​Afasia Global: síntomas, causas y tratamiento

El tipo más severo de afasia, en que el paciente no es capaz de hablar ni comprender.

Imaginemos que nos despertamos una mañana, o después de sufrir un accidente, y de repente encontramos que todo el mundo empieza a hablar en un idioma extraño. Lo peor de todo es que nos resulta familiar, pero no entendemos lo que nos quieren decir.

Intentamos comunicarnos, pero nos damos cuenta que no decimos lo que pretendemos. Los demás insisten, nos miran y siguen hablándonos a pesar de que no captamos lo que intentan comunicarnos. Y nosotros tampoco conseguimos hacernos entender. Aunque puede parecer una película de ciencia ficción, es lo que viven las personas que padecen afasia global.

El concepto de afasia

Las afasias son el conjunto de trastorno del habla y del lenguaje provocados por una lesión cerebral, que se producen en adultos con un lenguaje que ya había sido previamente consolidado.

Este tipo de trastornos pueden afectar a muy diversos aspectos del lenguaje, entre los cuales podemos encontrar la fluidez verbal, la capacidad de articulación, la comprensión del lenguaje, la repetición, la gramática, la lectoescriptura o la denominación. Los diferentes aspectos afectados van a depender de la zona lesionada.

A grandes rasgos, una de las principales clasificaciones de estos trastornos es la propuesta por Goodglas y Kaplan, en la que se dividen en diferentes tipologías en función de si presentan o no un buen nivel de fluencia verbal, comprensión y capacidad de repetición. Las más conocidas son la afasia de Broca y la afasia de Wernicke, cada una con sus propios aspectos dañados y conservados. Sin embargo, existe un tipo de afasia en el que se presentan alteraciones en todos los ámbitos del lenguaje, la conocida como afasia global.

Afasia global: principales características

La afasia global es la forma más grave de afasia, debido a que todos o gran parte de los diferentes aspectos del lenguaje se encuentran afectados y alterados por una lesión cerebral.

Las personas que la padecen tienen severas dificultades tanto en la comprensión como en la expresión oral y generalmente también escrita. Del mismo modo, los sujetos afectados por afasia global presentan una mala capacidad de imitación. Si son capaces de emitir lenguaje oral es frecuente que empleen área telegráfica y estereotipada, siendo pocas sus posibilidades de establecer comunicación por vía del lenguaje verbal. También pueden llegar a comprender ciertas palabras o verbos.

Además de ello tienden a ser incapaces de escribir o bien limitarse a un automatismo como la capacidad de firmar. También la lectura se ve afectada. Es posible que a nivel escrito puedan reproducir un texto copiándolo, aunque guiándose por las formas y no por su contenido. La capacidad de articulación, la fluencia verbal y el uso del léxico y la gramática se ven severamente disminuidas y perjudicadas.

Debido a que la lesión que provoca la afasia global es masiva, suelen aparecer otros síntomas como apraxia ideomotora (no saben emplear los objetos para su auténtico propósito) e ideatoria (presentan incapacidad para seguir secuencias de acción en el orden correcto), hemiplejia o parálisis de medio cuerpo. La afasia global per se no provoca ninguna dificultad a nivel cognitivo, estando preservada la inteligencia y la mayoría de funciones ejecutivas. Sin embargo es posible que presenten dificultades cognitivas e intelectuales debido al daño neuronal, limitándoles aún más.

Causas

Las causas de la afasia, como hemos comentado anteriormente, se deben a la presencia de lesiones en las áreas que controlan el lenguaje, sus conexiones entre sí o las conexiones con otros núcleos cerebrales que permiten que se integre la información lingüística con la motora, o que hayan sido destruidas.

En el caso de la afasia global, es necesario que se presenten daños de gran importancia en el conjunto del hemisferio izquierdo, en el cual se encuentran las áreas que procesan el lenguaje, o bien en al área que rodea la corteza perisilviana. Se encuentran dañadas o desconectadas del resto del encéfalo tanto el área de Broca como la de Wernicke, sus conexiones entre sí o las conexiones con otras áreas que permiten el procesamiento o ejecución del habla.

Qué provoca exactamente estas lesiones puede variar enormemente, pudiendo ser desde traumatismos craneoencefálicos o laceraciones hasta accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales o enfermedades neurodegenerativas.

Dificultades provocadas por este trastorno

Las consecuencias de la afasia global y los síntomas que provoca son muy limitantes para la persona que lo padece. Como seres sociales que somos, nuestra vida está estructurada partiendo del supuesto de que somos capaces de comunicarnos. Es por ello que no poder expresarse puede provocar

A nivel social, la afasia global obstaculiza en gran medida la posibilidad de establecer relaciones afectivas con nuestros semejantes. A pesar que sus habilidades sociales y su interés por establecer contacto con los demás están conservadas, el paciente tiene severas dificultades para hacerse entender a menos que cuente con métodos alternativos. Es frecuente que dado que antes de la lesión podía comunicarse de forma oral correctamente, el entorno pase a intentar comunicarse a gritos (interpretando que ha perdido capacidad auditiva) o interprete como ausencia de interés la falta de comunicación por parte del sujeto. Es importante comprender que el sujeto oye perfectamente, siendo su dificultad la de interpretar el lenguaje.

Laboralmente este problema también genera dificultades, así como también académicamente. El aprendizaje, al menos por los medios habituales, resulta complicado a menos que se empleen estrategias adaptadas como el uso de pictogramas o mediante el uso de procedimientos físicos.

A nivel del propio individuo, este trastorno puede vivirse con auténtico pavor. Al fin y al cabo, el sujeto de pronto es incapaz de entender que tratan de decirle o de hacerse entender mediante los mecanismos habituales, y los intentos infructuosos por parte de éste y del entorno por restablecer la comunicación oral pueden terminar por causar una elevada ansiedad y depresión al individuo. El sujeto puede sentirse aislado, encerrado dentro de sí mismo, hasta que el tratamiento empieza a ser efectivo o se encuentran formas alternativas de comunicación.

Tratamientos posibles

El tratamiento a emplear en caso de afasia global se centra en la recuperación de las funciones alteradas por la lesión cerebral y/o la adopción o aprendizaje de métodos de comunicación alternativos. También resulta fundamental el apoyo psicológico y social que permitan al paciente y a su entorno entender y acompañar al paciente en el proceso que está sufriendo.

Es importante tener en cuenta que muchas lesiones cerebrales pueden evolucionar de manera que se reducen los daños. Es lo que ocurre por ejemplo ante un traumatismo o un derrame cerebral, en que la sangre puede ahogar parte de las conexiones cerebrales pero deja una zona de penumbra isquémica que puede llegar a recuperarse del accidente. De este modo, muchos pacientes pueden llegar a ver cómo los efectos de la lesión van disminuyendo progresivamente. En algunos casos ello puede hacer que se pase de una afasia global a una más localizada.

El uso de terapia de lenguaje y logopedia es habitual, empleándose para mejorar y optimizar la competencia lingüística que el afectado pudiera mantener. También es frecuente el uso de técnicas aumentativas del lenguaje, o la utilización de material visual como pictogramas con el cual el paciente pueda comunicarse de un modo alternativo.

Es importante estimular al paciente sin llegar a sobrecargarle, de manera que pueda poco a poco ir reaprendiendo y puliendo habilidades sin que se sature. La psicoeducación es muy importante tanto para el paciente como para el entorno, puesto que es necesario hacer comprender que las habilidades cognitivas están (salvo que haya otras afectaciones más allá de la afasia global) conservadas y las dificultades que supone la afasia para el sujeto.

  • Belloch, Sandín y Ramos (2008). Manual de Psicopatología. Madrid. McGraw-Hill. (vol. 1 y 2) Edición revisada.
  • Goodglass, H. & Kaplan, E. (1986). La evaluación de la afasia y de trastornos relacionados. Ed. Médica Panamericana. Madrid.
  • Daroff, R.B.; Jankovic, J.; Mazziotta, J.C. & Pomeroy, S.K. (2016),. Bradley's Neurology in Clinical Practice. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier;chap 14.
  • Santos, J.L. (2012). Psicopatología. Manual CEDE de Preparación PIR, 01. CEDE. Madrid.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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