¿Cómo hacen los psicólogos para que los pacientes confíen en ellos?

La terapia es un espacio seguro en el que poder desahogarse, expresarse y mostrarse vulnerable, al mismo tiempo que se consigue resolver los problemas que te preocupan. Lograr este ambiente no es tarea fácil.

Los psicólogos tenemos habilidades y características que permiten a los pacientes sentirse cómodos y en confianza como para poder contarle todas las intimidades que consideren necesarias, incluso empezando desde la primera sesión.

Pero… ¿Cómo hacen los psicólogos para que los pacientes confíen en ellos? Sigue leyendo este artículo y descubrirás qué factores y habilidades del terapeuta crean un espacio seguro para los pacientes.

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Estrategias usadas por los psicólogos para que los pacientes confíen en ellos

Crear un contexto en el que lo pacientes puedan abrirse y expresar abiertamente sus miedos e inseguridades es fundamental para que la psicoterapia progrese. Estas son las estrategias usadas por los terapeutas para lograrlo.

1. Escucha activa y empatía incondicional

La principal habilidad que caracteriza a los psicólogos es la escucha activa: la capacidad de escuchar con plena conciencia a la persona que está hablando. Esto implica prestarle atención completa, mostrarle interés a través de comentarios y más preguntas sobre el tema, y ser empático/a de forma incondicional, para que no se sientan juzgados y puedan sentirse cómodos para abrirse.

La escucha activa es una práctica beneficiosa para ambas partes. Los pacientes saben de esta manera que están siendo escuchados y comprendidos, que no están siendo juzgados y que pueden expresarse libremente.

A su vez, a los psicólogos les permite comprender de manera eficaz lo que quieren expresar los pacientes y cómo se sienten, y les facilita que el paciente se exprese plenamente y no se guarde para sí información relevante para la terapia por desconfianza. Estos elementos garantizan a los terapeutas la suficiente información para poder ayudar a los pacientes, el cual es su mayor objetivo.

Por suerte, esta habilidad no solo puede ser idiosincrásica de la persona, sino que también puede ser entrenada. Durante los estudios de psicología, se hace especial hincapié en ella porque es necesaria para poder ayudar a otras personas, de manera que se intenta garantizar que todos los psicólogos sean capaces de escuchar activamente y mostrar empatía.

2. Autenticidad

La autenticidad se refiere a que los psicólogos se muestran naturales, de manera que existe una congruencia entre cómo son como personas y cómo son como terapeutas. Esta característica permite a los pacientes ver a los terapeutas como personas cercanas y se sientan en confianza para expresarse abiertamente con sus psicólogos.

Para mostrar autenticidad, se pueden hacer autorrevelaciones, es decir, que el/la terapeuta comente temas personales que tengan relación con lo que se esté hablando en terapia. Esto implica mostrarse vulnerable, porque puede que el/la psicólogo/a desvele que también sufre un problema similar al del paciente.

También pueden parecer vulnerables si expresan de forma natural las emociones. Al ser los psicólogos personas empáticas, es posible que algún momento se les note algo afectados por el problema que se esté tratando en terapia. Esta muestra de emociones solo hace ver que los psicólogos también son personas y que de verdad están implicados en la terapia.

Otra manera de ser auténticos, contraria a la anterior, es usar el sentido del humor en terapia, bromear en confianza. Incluso adecuar y escoger las técnicas terapéuticas según su propia forma de ser es una manera de lograr autenticidad. Mientras que el/la psicólogo/a esté cómodo/a en su manera de trabajar, estará mostrando seguramente autenticidad.

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3. Comunicación sana y explícita

Un tratamiento psicológico puede generar incertidumbre, porque es difícil para los pacientes saber qué esperar de todo el proceso y se sientan perdidos. Por eso, una manera de los psicólogos para hacer que los pacientes confíen en ellos es hablar del proceso de terapia de manera explícita: explicar qué pueden esperar de ella y cómo va evolucionando el problema a lo largo de la terapia.

También es importante comunicarse abiertamente en terapia cuando algo no va bien dentro de la relación entre terapeuta y paciente. Si desde el principio se habla con naturalidad sobre las discrepancias o incomodidades que surjan durante el tratamiento, los pacientes podrán sentirse seguros dentro de la relación.

4. Ajuste a la persona

Igual que es importante que el/la psicólogo/a adecúe la terapia a su forma de ser para ser auténtico, es todavía más importante que se ajuste a los pacientes. El tratamiento tiene que estar adaptado a sus necesidades y ritmo, ya que cada persona tiene su idiosincrasia y no todo el mundo tiene las mismas habilidades o gustos.

Por lo tanto, es importante que los psicólogos no pequen de demasiada insistencia. El insistir en realizar un ejercicio terapéutico puede tener el efecto contrario al deseado si el/la paciente no está dispuesto/a, ya que puede provocar una mala reacción por su parte. Entre las habilidades del terapeuta está la persuasión, pero no es cuestión de abusar de ella y forzar a nadie a hacer nada. La última palabra siempre la va a tener los pacientes.

5. La visión de un experto

Los psicólogos tienen experiencia, habilidades y conocimientos sobre la psicología (valga la redundancia) y sobre cómo resolver problemas. Al fin y al cabo, los psicólogos son expertos en la salud mental. Precisamente, la visión que tenemos sobre los expertos a menudo es suficiente para poder hacernos confiar en ellos, en sus explicaciones y recomendaciones. Aún más si el/la terapeuta muestra seguridad a la hora de hablar y aplicar técnicas psicológicas, y profesionalidad en su actuación y comunicación con el/la paciente.

6. Esperanza y visión positiva del futuro

Además de las habilidades de los terapeutas, hay un factor importante a la hora de hacer para que los pacientes confíen en los psicólogos: la esperanza. Los pacientes traen un problema que observan ya cansados y que no saben qué hacer con él. Los psicólogos dan la esperanza de saber que se puede resolver y que va a desaparecer.

Asimismo, otorgan una visión positiva de la situación. Esto lo demuestran encontrando excepciones en las que el problema se soluciona (aunque sea momentáneamente), estrategias que ya usa el/la paciente y que funcionan. De esta manera, los psicólogos refuerzan lo positivo de la conducta de los pacientes y halagan sus habilidades y aprendizajes recientes. Estos últimos no solo generan confianza hacia el/la terapeuta, sino que les ayuda a confiar en ellos mismos.

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