En Psicología Social, la Teoría de la Identidad Social (TIS) supuso una teoría fundamental para este campo de la psicología, que sirvió de precedente para el desarrollo de nuevas investigaciones y corrientes teóricas vinculadas al comportamiento grupal y a las relaciones interpersonales.
Aquí conoceremos en qué consiste dicha teoría y cuáles son sus postulados más importantes.
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Origen de la Teoría de la Identidad Social
Henry Tajfel inició sus trabajos de percepción categorial en la década de los 50. Posteriormente, con algunos colaboradores, desarrolló el paradigma experimental del grupo mínimo.
Este paradigma puso en evidencia el efecto de la mera categorización, es decir, de cómo los grupos desarrollan conductas de discriminación grupal solo por el hecho de recibir la premisa de que pertenecen a “X” grupo y no a otro.
Turner y Brown, en 1978, acuñaron el término Teoría de la Identidad Social para hacer alusión a las descripciones e ideas que Tajfel había utilizado para explicar los resultados de sus investigaciones.
Identidad social e identidad personal
La idea fundamental de la Teoría de la Identidad Social es que la pertenencia de un individuo a ciertos grupos o categorías sociales aportan aspectos importantes para la identidad individual del sujeto. Es decir, nuestra pertenencia a los grupos y nuestra relación con ellos determina en gran parte quiénes somos individualmente, es decir, influyen en nuestra identidad personal.
Autoconcepto
Tajfel planteó que el autoconcepto de una persona está formado en gran parte por su identidad social. Esta es el “el conocimiento que posee un individuo de que pertenece a determinados grupos sociales junto a la significación emocional y de valor que tiene para él/ella dicha pertenencia”. (Tajfel, 1981).
En sus formulaciones iniciales, el autor planteó que el comportamiento social de una persona varía a lo largo de un continuo unidimensional delimitado por dos extremos: el intergrupal (cuando la conducta está determinada por pertenecer a diferentes grupos o categorías sociales) y el interpersonal (cuando la conducta está determinada por las relaciones personales con otras personas y por las características personales de cada uno).
En la Teoría de la Identidad Social también se postuló que existe una tendencia individual a la consecución de la autoestima positiva. Esta se satisface en el contexto intergrupal a través de la maximización de las diferencias entre el endogrupo (el propio grupo) y el exogrupo (el “otro” grupo) en las facetas que reflejan positivamente al endogrupo o que lo favorecen.
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La comparación social
A través de la comparación social realizada sobre diferentes facetas, el endogrupo se diferenciará de los posibles exogrupos. A raíz de esto nace el principio de acentuación, que consiste en aumentar las diferencias intergrupales, especialmente en las facetas en las que el endogrupo destaca de forma positiva.
Así, si el propio grupo basa sus comparaciones con el exogrupo en facetas que son valoradas positivamente, se generará la percepción de superioridad en dicha comparación. De esta forma, la persona adquirirá una distintividad positiva y en consecuencia se generará en ella (y en el grupo) una identidad social positiva, en comparación con el exogrupo.
Si la comparación social origina resultados negativos para la persona, esta sentirá una insatisfacción que promoverá la activación de mecanismos para contrarrestarla. De esta forma, desarrollará diferentes formas de comportamiento intergrupal orientadas a obtener una identidad social positiva.
Estrategias para obtener una identidad social positiva
Tajfel planteó dos tipos de estrategias para reducir dicha insatisfacción y aumentar la identidad social positiva. Vamos a verlas:
1. Movilidad social
Consiste en que la persona redefina su pertenencia categorial para llegar a ser miembro del grupo de estatus superior. Aparece cuando existe la creencia de que las barreras entre las categorías sociales son permeables (se puede pasar de una categoría a otra o de un estatus inferior a otro superior).
2. Cambio social
Se trata del intento de las personas por desarrollar conjuntamente con su endogrupo, estrategias para obtener una reevaluación positiva del mismo. Aparece cuando se consideran las barreras intergrupales impermeables (no se puede pasar de una categoría a otra).
2.1. Creatividad social
Forma parte de la estrategia del cambio social. Se trata de tres estrategias concretas: buscar nuevas facetas de comparación, redefinir los valores otorgados a determinadas facetas y cambiar el exogrupo con quién nos comparamos. Aparece cuando las relaciones intergrupales se perciben subjetivamente como seguras (legítimas y estables).
2.2. Competición social
Es otra estrategia del cambio social. Se trata de intentar aventajar o superar al grupo de mayor estatus en la dimensión que es valorada por ambos (es decir, “competir” con él). Aparece cuando la persona percibe la comparación entre los grupos como insegura.
Teorías posteriores
Posteriormente a la Teoría de la Identidad Social, Turner y sus colaboradores complementan sus postulados con su modelo de identificación social (Turner, 1982) y, más tarde, con la Teoría de la Auto-Categorización del Yo (TAC) (Turner, Hogg, Oaks, Reicher, y Wetherell, 1987).
Referencias bibliográficas:
- Hogg, M.A., y Abrams, D. (1988). Social identification: A social psychology of intergroup relation and group process. London: Routledge y Kegan Paul.
- Scandroglio, B, López, J. y San José, M.C. (2008). La Teoría de la Identidad Social: una síntesis crítica de sus fundamentos, evidencias y controversias. Psicothema, 20(1), 80-89.