La llegada de un nuevo ser humano al mundo es en la mayor parte de los casos motivo de alegría, al menos cuando hablamos de un embarazo deseado.
Tras el momento del parto, se llevan a cabo una serie de pequeñas pruebas, en un test o batería de pruebas que nos permiten evaluar el estado de salud y la capacidad de reacción del recién nacido. Uno de los más típicos, conocidos y empleados es el test de Apgar, que se suele llevar a cabo a los pocos minutos del alumbramiento y que permite hacernos una idea general del estado de salud del bebé.
Pero el test de Apgar no es la única prueba que se le puede pasar a un recién nacido, existiendo otras muchas que permiten obtener grandes cantidades de información respecto a las capacidades de percepción y respuesta del menor. Una de ellas es la escala o test de Brazelton, una prueba frecuentemente utilizada y que proporciona información vinculada al desarrollo de conductas o la existencia de reflejos. Y es sobre esta última prueba sobre la cual vamos a hablar a lo largo del presente artículo.
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La escala de Brazelton: ¿qué es?
El test o escala de Brazelton, también conocido como la Escala para la Evaluación del Comportamiento Neonatal, es una herramienta que permite llevar a cabo la detección temprana de problemáticas del neurodesarrollo.
Se trata de un tipo de prueba altamente interactiva en la que se comprueban una serie 53 ítems, 35 de los cuales analizan el comportamiento de los infantes (siete de los cuales se consideran complementarios y nos hablan de la necesidad de estimulación de éste) mientras que el resto se orienta a valorar la existencia de determinados reflejos. Mientras que los ítems conductuales se puntúan en base a una escala de 9 puntos, los referentes a los reflejos evalúan el buen estado a nivel neurológico en una escala de 4 puntos.
La escala de Brazelton es considerada una de las más indicadas para permitir identificar la existencia de déficits o dificultades en las capacidades de los recién nacidos, resultando una evaluación muy detallada que permite establecer un perfil de puntuaciones respecto a diversos aspectos de salud. E incluso si no existe un déficit como tal, permite valorar la manera general de reaccionar ante el entorno del menor (que a su vez nos da una idea de su temperamento) o si algunas conductas le resultan más dificultosas que otras.
Es una herramienta de gran utilidad que permite obtener resultados a nivel cuantitativo, y pese a que no es obligatoria en el sistema nacional de Salud tiende a aplicarse en los primeros días de la vida del menor. Asimismo permite evaluar la existencia de determinadas capacidades tanto en la vigilia como durante el sueño, y aunque por lo general sigue un esquema u orden determinado en la aplicación de las pruebas se permite cierta flexibilidad en su aplicación, pudiendo desarrollarse la evaluación en función de la situación del bebé.
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Principales aspectos evaluados
La escala de Brazelton es una escala amplia y bastante completa, la cual incluye un total de 53 ítems que permiten hacernos una idea de las capacidades del neonato en distintas áreas del funcionamiento. Estos ítems se agrupan en un conjunto de grandes aspectos, factores o módulos, los cuáles incluyen agrupan diferentes pruebas en función del tipo de clasificación que se lleve a cabo.
1. Sistema nervioso autónomo
Incluye la evaluación de reflejos y el estado de salud vinculado a el funcionamiento del sistema nervioso autónomo. En este sentido se hace cargo de las funciones básicas del organismo, incluyendo respiración y regulación de la temperatura, variaciones en el color de la piel o presencia de temblor o sobresaltos.
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2. Sistema motor
Un segundo módulo centrado en el buen estado de los reflejos y la capacidad de movimiento, en el cual aparece implicado el tono muscular. Incluye ítems como la madurez motora, la respuesta al abrazo, el tono muscular general o la labilidad del estado del menor.
3. Habituación
Este módulo de pruebas pretende evaluar la capacidad del menor para habituarse a la estimulación, valorando si es capaz de inhibir sus reacciones e incluso poder dormir en presencia de estimulación ligera o repetitiva. Incluye pruebas como la disminución de la respuesta a la luz, el sonido o la estimulación táctil, así como la observación de su estado o la respuesta a la acción de destaparle.
4. Organización del estado
Un módulo que pretende dar respuesta a la pregunta de cómo es capaz de organizarse para activarse y dar respuesta a la estimulación. Forman parte de él los ítems que valoran el nivel de actividad, la habilidad mano-boca, rapidez de reacción a la estimulación o momento de máxima excitación.
5. Regulación del estado
En este módulo se observa y analiza la capacidad del menor para gestionarse a sí mismo y reaccionar a la estimulación. Incluye una serie de ítems que valoran la capacidad de consolarse a sí mismo o recibir consuelo del entorno, la capacidad de irritarse ante la estimulación o de esforzarse para mantener la atención o la capacidad de solicitar ayuda.
6. Social interactiva
Un conjunto de ítems que únicamente puede realizarse cuando el menor está en situación de tranquilidad y en vigilia. Comparten entre sí el hecho de que permiten evaluar el grado de reacción y la capacidad de seguimiento de estímulos visuales y sonoros, especialmente los típicos de la interacción con los demás.
En este sentido se incluyen ítems que valoran la orientación visual y auditiva animadas e inanimadas, tanto de modo individual como de manera simultánea.
7. Uso de esta escala
La escala de Brazelton fue creada fundamentalmente para ser utilizada dentro del ámbito clínico y servir de instrumento para detectar posibles anomalías en el desarrollo de los recién nacidos, las cuáles se podrían derivar de alteraciones durante el desarrollo fetal. Sin embargo, a pesar de que se utiliza con este fin también ha recibido gran atención dentro del ámbito de la investigación.
A menudo también se han ido empleando estas escalas no solo para valorar dificultades sino como mecanismo para acercar posturas y favorecer la interacción entre el niño y su entorno, algo facilitado por el hecho de que estamos ante una prueba muy interactiva.
Se ha observado que ayuda a incrementar la confianza y las actitudes parentales así como a establecer una comunicación que permite empezar a comprender y aprender cómo es el menor.
Referencias bibliográficas:
- Costas Moragas, C.; Fornieles Deu, A.; Botet Mussons, F.; Boatella Costa, E.; de Cáceres Zurita, M.L. (2007). Evaluación psicométrica de la Escala de Brazelton en una muestra de recién nacidos españoles. Psicothema, 19, (1): 140-149. Universidad de Oviedo Oviedo, España
- Domínguez Fontenla, M., Cruz Fernández, V., Abelleira Docabo, M., Amado Mera, A. y Fernández Barreiros, M. (2009). Desarrollo evolutivo de los neonatos: utilidad clínica de la escala de Brazelon (NBAS). Actas do X Congresso Internacional Galego-Português de Psicopedagogia. Braga: Universidade do Minho.