Teoría del etiquetado: ¿en qué consiste esta corriente en Sociología?

Resumen acerca de esta corriente de sociología orientada a las minorías y la transgresión de normas.

Teoría del etiquetado

Dentro de la sociología existen muchas corrientes y teorías que tratan de explicar las relaciones humanas desde diferentes puntos de vista.

Una de las que más popularidad ha adquirido en los últimos tiempos es la teoría del etiquetado. Descubramos cómo surge este pensamiento y cuáles son las implicaciones de los postulados que plantea.

Definición de teoría del etiquetado

La teoría del etiquetado, o labeling theory, es una de las corrientes expuestas dentro de la sociología de la desviación (la parte de la sociología que estudia las convenciones y normas sociales) cuyo fundamento radica en que la desviación de la norma no iría aparejada al acto en sí mismo, sino a que la persona que lo efectúa pertenece a una minoría, y por lo tanto la mayoría social lo etiqueta automáticamente como negativo, porque consideran que se alejan de las normas comunes.

Se trata de una teoría surgida en los años 60 del pasado siglo. Uno de los pioneros en la teoría del etiquetado sería Howard Becker. Este autor, tras realizar numerosas investigaciones sobre interacciones entre grupos sociales, concluye que la desviación de la norma no es una cualidad que se le pueda atribuir a la conducta sino que viene dada por la mayoría social, que dictaría una serie de normas y aplicaría las correspondientes sanciones si alguien las transgrede.

En este caso, la sanción sería el hecho de calificar el hecho como una desviación de la norma y por lo tanto, al que lo ejerce, como un desviado (outsider es el término original utilizado en inglés). Por lo tanto, una conducta desviada lo es porque así lo establece un grupo mayoritario respecto a la minoría que lo ejerce, y que es percibida como negativa por los otros a causa de ello.

Profecía autocumplida y estereotipos

En cierta medida, la teoría del etiquetado estaría bebiendo de dos conceptos muy utilizados en Psicología, como son el de los estereotipos y el de la profecía autocumplida. El primero se refiere a esas generalizaciones que hacemos para atribuir ciertas características a una persona solo por pertenecer a determinado grupo, mientras que la segunda se refiere al mecanismo por el que muchas veces sucede lo que pensamos que va a suceder, porque facilitamos que ello ocurra.

El grupo de la mayoría social estaría utilizando estereotipos respecto a las personas a las que etiquetan en grupos minoritarios, de manera que automáticamente les atribuyen una serie de características, generalmente negativas, porque ya hemos visto que les consideran unos transgresores de las normas que hay que cumplir, porque así lo dictan ellos, que representan a la mayoría de esa población.

En el caso de la profecía autocumplida, tendría lugar de la siguiente manera. Los miembros de la mayoría anticipan que un individuo perteneciente a una minoría (respecto de ellos) va a cometer una transgresión de una norma. Como las normas sociales vienen dadas por ellos, que son mayoría, frente a los grupos minoritarios, ocurre que la conducta que el individuo realiza difiere de lo considerado normativo, por lo que, efectivamente, para ellos se ha cumplido lo que anticiparon.

Tipos de desviación

Una de las grandes aportaciones a la teoría del etiquetado es la que realizó Edwin Lemert, un destacado sociólogo, que estableció la diferenciación entre dos tipos de desviaciones de la norma: la primaria y la secundaria. Esta clasificación ofrece una perspectiva más profunda de la teoría al permitirnos discriminar entre dos formas muy diferentes de percibir el incumplimiento de una norma.

Por un lado, la desviación primaria o desviación principal, estaría haciendo alusión a ese tipo de conducta que realiza una persona y que estaría transgrediendo cierta norma, pero no sería suficiente para que él se considerase como un “desviado” (utilizando el término referido a la norma), ni tampoco para que los demás le considerasen así.

A lo que está haciendo referencia la desviación principal es a ese incumplimiento de la norma que puede realizar cualquier persona, sea o no perteneciente al grupo de la mayoría, pero que no supone una tendencia, es decir, que se trata de un hecho aislado y por lo tanto no refleja su actitud habitual, por lo que no se tendría una visión negativa anticipada de esta persona.

Por otro lado estaría la desviación secundaria, que se referiría a todo aquel comportamiento contrario a la norma que sí conllevaría un etiquetado del autor como desviado de la norma por parte del grueso de la población, que además generaría en la persona una percepción diferente sobre sí misma, producto de dicho etiquetado que los demás hacen de él, por lo que tiene implicaciones muy importantes, puesto que el propio individuo experimenta un cambio en la autopercepción.

El estigma

Es aquí, con el concepto de la desviación secundaria, donde la teoría del etiquetado tendría que ver con los estigmas, entendido como una catalogación de carácter negativa que una población realiza sobre un individuo. Este es un concepto definido por Erving Goffman, otro de los autores más destacados en la Sociología de mediados del siglo XX, por lo que se le puede considerar como otro de los padres de la teoría del etiquetado.

La cuestión del estigma es muy importante, porque es tan poderoso que pasa a tener más relevancia que la propia persona en sí, de tal manera que una vez que la persona se desvió de la norma y adquirió determinada etiqueta, pasará a ver juzgados cada uno de los actos que realice desde ese momento a través de ese estigma que le ha sido asignado, provocando un rechazo social continuado.

Criminología

La teoría del etiquetado tiene una gran relevancia en muchos estudios de criminología, ya que el estigma, mediante el mecanismo de profecía autocumplida que habíamos visto anteriormente, puede provocar que la persona se encasille y actúa tal y como le han catalogado, en el caso de la criminología, como un delincuente.

Este proceso puede darse a causa del rechazo que le propinan aquellos que se autodefinen como la mayoría, por lo que el individuo puede pasar a buscar la aprobación de otros individuos que, como él, comparten la categoría de delincuentes, propiciando que se repitan esas conductas en el futuro. Se trata de una teoría propuesta por el sociólogo Robert King Merton.

Este círculo del estigma ocurre en otros muchos ámbitos, no solo con las conductas delictivas. Por ello es importante pararse y recapacitar en el poder que tienen las etiquetas que ponemos continuamente, pues podemos estar impulsando, sin ser conscientes de ello, que algunas personas caigan en malos hábitos a causa de un rechazo desproporcionado que nos ha causado una conducta concreta, provocando que esta se reproduzca, que es justo lo contrario de lo que en realidad nos gustaría que pasara.

De hecho, muchos programas de prevención de la delincuencia se fundamentan en revertir ese círculo vicioso, intentando destruir las etiquetas que muchas personas han recibido, promoviendo conductas de reparación de la conducta que originó el bucle, y trabajando para que tanto el autoconcepto que tiene el individuo como el concepto que tiene de él la sociedad, evolucione hacia otro que deje atrás el cariz negativo que se le había asignado y que tan complicado le resultaba de abandonar.

Trastornos psicológicos

Otro de los ámbitos donde históricamente más se ha producido el fenómeno de estigmatización por desviación secundaria, según la terminología de la teoría del etiquetado, sería en todo lo referente a las patologías psicológicas. Y es que muchos de estos trastornos conllevan una serie de conductas que provocan el rechazo social, ya sea por miedo, por desconocimiento o por otros motivos, provocando el aislamiento de estas personas, que sufren doblemente de su dolencia, por este motivo.

El primer autor en referirse a esta problemática fue Thomas J. Scheff a través de su publicación Ser mentalmente enfermo, donde afirma que la etiqueta de enfermo mental la coloca la propia sociedad, y no la patología psicológica en sí. El problema es que al encasillar a la persona con el nombre de la enfermedad que corresponda, ya se le predispone a comportarse de una determinada manera, provocando, una vez más, una profecía autorrealizada.

Viendo las repercusiones que puede tener sobre la vida de las personas el uso de estos términos, sería importante que todos conociéramos en profundidad los mecanismos de la teoría del etiquetado para así poder minimizar los efectos que podemos producir inconscientemente al utilizar etiquetas que se convierten en estigmas. La sociedad la conformamos entre todos los individuos, por lo que es una responsabilidad compartida el velar por el bienestar de todos los semejantes.

Referencias bibliográficas:

  • Becker, H.S. (1963). Outsiders: Studies in the Sociology of deviance. New York. The Free Press.
  • Klein, M.W. (1986). Labeling theory and delinquency policy: An experimental test. Criminal Justice and Behavior. SAGE Journals.
  • Link, B.G., Cullen, F.T., Struening, E., Shrout, P.E., Dohrenwend, B.P. (1989). A modified labeling theory approach to mental disorders: An empirical assessment. American Sociological Association.
  • Scheff, T.J. (1971). Being mentally ill: A sociological theory. New Brunswick. Aldine Transaction.

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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