manera, es cómo si le estuviéramos dando un empujoncito para alejarse definitivamente de nuestras vidas. Es hacer que dé ese paso que no se atrevió a dar por sí solo y hacer que sea un ghosting completo, solo que la víctima ya no somos nosotros sino quienes han tomado la última palabra.
Aprende que tu persona no depende de quién le da “me gusta” o quién ve tus fotos. También es entender que no necesitas dar un “me gusta” para sentirte importante, que si de verdad quieres a alguien en tu vida, se lo debes decir y no ser intermitente. Y si quieres romper con él o con ella, díselo claramente y no le dejes en la incertidumbre, pues peor va a resultarle el duelo por la ruptura amorosa. Las cosas se tienen que hablar siempre, aunque sean malas.