Crear vida es un hecho humano y trascendental. Es un episodio que moviliza completamente a aquellos que lo atraviesan. Suelo decir que las mujeres no siempre parimos vida; a veces parimos dolor.
El psicoanalista argentino Gabriel Rolón refiere: “duelar es haber amado” ¿Acaso se puede amar a alguien que aún no hemos conocido?
En un mundo hegemónico, estructurado por un mandato capitalista, orientado al placer y al disfrute, hablar de dolor no son tópicos mainstream**. El dolor aburre, incomoda, se evita. Los procesos quedan relegados. No se muestran, no se hablan. Quedan silenciados y se llevan consigo un trozo de alma de quien lo atraviesa.
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¿Qué es el duelo gestacional?
Freud decía que el duelo es un proceso natural, ante la pérdida de algo, o de alguien. Podemos decir que el trabajo de duelo es un proceso de elaboración psíquica en el cual desarrollamos mecanismos para enfrentar la perdida del objeto de amor. En el caso del duelo gestacional, esta experiencia de pérdida surge en el contexto de una interrupción gestacional involuntaria.
El dolor es subjetivo e intransferible. Esto quiere decir que cada proceso es vivido de manera singular según la historia de vida de cada quien, y solo esa persona puede transitarlo. Sin embargo, como comunidad y en la era de conciencia en la cual estamos viviendo, podemos elegir abordarlo e integrarlo en conjunto, y así acompañar el camino y alivianar la carga.
Respecto de las interrupciones gestacionales involuntarias
Plagamos las redes de embarazos y nacimientos. Compartir las pérdidas continúa siendo tabú. Hoy me resuena ponerlo en palabras, decirlo. Las mujeres también parimos dolor.
Siendo un hecho que sucede muy a menudo, resulta difícil expresarlo. ¿Por qué?
Por un lado, los tiempos que corren no nos dan lugar a estar mal. Pronto debemos recomponernos para seguir siendo productivos. “Hay que mirar hacia adelante”, dicen; y aquí aparecen los mandatos al positivismo.
“Todo pasa por algo”. Frases que a una persona en dicho proceso sólo intensifican la culpa por su malestar.
Las fases del duelo
Me gustaría compartirles las cinco fases del duelo según la teoría de la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross
Ella dividió al duelo en 5 etapas, las cuales se desarrollan en forma sucesiva, sin embargo, más adelante insistió en que el proceso de duelo no es tan lineal y rígido.
1. Negación
Se trata de una reacción normal y natural frente a la pérdida.
Suele ser una reacción inmediata, una respuesta de shock que puede traer aparejado un estado de confusión o embotamiento a nivel afectivo.
2. Ira
Tras la etapa anterior, suelen aparecer sentimientos de frustración o de impotencia ante la incapacidad humana de modificar la realidad. Esto conlleva la aparición de sentimientos de enojo y de ira. En esta instancia, la persona suele atribuir la culpa de la pérdida a otro factor, como puede ser otra persona o incluso uno mismo. Suele suceder que en esta etapa la mujer puede sentirse sola, incomprendida y dirija su enojo hacia el personal médico, hacia su familia, hacia otras mujeres gestantes, lo cual a su vez genera culpa e incomodidad y refuerzan el sentimiento de soledad.
3. Negociación
Es un dicho común, el de que “la esperanza es lo último que se pierde”.
En esas situaciones las personas gestantes pueden evitar afrontar la situación, llevando su atención hacia un proceso, hacia otro posible embarazo por ejemplo, no desde una decisión consciente, sino como un mecanismo evitativo, para evadir conectar con la emoción real.
4. Depresión
Cuando la persona en duelo comienza a asumir la realidad de la pérdida como definitiva entramos en la etapa que se conoce como depresión. Se generan sentimientos de tristeza, desesperanza, se tiende al aislamiento social o la falta de motivación. Incluso puede que durante este período en específico, la vida misma para esa persona deje de tener sentido.
5. Aceptación
Después de este camino, que a veces, como vimos, no es lineal necesariamente, llega la aceptación. Se trata de un estado de calma, asociado a la comprensión de la muerte y otras pérdidas como fenómenos naturales en la vida.
Se integra la inevitabilidad de la pérdida. Claro que hablamos de procesos de cierre temporal, ya que el duelo es espiralado, siempre volvemos a pasar por los mismos lugares, solo que con distinto sentido.
Concluyendo…
La única forma de atravesar el duelo es transitándolo. Esto es conectando con la emoción que emerja. Sin juicios, sin exigencias. Es justamente el hecho de poner en palabras, elaborar, resignificar, compartir e integrar, lo que nos llevará a un proceso de aceptación de un duelo natural. Como parte de la vida.
Berenice Giner
Berenice Giner
Lic. en Psicologia - especialista en trauma
Para aquellas que en algún momento lo atraviesen, estoy a disposición absoluta para escuchar, acompañar y sostener. Invito a compartir la idea de que el duelo tiene mala prensa pero cuanto más liviano es, más se sostiene en red.