A lo largo de la vida, cambiamos y evolucionamos, pero hay cosas que nos acompañan desde que somos muy pequeños. Por ejemplo, puede ser nuestra forma de ser, un gusto especial por cierta comida o incluso algunas costumbres que parecen extrañas para los demás. Sin embargo, entre todas esas características peculiares, podría haber pistas de algo que pasó desapercibido por años: el autismo.
Tal vez lo has notado desde hace un tiempo en redes sociales, pero muchos adultos han crecido sin saber que ciertas dificultades no eran simple timidez o “rareza”, sino parte de una forma distinta de procesar el mundo. Por eso, estas personas hablan de forma más abierta de cómo ha sido su vivencia, lo que deja claro que los trastornos tardíos son más comunes de lo que parecen.
Hoy hablaremos de esas señales del autismo que pudieron pasar inadvertidas y de cómo cambia la vida cuando, por fin, todo empieza a tener sentido.
El ABC del autismo: ¿qué es y cómo reconocerlo?
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición que afecta cómo una persona se comunica, interactúa y percibe su entorno. Se llama "espectro" porque no hay un solo tipo de autismo, es decir, cada persona lo vive de manera distinta.
Lo curioso de este espectro es que algunas lo notan desde la infancia, mientras que otras llegan a la adultez sin haber recibido un diagnóstico.
Algunas señales que podrían haber pasado desapercibidas cuando eras niño son:
- Dificultad para entender interacciones sociales: Tal vez te costaba captar bromas, indirectas o el doble sentido de las cosas.
- Sensibilidad sensorial: Ropa con etiquetas molestas, ruidos fuertes o luces intensas podrían ser un problema.
- Intereses muy marcados: Pasar horas con el mismo tema, sabiendo cada detalle, era algo normal para ti.
- Necesidad de rutinas: Los cambios inesperados te alteraban y te costaba adaptarte.
- Forma distinta de comunicarte: Hablar de manera muy directa o no saber cómo mantener una conversación fluida podía generarte problemas.
¿Cómo se diagnostica el autismo en adultos?
Saber si tienes TEA siendo adulto puede ser complicado porque los criterios médicos están más enfocados en la infancia.
Para un diagnóstico, los especialistas hacen entrevistas detalladas y aplican pruebas específicas como el ADOS-2 o el AQ. Además, se suelen recopilar datos sobre la infancia y el desarrollo de la persona, ya que los signos del autismo han estado presentes desde siempre, aunque hayan pasado desapercibidos.
Es importante acudir a alguien con experiencia en autismo en adultos, pues muchos síntomas pueden confundirse con ansiedad, depresión o TDAH. Además, algunas personas han aprendido a "enmascarar" sus dificultades, lo que hace que el diagnóstico sea un poco más difícil de identificar.
Durante el proceso, también se pueden realizar entrevistas a familiares cercanos para conocer más sobre la infancia del paciente y obtener una visión más completa de su forma de ser.
Recibir un diagnóstico no solo ayuda a comprender mejor la propia historia, sino que también abre puertas a estrategias y apoyos que pueden mejorar la calidad de vida.
Autismo en adultos y en niños: ¿en qué se diferencia?
El autismo se manifiesta de manera distinta según la edad. En la infancia, es más obvio en la socialización y el juego. En los adultos, se hace evidente en el trabajo, las relaciones y el manejo del día a día.
Muchas personas han aprendido a "camuflarse", imitando comportamientos sociales para encajar. Esto es más común en mujeres, que pueden reprimir sus intereses o forzarse a actuar de cierta manera en situaciones sociales, aunque les resulte agotador.
Mientras que un niño con TEA puede tener rabietas por cambios en la rutina, un adulto podría sentir ansiedad o agotamiento cuando las cosas no salen según lo esperado.
¿Por qué este trastorno suele diagnosticarse tardíamente?
Hay varias razones por las que el autismo puede pasar desapercibido por años:
1. Falta de información
Antes se pensaba que el autismo solo afectaba a niños con grandes dificultades en el habla o el aprendizaje. Muchas personas con TEA han crecido sin un diagnóstico simplemente porque no encajaban en esa imagen típica.
2. Estrategias de adaptación
Muchas personas aprenden a imitar comportamientos para evitar ser vistos como "raros". Desde pequeños, algunos logran observar y copiar a los demás, lo que hace que sus dificultades sean más difíciles de notar.
3. Diagnósticos incorrectos
Es común que antes de recibir un diagnóstico de TEA, alguien haya sido tratado por ansiedad, depresión o algún otro trastorno. Como los síntomas del autismo pueden coincidir con otras condiciones, muchos terminan recibiendo diagnósticos parciales que no explican toda su experiencia.
4. Diferencias entre géneros
Un dato interesante es que las mujeres suelen recibir diagnósticos mucho más tarde porque sus síntomas pueden ser menos evidentes. Tienden a desarrollar habilidades sociales que les permiten enmascarar sus dificultades, lo que retrasa la detección del trastorno.
5. Normas sociales y culturales
En algunas familias o comunidades, ciertas conductas que podrían ser signos de autismo simplemente son vistas como "ser introvertido" o "tener una personalidad diferente", sin considerar que podría haber algo más.
6. Acceso a especialistas
No todas las personas tienen acceso fácil a un especialista en autismo en adultos, lo que retrasa el diagnóstico. En muchos casos, es necesario pasar por varios profesionales antes de dar con alguien que tenga experiencia en la detección del TEA en la adultez.
¿Cómo cambia la vida tras un diagnóstico tardío?
Enterarse de que tienes autismo en la adultez no cambia tu historia, pero sí puede ayudarte a entender por qué has sentido o vivido ciertas cosas de una manera diferente. Para muchas personas, ponerle un nombre a su experiencia es un alivio, porque les permite conocerse mejor y tomar decisiones que se ajusten a sus necesidades.
Un diagnóstico también puede abrir puertas a apoyos psicológicos, ajustes en el trabajo o simplemente la tranquilidad de saber que no eres "demasiado sensible" ni "demasiado raro", sino que simplemente procesas el mundo de una manera distinta.
En fin, el autismo en adultos es una realidad que muchas personas están empezando a descubrir. Si alguna vez has sentido que vives el mundo de forma diferente, puede valer la pena investigar y hablar con un especialista.


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