Sabemos que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un síndrome que afecta tanto a niños como adultos y que, asimismo, incide en una amplia gama de conductas que éstos llevan a cabo. De hecho, algunos autores proponen hablar de "síndrome" más que de "trastorno" con el objetivo de enfatizar el impacto de este problema en múltiples áreas de la vida. Si bien existen distintos criterios para determinar si una persona presenta TDAH o no, la característica esencial del cuadro es la presencia de la inatención, la impulsividad —es decir, la falta de control inhibitorio de las propias conductas— y la hiperactividad.
No obstante, lejos de ser una categoría encasillante, distintos activistas se esfuerzan a diario por reivindicar las historias de las personas con TDAH y su habilidad para pensar fuera de la caja. El síndrome persiste siempre, pero sus síntomas no tienen porqué suponer un problema para llevar a cabo una vida distinta a la de cualquier otra persona.
De hecho, la variedad de grandes personalidades que fueron (o podrían haber sido) diagnosticadas con TDAH lo demuestran, como Biles, Bolt, Jordan y Phelps (y esos son sólo deportistas). El TDAH tiene tratamiento, y este suele ser de tipo médico, específicamente farmacológico; aunque también se ha demostrado la utilidad del abordaje desde la psicoterapia. En este artículo desarrollaremos en qué consisten ambos tratamientos para el TDAH.
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Tratamiento farmacológico para el TDAH
Si bien constantemente los equipos de investigación están intentando hallar las mejores alternativas para tratar el TDAH, se ha demostrado que el tratamiento con ciertos fármacos específicos es sumamente eficiente para reducir los síntomas de la persona. Desde la perspectiva farmacológica, y por más contraintuitivo que parezca de acuerdo al sentido común, es fundamental considerar que las sustancias que suelen calmar a los individuos con TDAH son las estimulantes, mientras que las sustancias de índole tranquilizante tienden a provocarles un mayor nerviosismo.
El fármaco que se ha impuesto como predilecto para el tratamiento del TDAH es el metilfenidato, ya que sus efectos colaterales son mínimos y el único requisito imprescindible para ser administrado es que haya controles médicos periódicos. Este medicamento puede tener dos presentaciones, de absorción rápida y de absorción lenta; ambos muy eficientes.
Su diferencia principal reside en la cantidad de tomas al día que requiere (en el caso del de absorción lenta, una única toma es suficiente; para el de absorción rápida, debe tomarse dos o tres veces al día). Otros medicamentos que también suelen utilizarse para el tratamiento del TDAH son la atomoxetina o la dextroanfetamina. El tipo de medicamento, la dosis y la frecuencia con la que se debe tomar dependerá de las particularidades del paciente y siempre debe ser determinado por un médico conocedor del caso.
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¿Qué profesionales pueden diagnosticar y tratar el TDAH?
Una pregunta frecuente acerca del TDAH es respecto a su diagnóstico: ¿qué profesionales pueden hacerlo? Pues bien, son varios los profesionales que pueden hacerlo; por ejemplo, puede ser llevado a cabo por un pediatra o un psiquiatra. Estos utilizan manuales que establecen pautas estándares (como el DSM-5) para determinar si un paciente encaja dentro de un cuadro clínico en particular de acuerdo a los síntomas que presenta. Es importante señalar que el diagnóstico es exclusivamente clínico, ya que en la actualidad no existen pruebas biomédicas que permitan un diagnóstico objetivo de si una persona presenta este síndrome o no, por lo que la historia clínica que evalúe los síntomas del paciente debe realizarse con la mayor rigurosidad posible.
El diagnóstico puede hacerlo también otro profesional de la salud mental, el psicólogo, el cual mediante una entrevista será capaz de determinar si la persona presenta los criterios suficientes para ser diagnosticado con TDAH. Para ello, deberá asegurarse de que los síntomas no se adecúen mejor a otro cuadro. Los psicólogos también pueden llevar a cabo tratamientos e intervenciones respecto a estos pacientes, ya que los hallazgos científicos avalan que el apoyo psicológico y la psicoterapia pueden ser útiles en algunos casos de TDAH.
##Tratamiento psicológico para el TDAH Como bien decíamos anteriormente, el tratamiento del TDAH suele implicar en la extensa mayoría de casos un tratamiento farmacológico. Lo que sucede es que, si bien el uso de fármacos produciría una mejora en la persona por sí mismo, basar el tratamiento exclusivamente en esta estrategia implicaría una forma incompleta de abordar el TDAH de acuerdo a la evidencia científica. Algunos enfoques psicoterapéuticos como la terapia cognitivo-conductual (TCC) han ofrecido resultados favorables para el tratamiento de este síndrome.
Tanto en niños como en adolescentes y adultos, la TCC puede suponer una mejoría en el autocontrol, reflexión y relaciones interpersonales. Además, puede brindar herramientas a la persona con TDAH para que ésta sea capaz de suplir algunas áreas de su vida en las que los síntomas podrían afectarle de manera negativa. Por ejemplo, la TCC favorece el desarrollo de estrategias de manejo comunicacional y emocional para alcanzar cambios positivos a nivel conductual, lo cual puede ser percibido por la gente de su alrededor (como padres y docentes, de tratarse de un/a niño/a); como así también el entrenamiento en habilidades académicas, de planificación y organización, que se vería reflejado en mejoras en el cumplimiento de horarios o en faltar menos a la escuela. Por si fuera poco, un dato curioso es que se ha encontrado que los tratamientos psicosociales están asociados a una disminución de la medicación estimulante requerida para tratar el TDAH.
Clínicas Cita
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Centro de tratamiento psicológico
Además, una característica relevante acerca del tratamiento psicológico para el TDAH es que este, en lo posible, debería incluir a las personas cercanas al paciente con el objetivo de ayudarle a mejorar los síntomas y comorbilidades. Es necesario que los individuos, en especial los adultos, tengan la capacidad de corregir ciertos hábitos impulsivos o hiperactivos para desenvolverse en entornos sociales y laborales. Esto requiere un tratamiento multidisciplinar y coordinado. Por tal motivo, la integración entre tratamiento farmacológico y tratamiento psicológico ha demostrado ser de las mejores alternativas para el tratamiento del TDAH.