¿Cómo mejorar como psicólogo? 5 aprendizajes clave

Trabajar como psicólogo o psicóloga con especialidad en ofrecer psicoterapia es un proceso que va de la mano de una constante formación. No solo porque cada año aparecen nuevas investigaciones que muestran interesantes hallazgos sobre el comportamiento y la mente humana, sino también porque para ser terapeuta es importante aprender toda una serie de habilidades que, simplemente, o pueden ser adquiridas leyendo libros o estudiando el Grado o Licenciatura en Psicología. Hace falta asumir con humildad que llegar a ser un buen psicólogo lleva años y mantener la mente abierta a la vez que se desarrollan diversas competencias y habilidades.

En este artículo hablaremos acerca de cómo mejorar como psicólogo teniendo como referencia una serie de aptitudes a “entrenar” una vez se ha terminado la carrera universitaria.

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Las claves para mejorar como psicólogo psicoterapeuta

La labor del psicólogo especializado en la atención de pacientes en el contexto de la psicoterapia es tan compleja como fascinante; es por eso que hay mucho sobre lo que aprender y mejorar en este ámbito profesional. Aquí os limitaremos a ver un resumen de las claves a tener en cuenta para mejorar como psicólogo, explicando sus implicaciones a la hora de ofrecer servicios.

1. Aprender a ver más allá de la literalidad

Una de las características de la psicoterapia es que, especialmente en este ámbito, “el cliente no siempre tiene razón”. Evidentemente es fundamental conocer y comprender las explicaciones que el paciente da acerca de por qué ha decidido asistir a terapia, pero o hay que limitarse a tener esto como referencia, es necesario mirar más allá. Y es que parte del trabajo del psicólogo es ayudar a la persona a comprender lo que le pasa, el motivo de su malestar (lo cual no significa imponer unilateralmente relatos acerca del origen de su problema, como veremos más adelante).

Así pues, el psicólogo debe ir más allá de lo literal, lo que en el mundo del arte y del análisis de textos se llama atender al “subtexto” de lo que se dice. Las palabras son solo un recurso para comunicar, no una plasmación objetiva de lo que pasa en la mente de la persona.

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2. Formarse en técnicas y estrategias específicas

Es básico no quedarse únicamente en las ideas abstractas acerca de los hábitos de vida y las rutinas que ayudan a preservar la salud mental; hay que tener muy claro que problemas específicos requieren recursos terapéuticos concretos. Por suerte, año a año se van realizando metaanálisis y todo tipo de estudios que ponen a prueba la eficacia de las diferentes terapias y formas de intervención psicológica analizando sus efectos en pacientes con trastornos determinados.

Además, este proceso de formación enriquecerá nuestro rango de posibilidades al usar técnicas, asegurándonos que siempre usamos la más útil y eficaz dado un problema concreto (a pesar de que otras de aplicación general también habrían servido, pero sin ofrecer los mismos resultados).

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3. Mantener un rol profesional sin caer en la condescendencia

Como adelantábamos, una cosa es hacer valer nuestros conocimientos como profesionales de la psicoterapia, y otra es limitarnos a “explicarle” al paciente lo que realmente le pasa, como si su función fuese aceptar cualquier tipo de feedback por nuestra parte.

A fin de cuentas, sus reacciones ante las hipótesis que trazan los psicoterapeutas también forman parte de la información que el psicólogo debe analizar, ya que revelan cosas sobre sus creencias su manera de percibirse, etc. Y, por otro lado, con un acercamiento unilateral a la terapia es imposible establecer un correcto rapport y alianza terapéutica.

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4. Asumir que el trabajo del psicoterapeuta va más allá de las sesiones con pacientes

Sería muy cómodo asumir que le trabajo del psicólogo es únicamente lo que pasa entre el momento en el que el paciente entra en la consulta y el instante en el que sale al finalizar la sesión de terapia. Pero esto no es cierto en absoluto, y o solo porque sea importante prepararse las sesiones y reflexionar sobre la información recopilada durante estas.

En la sociedad actual el psicoterapeuta debe también hacer suyas tareas pertenecientes al mundo del marketing: saber crear un flujo de pacientes, hacerse visible, poner las cosas fáciles para acordar citas, desarrollar una imagen de marca… De nada sirve ser psicólogo si a causa de una actitud demasiado pasiva nadie sabe de nuestra existencia y ninguna persona llega a beneficiarse de lo que sabemos hacer.

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5. Desarrollar habilidades sociales para una correcta alianza terapéutica

Entrenar las habilidades sociales es imprescindible en psicoterapia, por aria razones. En primer lugar, evita malentendidos y permite que por ambas partes quede claro lo que dice el otro.

En segundo lugar, más allá del mundo de la comprensión de la información, ayuda a establecer una buena sintonía desde las primeras sesiones, de modo que el paciente sea capaz de abrirse y expresar de manera honesta sus miedos, sus inseguridades, lo que le hace sentir mal, etc.

Y en tercer lugar, es algo necesario para que el paciente no deje de asistir a terapia y no experimente ningún progreso ni beneficio a pesar de haber pagado e invertido tiempo y esfuerzo en el proceso.

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