La estimulación del nervio vago puede ayudar a proteger de los traumas, según un estudio

Una nueva esperanza para quienes no responden a los tratamientos tradicionales del trauma.

La estimulación del nervio vago puede ayudar a proteger de los traumas, según un estudio
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El trastorno de estrés postraumático (PTSD) es una afección que puede transformar la vida de quienes lo padecen, generando sufrimiento emocional, ansiedad y dificultades para llevar una vida normal. Aunque existen tratamientos eficaces, como la terapia de exposición prolongada y los medicamentos, muchas personas no logran superar sus síntomas, lo que se conoce como PTSD resistente.

En este contexto, un estudio reciente ha explorado una vía innovadora: combinar la estimulación del nervio vago, un importante regulador del sistema nervioso, con la terapia psicológica tradicional. Los resultados son prometedores y sugieren que esta nueva estrategia podría ayudar a quienes no encuentran alivio con los métodos convencionales. A continuación, analizamos cómo funciona esta técnica, sus beneficios y el potencial que tiene para transformar el tratamiento de los traumas psicológicos.

PTSD y el nervio vago, una conexión clave

El trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) es una condición psicológica que surge tras experimentar o presenciar eventos traumáticos, como accidentes graves, agresiones o situaciones de peligro extremo. Sus síntomas -recuerdos intrusivos, hipervigilancia, pesadillas y evitación de situaciones asociadas al trauma- alteran la calidad de vida y, en casos graves, pueden llevar al aislamiento social o al suicidio.

Según la Organización Mundial de la Salud, afecta a aproximadamente el 4% de la población global, pero hasta un 30% de los pacientes no responde a terapias convencionales, como la psicoterapia o fármacos antidepresivos.

Aquí entra en juego el nervio vago, una autopista biológica que conecta el cerebro con órganos como el corazón, los pulmones y el sistema digestivo. Este nervio es el principal componente del sistema nervioso parasimpático, responsable de calmar el cuerpo tras situaciones de estrés. Investigaciones recientes revelan que también modula la respuesta emocional: al activarse, reduce la producción de cortisol (la hormona del estrés) y favorece la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la acetilcolina, claves para la regulación del estado de ánimo.

El estudio analizado explora una hipótesis innovadora: combinar la estimulación del nervio vago (VNS) con terapia de exposición prolongada, un tratamiento basado en confrontar progresivamente los recuerdos traumáticos en un entorno seguro. La VNS, mediante pulsos eléctricos suaves, potenciaría la “plasticidad cerebral” -la capacidad del cerebro para reorganizar sus conexiones neuronales-, facilitando que los pacientes representa el trauma de forma más efectiva.

Este enfoque podría superar una limitación histórica de las terapias psicológicas: la dificultad para consolidar cambios duraderos en circuitos cerebrales asociados al miedo.

Terapia de exposición y estimulación del nervio vago

El estudio realizado por Mark B. Powers y colaboradores representa un avance pionero en el tratamiento del PTSD resistente. Para evaluar la eficacia de la estimulación del nervio vago (VNS) combinada con terapia de exposición prolongada, los investigadores diseñaron un estudio prospectivo y abierto, es decir, sin grupo placebo y con conocimiento de los tratamientos por parte de pacientes y terapeutas. La muestra estuvo compuesta por nueve personas diagnosticadas con PTSD de moderado a severo, quienes no habían respondido a los tratamientos convencionales previos.

Cada participante fue equipado con un dispositivo miniaturizado de estimulación del nervio vago, implantado de manera mínimamente invasiva. Este dispositivo, de última generación, permitía administrar pequeños pulsos eléctricos al nervio vago durante las sesiones de terapia. El protocolo incluyó un ciclo estándar de 12 sesiones de terapia de exposición prolongada, una de las intervenciones psicológicas más validadas para el PTSD. Esta terapia consiste en que el paciente, acompañado por un profesional, revive y procesa los recuerdos traumáticos de forma controlada y gradual, lo que ayuda a reducir el miedo y la ansiedad asociados a esos recuerdos.

Durante cada sesión, la VNS se aplicaba en momentos clave, sincronizándose con los ejercicios de exposición para potenciar la plasticidad cerebral y facilitar el reprocesamiento de la memoria traumática. Los investigadores realizaron evaluaciones clínicas antes del tratamiento, una semana después, y a los 1, 3 y 6 meses de finalizar la intervención, utilizando escalas reconocidas como CAPS-5 (para síntomas de PTSD), PCL-5 (cuestionario de autoevaluación) y HADS (ansiedad y depresión).

El diseño del estudio permitió observar no solo los efectos inmediatos, sino también la durabilidad de los beneficios. Además, se puso especial atención en la seguridad del procedimiento y en la aparición de posibles efectos adversos relacionados con el dispositivo, un aspecto crucial en cualquier terapia innovadora.

Resultados clave: mejoras clínicas y efectos duraderos

Los resultados del estudio fueron sorprendentes y abren una puerta de esperanza para quienes sufren de PTSD resistente. Tras completar las 12 sesiones de terapia de exposición prolongada combinada con estimulación del nervio vago (VNS), todos los participantes experimentaron mejoras clínicas significativas en sus síntomas. Según las evaluaciones realizadas con herramientas reconocidas internacionalmente -como la escala CAPS-5 para medir la severidad del PTSD, el cuestionario PCL-5 de autoevaluación y la escala HADS para ansiedad y depresión-, se observaron reducciones notables en todos los indicadores de malestar psicológico.

Uno de los hallazgos más impactantes fue que, al finalizar el tratamiento, ningún participante cumplía ya los criterios diagnósticos de PTSD. Es decir, todos los pacientes dejaron de presentar el conjunto de síntomas necesarios para ser considerados portadores del trastorno, algo poco frecuente en estudios previos con terapias convencionales. Además, estos beneficios no fueron efímeros: las evaluaciones de seguimiento a 1, 3 y 6 meses después del tratamiento mostraron que la mejoría se mantenía en el tiempo, lo que sugiere que la combinación de VNS y exposición prolongada no solo alivia los síntomas a corto plazo, sino que puede inducir cambios duraderos en la forma en que el cerebro procesa los recuerdos traumáticos.

Otro aspecto relevante fue la seguridad del procedimiento. No se reportaron efectos adversos graves ni complicaciones inesperadas relacionadas con el dispositivo de estimulación, lo que refuerza la viabilidad de aplicar esta tecnología en entornos clínicos. Los participantes toleraron bien tanto la implantación del dispositivo como las sesiones de estimulación, y la mayoría reportó sentirse más capaz de enfrentar sus recuerdos traumáticos durante la terapia.

En conjunto, estos resultados sugieren que la estimulación del nervio vago, al potenciar la plasticidad cerebral durante la terapia de exposición, puede transformar el abordaje del PTSD resistente y ofrecer una nueva esperanza a quienes no encuentran alivio con los tratamientos tradicionales.

¿Cómo ayuda la estimulación del nervio vago al cerebro traumado?

La clave del éxito de esta innovadora terapia radica en cómo la estimulación del nervio vago (VNS) actúa sobre el cerebro durante el tratamiento del PTSD. El nervio vago, al ser estimulado mediante suaves impulsos eléctricos, envía señales directas al cerebro que favorecen la liberación de neurotransmisores como la acetilcolina y la norepinefrina. Estas sustancias químicas son fundamentales para la “plasticidad sináptica”, es decir, la capacidad del cerebro para modificar y fortalecer las conexiones entre neuronas.

Durante la terapia de exposición prolongada, el paciente revive y procesa recuerdos traumáticos en un entorno seguro. La estimulación del nervio vago, aplicada en momentos estratégicos de la sesión, actúa como un “interruptor biológico” que facilita que el cerebro reorganice y reprograme esos recuerdos, disminuyendo su carga emocional negativa. Así, la VNS potencia el aprendizaje emocional y ayuda a consolidar nuevas asociaciones menos traumáticas con los recuerdos dolorosos.

Este mecanismo dual -la confrontación psicológica del trauma y el apoyo biológico a la reorganización cerebral- podría explicar por qué los participantes del estudio experimentaron mejoras tan profundas y duraderas. En esencia, la VNS convierte la terapia en una experiencia más eficaz, permitiendo que el cerebro supere el bloqueo que a menudo impide la recuperación en el PTSD resistente.

Implicaciones y futuro de la investigación

Los hallazgos de este estudio no solo ofrecen esperanza para el PTSD resistente, sino que plantean un cambio de paradigma en el manejo de los traumas psicológicos. La combinación de terapia psicológica y neuromodulación abre la puerta a tratamientos más personalizados y eficaces, especialmente para pacientes que no responden a enfoques tradicionales. Además, la miniaturización del dispositivo de VNS sugiere que, en el futuro, esta tecnología podría integrarse de forma menos invasiva en la práctica clínica habitual.

El próximo paso, como señalan los autores, es validar estos resultados en un ensayo controlado aleatorizado que compare la terapia combinada con grupos que reciban solo exposición prolongada o VNS aislada. De confirmarse su eficacia, esta terapia podría extenderse a otros trastornos vinculados a la memoria traumática, como fobias graves o ansiedad generalizada.

Sin embargo, quedan desafíos por resolver: ¿cómo optimizar la sincronización entre la estimulación y las sesiones terapéuticas? ¿Podrían desarrollarse dispositivos no implantables para ampliar su acceso? Aunque faltan respuestas, el estudio demuestra que intervenir en la biología del cerebro durante la psicoterapia acelera la recuperación.

En un mundo donde el trauma psicológico afecta a millones, este enfoque híbrido entre tecnología y psicología podría marcar un antes y un después. Como concluyen los investigadores, “la neuromodulación no reemplaza a la terapia, sino que la convierte en una herramienta más poderosa”. El futuro de la salud mental podría depender, literalmente, de conectar mejor nuestros circuitos cerebrales.

En conclusión, la combinación de estimulación del nervio vago y terapia de exposición prolongada ofrece una alternativa prometedora para el tratamiento del PTSD resistente. Los resultados sugieren mejoras duraderas y seguras, abriendo nuevas perspectivas para la recuperación de quienes no responden a terapias tradicionales y marcando un avance en salud mental.

  • Powers, M. B., Hays, S. A., Rosenfield, D., Porter, A. L., Gallaway, H., Chauvet, G., … & Rennaker, R. L. (2025). Vagus nerve stimulation therapy for treatment-resistant PTSD. Brain Stimulation, 18(3), 665-675.

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Javi Soriano. (2025, mayo 8). La estimulación del nervio vago puede ayudar a proteger de los traumas, según un estudio. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/estimulacion-del-nervio-vago-puede-ayudar-a-proteger-de-traumas-segun-estudio

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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